Niños creciendo, identidad y autoestima. La curiosidad sexual Infantil

Por: Susana Stringaro Barabani

 

El trabajo asume un recorrido bibliográfico exhaustivo complementado con la indagación de teorías y experiencias surgidas del análisis de casos, observación de juegos y situaciones de la práctica educativa y clínica, con niños, padres y adultos que se encuentran en contacto con los niños en esta etapa desde su nacimiento hasta la escolaridad primaria.

Se intenta puntualizar que el ser humano es sexuado desde su primer momento de vida y que durante sus primeros años el niño y la niña configuran su personalidad y definen una actitud hacia la vida ante ellos mismos y la sociedad.

Actitud que estará denotada por la aceptación de sí mismo, o sea el autoconcepto que se figure. Esta percepción será dada por la aceptación que el adulto le brinde aun antes de nacer, permitiendo al niño definirse dentro de una identidad sexual y una sociedad, que lo acepta o lo rechaza, que instale lazos sociales a fin que su desarrollo evolutivo, psíquico y social le aseguren la confianza necesaria para dar comienzo a la exploración y la curiosidad sexual que permite el desarrollo de la identidad y la autonomía.

Teorías y preguntas de los niños. Calidad de las respuestas.

Por la tarde, fui a su casa para visitarlo. Me recibió la maestra Clara y me advirtió que Damián estaba en penitencia, pero me dejó entrar un ratito. Yo sabía que lo encontraría en el sótano. Ese era su lugar preferido. «Ahí puedo ser yo mismo», me decía, «puedo jugar con todas mis fantasías». Bajé las escaleras despacio y lo vi, por primera vez, tal como él era en realidad. Había peinado con rizos su largo pelo. Había pintado sus labios …

Pañuelito Celeste (fragmento)
Leandro Fogliatti

El trabajo asume un recorrido bibliográfico exhaustivo complementado con la indagación de teorías y experiencias surgidas del análisis de casos, observación de juegos y situaciones reales de la práctica educativa y clínica, con niños, padres y adultos que se encuentran en contacto con los niños en esta etapa desde su nacimiento hasta la escolaridad primaria (nivel inicial y primeros grados), también el acercamiento a programas preventivos en salud infantil, tal es el caso de «Acción por los niños».

Se intenta puntualizar que el ser humano es sexuado desde su primer momento de vida y que durante sus primeros años el niño y la niña configuran su personalidad y definen una actitud hacia la vida, ante ellos mismos y la sociedad. Actitud que estará denotada por la aceptación de sí mismo, o sea la autoestima o autoconcepto que se figure. Esta percepción será dada por la aceptación que el adulto le brinde aún antes de nacer, permitiendo al niño definirse dentro de una identidad sexual y una sociedad, que lo acepta o lo rechaza, que instale lazos sociales a fin de que su desarrollo evolutivo, psíquico y social le aseguren la confianza necesaria para dar comienzo a la exploración y curiosidad sexual que permite el desarrollo de la identidad y de la autoestima.

Las primeras muestras de pudor que presentan los niños han sido consideradas como señales del inicio de su identificación como ser sexuado.

La energía sexual es energía vital que nos acompaña desde la concepción a la muerte.

Hay diferentes maneras de expresar y vivir la sexualidad. Cada grupo social y cultural construye imaginarios sociales sobre la sexualidad y la recrea particularmente, según su sentido, valor y rol que se le asigne en la existencia humana. Las diferencias estriban en los planteamientos, si se trata de un biólogo, una padre – madre de familia, un educador, un pediatra, un psicólogo, un sacerdote, etc.

No todos tenemos igual concepto de lo que es sexual y sexualidad; este es el producto de una construcción social y esta históricamente determinado.

De todas maneras, la sexualidad nos conforma, es importante y sustancial. Ser sexual es parte de la naturaleza humana y es la dimensión de nuestra personalidad. La sexualidad se expresa en transcurso existencial de manera diversa y diferente en cada uno de los sujetos humanos.

Tiene relación con la cultura, existen tantas «sexualidades» como grupos sociales hay. Es decir que la identidad sexual está moldeada grupal y sutilmente por el aprendizaje social en el cual intervienen dimensiones religiosas, políticas, económicas y culturales. Cada grupo se figura que las conductas que juzga como suyas, son las correctas y mira a las del otro como inapropiadas.

