El ecopacifismo tiene nombre de mujer Petra Kelly

 

Por: María Torres

En 1982 recibió en Suecia el premio “Right Livelihood Award” conocido como el premio nobel alternativo por forjar y poner en práctica una nueva visión uniendo los intereses ecológicos con el desarme, la justicia social y los derechos humanos.

Decía Petra Kelly que «ser tierno y al mismo tiempo subversivo: eso es lo que significa para mí, a nivel político, ser «verde» y actuar como tal. Entiendo el concepto de ternura en sentido amplio. Este concepto, para mí también político, incluye una relación tierna con los animales y las plantas, con la naturaleza, con las ideas, con el arte, con la lengua, con la Tierra, un planeta sin salida de emergencia. Y, por supuesto, la relación con los humanos. Ternura entre las personas, también en el seno de un partido alternativo y no violento, que apuesta públicamente sin cesar por la suavidad, la descentralización, la no violencia. […] Nuestro rumbo debe llevarnos, sin compromisos, en otra dirección ecológica. Eso significa ponerse a andar políticamente por la vía suave. Esa vía suave significa aprender a concebir nuestro planeta, incluyendo la atmósfera, los océanos y los continentes, como una unidad orgánica viva. Nuestro ecosistema es el universo. No lo dividamos en fragmentos y caigamos en la falsa creencia de que nos basta con entender una pequeña parte para entender también el todo. Respetémonos a nosotros mismos y a nuestro entorno. La tierra y yo tenemos las mismas raíces. La tierra la hemos tomado prestada de nuestros hijos.»

Petra Karin Lehmann nace el 29 de noviembre de 1947 en Günzburg, Baviera, dentro de la Alemania dividida tras la II Guerra Mundial. Vivió en Alemania hasta los 13 años en que su madre se casó con alto oficial militar norteamericano apellidado Kelly. La nueva familia emigra a EEUU, en donde Petra adoptará el apellido de su padrastro.  Kelly pasó su adolescencia en el estado de Georgia hasta que en 1966 se matricula en ciencias políticas en la Universidad de Washington, licenciándose en 1970. Durante su periodo estudiantil, Petra frecuenta los ambientes de la izquierda estadounidense y declara su admiración por Martin Luther King. En 1968 apoyará y trabajará para el candidato demócrata a la presidencia Robert Kennedy.

En 1970 regresa a Europa para realizar estudios de postgrado. Tras una breve estancia en Alemania, Kelly se traslada a Ámsterdam para realizar un máster en estudios europeos. En 1971 comienza a trabajar en el Instituto Europeo de la universidad holandesa como ayudante de investigación, pero pronto regresa a Alemania con su impresionante currículum académico y su obsesión por desterrar las múltiples injusticias del mundo.  Las raíces de su pensamiento estaban en la creencia en un reparto económico mundial de carácter sostenible y ecológico y en el cese de la producción armamentística y nuclear.

Tras empezar a trabajar en la Comisión Europea (en la que estuvo 12 años, desde 1971 hasta 1983) Kelly se involucra como activista internacional en diversos países de Europa, por lo que su fama internacional en estos ámbitos será notable durante los años 70, convirtiéndose en un referente  en los movimientos de no violencia, ecologismo, feminismo y derechos humanos. La no violencia y el pacifismo serán campos preferentes en su actuación y su gran utopía un mundo sin armas. Emprendió, conjuntamente con el filósofo Bertrand Rusell, una batalla por una Europa libre de armas nucleares.

1979 será un año histórico para Petra Kelly y su lucha. En el mes de marzo crea junto con otros políticos de izquierda el Partido Verde Alemán, Die Grünen), el primer partido político ecologista de la historia, que nació de la unión de pacifistas, ecologistas, antifascistas, asociaciones de vecinos y de derechos civiles y el movimiento feminista. De ese mosaico tan diverso emanó, a mediados de los setenta, la BBU (Bundesverband Bürgerinitiativen Umweltschutz), que se convertiría en un partido político: Die Grunen (Los Verdes).