La Organización Mundial de la Salud, considera a la Salud Sexual como: La integración de aspectos somáticos, afectivos e intelectuales del ser sexuado, de tal modo que de ella derive el enriquecimiento y el desarrollo de la persona humana, la comunicación y el amor.

Todos somos sexuados, nacemos de una reproducción sexual, dotados biológicamente con un sexo cromosómico y genital.

Vivimos una diferenciación somatosexual que al encuentro de las pautas arbitrarias de un ambiente sociocultural (escuela, familia, medios, religión, etc.) contribuye a la conformación de una preferencia sexual.

Modelo que en nuestra cultura occidental es dicotómico y polarizado; hombres y mujeres desarrollamos roles sexuales asimétricos, desiguales, discriminativos, estereotipados y sexistas.

Por otra parte, la orientación en la elección planteada como normal es heterosexual, asociada a una homofobía discriminativa y generalizada.

En resumen, al nacer se asigna un sexo biológico, tal como femenino o masculino y criados acorde a las circunstancias familiares, sociales y ambientales. Se inicia el proceso de sexuación e identificación, componiendo una identidad sexual, sintiéndonos desde pequeños niño o niña – hombre o mujer. La genitalidad, forma parte de la sexualidad pero no la abarca, es el placer obtenido por la estimulación de los genitales.

Vamos expresando nuestra sexualidad a lo largo de la vida y de una manera distintiva en cada momento evolutivo y en relación a lo ya vivido.

El modo de acercamiento a la pareja y a los hijos, evidenciará aspectos de nuestra sexualidad que fueron determinados en la infancia.

Y es así que dada nuestra modalidad sexual exteriorizamos afecto, nos comunicamos, «reafirmamos nuestra identidad y nuestra autoestima, pero también podemos manifestar nuestras frustraciones, angustias, lucha conyugal, agresión, venganza, conveniencias económicas, etc. »

Saber de sexualidad es saber de si mismo, ella constituye el motor de las acciones, actitudes, sentimientos y vínculos con los otros.

Sentimientos como el pudor y la vergüenza están conectados íntimamente a la autoestima, y cuando se violan, estos sentimientos, se lastiman o esta. El acompañamiento respetuoso y cálido que los padres y docentes hagan del hacerse sexual, permitirá que puedan ver y sentir la sexualidad como una dimensión satisfactoria en la adultez.

En la EGB; se habla de autoestima como uno de los objetivos a favorecer en relación al aprendizaje, pero no se habla de que ella conforma el principal aspecto a integrar en el desarrollo de la identidad, identidad que se reafirmará en la confianza que adquiera en su segunda socialización, la escuela, confianza que no puede hallar si no encuentra respuestas a la canalización de su identidad sexual (como soy); al esclarecimiento de preguntas, al respeto de su pudor, a la inviolabilidad del buen trato que no se avergüence de ser como es, que defina el como soy y en la aceptación de los demás.

Las primeras muestras de pudor que presenta el niño se consideran como inicio de su identificación como ser sexuado.

El acompañamiento afectivo y respetuoso que se haga del desarrollo sexual del niño; permitirá que pueda sentir y vivir la sexualidad como una dimensión satisfactoria.

Es necesario el conocimiento y entendimiento de la sexualidad infantil para brindar respuestas a las inquietudes de los niños y de quienes están responsabilizados en la supervisión de la función parental.

Heis.R.D; en el libro Educadores para edad escolar (Editorial Diana México 1998) expresa:

«El saberse niño/a y sentirse contento con ello implica la formación de la conciencia sexual, es decir aceptarse sexualmente; para ello se ha logrado una triple conquista en el niño, la del autoconcepto, su identidad y su autoestima»

En el autoconcepto logra percibir sus características, diferencias y similitudes; en la identidad sexual sentirse como persona de un determinado sexo, y en la autoestima expresa el nivel de estimación que posee hacia aquello que él es y hace.

De esta manera aclaramos las definiciones de Identidad e Identidad Sexual.

La primera es la estructuración psicosocial que permite a las personas reconocerse como sí misma. Es la capacidad de decir Yo Soy – Se construye a lo largo de la vida, de acuerdo con la integración de las características de la personalidad, experiencias vitales, relaciones vinculares y pautas culturales»

La identidad sexual forma parte de la identidad de una persona

Freud, fue el principal estudioso de la sexualidad infantil, revolucionario en su época promulgó que los niños son sexuales y que la expresan de diversas maneras en el devenir de la infancia. Habla de zonas erógenas, (boca, ano y genitales) que son estimulados por la energía sexual (libido) que evoluciona hacia la integración de una identidad sexual.

En «Obras completas» Freud, da respuestas a la sexualidad en la infancia. Considera que la sexualidad infantil a diferencia de la adulta se caracteriza por asumir las siguientes dimensiones:

  • No está centrada en el ejercicio coital
  • Es autoerótica: comprende la exploración y observación de su propio cuerpo.
  • Está motivada especialmente por la curiosidad: a través del juego con otros niños y de la observación de conductas sexuales en animales.
  • Es natural

Básicamente se trata del deseo de exploración y conocimiento de su cuerpo, sus sensaciones corporales, al igual que tratan de internalizar el mundo en general y esto se realiza a través del juego y la exploración.

La curiosidad, expresión de desarrollo, crecimiento y realización del niño, adquiere distintas manifestaciones: la exploración motriz y manipulativa y sobre todo las preguntas, curiosidad que los induce a observar, analizar, mirar, tocar e indagar ¿Por qué? ¿Cómo? ¿De dónde?

Descubre no solo las diferencias anatómicas sino los distintos roles sexuales. Necesita saber el porqué de todo. Casi a los dos años los pequeños se transforman en exploradores e investigadores del mundo.

Al iniciar el jardín de Infantes, estas manifestaciones estarán a pleno: Exploración y curiosidad sexual, serán nodales para el crecimiento intelectual.

Los adultos también han contribuido a la creación de mitos donde: repollos, cigüeñas y viajes de Paris conforman la argamasa de las respuestas. Ante preguntas que generaron incomodidad surgieron improvisaciones en relación a la diferencia sexual, al comienzo no es percibida; es natural para el niño suponer que todas las personas poseen un genital como el suyo.

Freud en Las teorías sexuales infantiles enuncia:

que «Son reflejos de la propia constitución sexual del niño y, pese a sus grotescos errores, dan prueba de una gran comprensión sobre los procesos sexuales, mayor de la que se sospecharía en sus creadores. Los niños perciben también las alteraciones que el embarazo provoca en la madre y saben interpretarlas correctamente; a menudo escuchan con una desconfianza profunda, aunque casi siempre silenciosa, cuando le es contada la fábula de la cigüeña. Pero, como la investigación sexual infantil ignora que los esfuerzos del pequeño investigador resultan por lo general infructuosos, terminan en una renuncia. La investigación sexual de la primera infancia es siempre solitaria, implica un primer paso hacia la orientación autónoma en el mundo y establece un fuerte extrañamiento del niño respecto de las personas de su entorno, que antes habían gozado de su plena confianza»

Se trata entonces de orientar a estos noveles investigadores en su filosofar infantil, respondiendo a las preguntas claramente y con la atención que se merecen, con la verdad y el respeto por su inquietud.

Es fundamental, no coartar esta pulsión de saber. No existe una edad específica para hablarles de sexo y las preguntas que nos formulen irán determinados el momento y el modo de las repuestas.

Es importante conocer y entender la sexualidad del niño, para ofrecer respuestas a las inquietudes de estos y orientar a sus padres sobre la temática.

«¿De dónde vienen los niños?» La pregunta genera incomodidad. Los padres tratan de encontrar una respuesta y, entre cigüeñas, repollos y semillas siempre subyacen las dudas: «¿habré contestado bien?» «¿debería hacerme el distraído?» «¿sí todavía no preguntó conviene que le cuente?» Como verdaderos filósofos, los chicos teorizan sobre el origen de la vida y el sexo. A partir de los dos años de vida, los por qué se van incrementando. Según los especialistas, los padres y docentes deberían acompañar ese proceso. Pero ¿de qué manera?

Pequeños detectives y exploradores

Al tiempo que los pequeños desarrollan su vida sexual, se inician en una actividad que «se adscribe a la pulsión de saber o de investigar». Lo que lleva a un niño hacia la investigación «no son intereses teóricos, sino prácticos»- dice Freud en sus Tres ensayos de teoría sexual- «como lo son la llegada de un hermanito o el contacto con niños del sexo opuesto en el jardín de infantes».