La fundación oficial no será hasta enero de 1980. Kelly fue la primera candidata verde al Parlamento Europeo, consiguiendo además que las políticas medioambientales entrasen por primera vez en una agenda política europea.

A partir de esa fecha compagina su actividad parlamentaria con su dedicación a numerosas iniciativas sociales y humanitarias. Algunas de sus acciones más destacadas corresponden a la década de los ochenta. Al inicio de esta articuló un tribunal de guerra, en Núremberg, donde sentó en el banquillo de los acusados a EEUU, URSS, Inglaterra, China y Francia por la producción masiva de armas.

En el año 1983, en Berlín y Moscú, organizó numerosas protestas antinucleares y manifestaciones por los derechos humanos y participó en varios mítines y bloqueos en las bases militares norteamericanas. Su preocupación por hallar una solución no violenta al conflicto OTAN – Pacto de Varsovia le lleva en junio de 1984 a organizar un congreso para buscar una salida dialogada.

Conjuntamente con otros miembros de su partido, en 1985 ocupa durante dos días la embajada alemana en Pretoria (Sudáfrica) para protestar contra la cooperación económica y política alemana con Sudáfrica durante el Apartheid.  En Irlanda lucha contra el establecimiento de las centrales nucleares y las armas atómicas. Y consigue el Gobierno Alemán curse una disculpa oficial por el bombardeo de Guernica.

Todas estas acciones, excepto la organización del congreso, supusieron para Kelly arrestos y estancias en la cárcel.

En 1982 recibió en Suecia el premio “Right Livelihood Award” conocido como el Premio Nobel Alternativo por forjar y poner en práctica una nueva visión uniendo los intereses ecológicos con el desarme, la justicia social y los derechos humanos. En 1983 Kelly es elegida como parlamentaria en el Bundestag alemán por Los Verdes, convirtiéndose en su portavoz. Además obtiene el galardón de la mujer del año concedido por la organización “Women´s strike For Peace”. En 1984 renuncia a su puesto de portavoz de Los Verdes, aunque continua como parlamentaria hasta 1990. A pesar de que la influencia y el carisma de Kelly, los primeros desgastes hicieron acto de presencia. Muchos compañeros de filas no veían bien su popularidad, a esto hay que sumar el desencanto de Petra por los fracasos de su lucha, la incomprensión de sus ideas por parte de los altos mandatarios políticos, y sobre todo, el cambio súbito que experimentó su país con la reunificación de las dos Alemanias. El panorama internacional tampoco era mucho mejor: la lucha por el desarme, a pesar del fin de la Guerra Fría, no tenía visos de prosperar. La cultura de la guerra se había instalado en el mundo con más crudeza que nunca. El fracaso verde en las elecciones de 1990 terminó de hundirla y tras su salida de la ejecutiva se dio de baja en el Partido.

Petra Kelly conoció a su compañero sentimental el general Gerd Bastian, durante su campaña contra los misiles norteamericanos Pershing II. El general Bastian que era un alto mando del ejército alemán abandonó su carrera militar para incorporarse a la militancia ecopacifista mediante su anexión a Los Verdes. Abandonó la vida militar por estar en desacuerdo con  las políticas de la OTAN y el desarrollo de los euromisiles.

Los cadáveres de Petra Nelly y el general Bastian fueron encontrados el 2 de octubre de 1992 en la ciudad de Bonn. La versión oficial, que presenta numerosas dudas, explica que el general disparó a su amante mientras dormía y después se suicidó. Las causas de este crimen nunca se esclarecieron.

Petra Kelly logró ver muy poco de aquello por lo que ella había luchado. Pero quedan sus ideas, su legado decisivo a la lucha ecológica de los siglos XX y XXI y su aportación al pacifismo. Un magnífico ejemplo de vida comprometida hasta las últimas consecuencias.

Fuente e imagen: https://nuevarevolucion.es/el-ecopacifismo-tiene-nombre-de-mujer-petra-kelly/

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