Ante el enigma, surgen las teorías sobre el nacimiento: «los hijos se conciben por haber comido algo determinado, se los da a luz por el intestino (como la materia fecal)», o «vienen del pecho, son extraídos del vientre o el ombligo se abre para dejarlos pasar»…

En cuanto a la diferencia de los sexos, al comienzo no se percibe: es natural para el niño suponer que todas las personas poseen un genital como el suyo. Pero la anatomía no determina totalmente la sexualidad ni existe en el ser humano el instinto animal que no deja espacio a los interrogantes, Así, lo sexual aparece como una de las situaciones traumáticas que el chico intenta elaborar, buscando explicaciones a lo que le produce desconcierto.

Las obras de diferentes autores como Françoise Doltó en «Tiene derecho el niño a saberlo todo», «El caso Antonio, un niño desmemoriado» de Silvia Bleichmar y escenas vividas en la práctica clínica y educativa con niños y niñas, nos dan la pauta que hay que ser cautelosos y precisos.

En este caso, el análisis que Bleichmar hace de Antonio, nos confirma que la información desmedida, los acontecimientos sórdidos como la pérdida de un embarazo, aborto, etc. observados por un niño pequeño, resultan traumáticos ocasionando problemas significativos en el aprendizaje y en su constitución subjetiva. Lo que nos da la pauta y el análisis de diferentes situaciones, afirmando desde mi lugar, que el niño tiene derecho a saber la verdad pero no desde un lugar real y sórdido, sí acorde a la edad que posea y a la información que pueda y desee procesar.

EL encuadre que se considera al emitir las respuestas debe constituirse desde el punto de vista ético y científico. Respetar su pudor e inocencia posibilitando el conocimiento y la autonomía del niño, sin vulnerar y comprometer el proceso de subjetivación infantil, y el recorrido la pulsión epistemofílica, conforme al deseo de saber que desde su niñez habrá de perdurar toda su vida.

Los famosos casos de Freud: «Análisis de una fobia de un niño de cinco años» (el caso Juanito), «Recuerdo Infantil de Leonardo Da Vinci» y otros, nos muestran que los avatares del saber tienen imbricaciones considerables con la sexualidad y la curiosidad infantil, que los conducen a verdaderos enigmas, que hacen que construyan hipótesis dando satisfacciones a sus inquietudes.

Conocer cómo nacen los niños, de dónde vienen, el por qué los nenes tienen una cosita para hacer pipí, cómo me hiciste a mí, por qué se muere, etc. constituyen interrogantes que necesita resolver.

Pero también el saber desde lo real y sórdido puede acarrear trastornos significativos, tal como «El caso Antonio» que Bleichmar nos relata.

Es por eso que las respuestas deben brindarse con calidad, que es necesaria puntualizar y necesita de ámbitos y políticas destinadas a la educación sexual y a la retransmisión de conocimientos.

Los adultos requieren en el marco escolar el conocimiento necesario para entender no sólo lo que preguntan sino desde dónde, es decir el sentido, significado y alcance de las mismas.

La curiosidad puede venir provocada desde diversos niveles. Toda pregunta infantil está formulada desde niveles intelectuales, emocionales y/o explorativos de las relaciones interpersonales: El niño intenta así manejar o explorar las personas que lo rodean, principalmente de diferentes modos:

  • Sometiendo a prueba la confianza que merecen los adultos.
  • Preguntando con una intención encubierta de ponerlos en dilemas.

En cuanto a dónde y desde cuándo preguntan:

Podría decirse desde los dos o tres años en la mayoría de niños y niñas preguntan sobre su cuerpo, sus órganos genitales, su origen o gestación. Les interesa todo lo relativo al ser sexuado y al comienzo de su propia vida ¿Cómo soy?, ¿por qué soy así?, ¿de dónde vienen los niños?, ¿cómo nacen?, etc.

Para el niño son de máxima importancia que le respondan las personas que considera «significativas», especialmente sus padres, familiares y educadores. Es necesaria la respuesta al niño en cuanto a ética y responsabilidad, la supervisión parental por nuestra parte es insoslayable, en cuanto a la calidad.

Dentro del marco psicoanalítico podrían enunciarse que éstas requieren las siguientes aptitudes:

  • Claras: que puedan ser entendidas por el niño.
  • Éticas: que expresen una vivencia de respeto a todo lo propio de la persona y de los demás.
  • Verídicas: que lo expresado corresponda a la realidad.
  • Directas y francas: centrándose en lo que pregunta el niño.
  • Dadas en un clima de amor sencillo y natural.
  • Con el uso de un vocabulario adecuado, denominando los órganos sexuales de manera científica: vulva, ovario, testículos, etc.
  • Superadoras de prejuicios y roles sexistas.
  • Siempre que sea posible se le mostrarán imágenes sencillas y claras sobre lo que pregunte.

En algunas circunstancias el niño las repite varias veces. No es que necesite más contenido, necesita escuchar lo mismo para tranquilizarse. El educador responderá cuando esté en condiciones de hacerlo, si no lo hiciese en el momento que se formula la pregunta, es importante que pueda responder lo más pronto sin evadirse, puede utilizarse algún libro o láminas idóneas como ayuda pero nunca éstos suplirán a los padres o al educador en la calidad de la palabra hablada que resuene en la escucha de los niños como experiencia tranquilizadora y de crecimiento para el mismo.

La escuela tiene que ser un ámbito con implicancias considerables, ya que la educación atraviesa al niño, e inicia en ella su proceso de socialización secundaria, pero no se le da lugar en las currículos actuales de la Provincia de Santa Fe ni en sus políticas educativas hasta el momento.

Muchas iniciativas se han desarrollado en distintos lugares del mundo para llevar a la práctica los derechos de los niños, niñas y adolescentes desde la convención sobre los Derechos del Niño, pero sin embargo hay tareas fundamentales que merecen la implicancia educativa y corresponde afrontar en nuestro medio.

Es necesario promover y desarrollar los Derechos del Niño desde los mismos niños, niñas y adolescentes contribuyendo a su incorporación como actores fundamentales en la promoción y aplicación de sus derechos, opiniones, participación y organizaciones de niños, niñas y adolescentes, ya que tienen un valor pedagógico trascendental y formativo. Un niño, un docente y la comunidad toda que participe y se organice, contribuirá a que desde pequeño exprese sus sentimientos e ideas, valore la opinión de los demás, respete y conviva democráticamente con sus semejantes en la diversidad y en la pluralidad de opiniones, adquiriendo valores solidarios y sentido de pertenencia colectiva, que permita la abolición de estereotipos discriminativos y aporte a la construcción de una sexualidad plena, saludable, responsable sin inseguridades, egoísmos e insensibilidad para relacionarse con los demás.

Bibliografía

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  • Doltó, Françoise(1990). La causa de los niños. Editorial Paidós. Barcelona. Buenos Aires. México.
  • Doltó, Françoise(1986). Tiene el niño derecho a saberlo todo. Tomo I y II. Editorial Paidós. Capital Federal. Argentina.
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  • Freud, Sigmund(1908).Teorías Sexuales Infantiles. Amorrortu Editores. Argentina. 1974.
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  • Freud, Sigmund(1910). Recuerdo Infantil de Leonardo Da Vinci. Tomo II. Amorrortu Editores. Argentina 1974.
  • Freud, Sigmund(1984). El malestar en la Cultura. Amorrortu Editores. Buenos Aires. Argentina
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  • Freud, Sigmund(1892). Sobre la psicología del colegial. Edición Biblioteca Nueva. Buenos Aires. Argentina.
  • Lacán, Jacques(1991). Intervención y textos II – «Dos notas sobre niños». Editorial Manantial. Bs. As. Argentina.
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  • Stringaro, Susana; Menin; Caballero y otros(2004). El Juego de los Niños y los Adolescentes. Valor preventivo en situaciones de violencia. Mimeo UNR. (Sólo nos resta jugar, una contrapartida a la violencia)
  • Stringaro, SusanaExperiencias reales de la vida escolar, institucional y práctica clínica.
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  • Verdier Martina, Virginia(2001). El proceso de hacernos sexuales. Editorial Estelar S.A.
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Artículos:

  • Giberti, Eva. Cuando los más chicos preguntan sobre travestís. De Mujeres Hoy. www. Mujeres hoy.com. Fuente Diario Clarín 2005.
  • Acción por los Niños. Programa Nacional de Municipios Escolares Perú en integración con la Red E. Bradem de Suecia. Lima (Perú Agosto 2004).

 

Tomado de: http://vinculando.org/psicologia_psicoterapia/ninos_creciendo_practica_educativa_identidad_autoestima.html

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Susana Stringaro Barbani

Psicopedagoga