Propuesta para resolver el abandono adolescente en la escuela secundaria

Por Cristián Parodi*

Wilfredo Pareto (1848-1923) fue un economista, matemático y filósofo italiano que describió la existencia de dos grandes grupos que explican hechos sociales y económicos de manera práctica. Esos grupos se definen en “los pocos de mucho” y los “muchos de poco”. Este principio – que se conoce como la Ley de Pareto o la Ley del 20/80 – dice, muy resumidamente, que el 20% de “A” se explica por el 80% de “B” (y viceversa). Por ejemplo, el 20% de un territorio concentra el 80% de la población; el 80% de las personas compra el 20% de los libros que se publican; el 20% de los proyectos requieren el 80% de los recursos.

¿Qué tiene que ver Pareto con la educación? En este post me gustaría explicar cómo podemos utilizar este concepto para mejorar el desempeño escolar de los alumnos y de las escuelas en general, proponiéndonos una meta concreta: que haya menos repitencia y abandono, y que más adolescentes terminen sus estudios con título (y con los conocimientos que necesitarán para continuar su vida post secundario).

¿Por qué es importante que nos fijemos esos objetivos? Porque en nuestro país el abandono escolar del secundario es una de las crisis sociales más graves y silenciosas que avanza sostenidamente. Se estima que alrededor de 500.000 adolescentes dejan sus estudios cada año. No hay manera de  proyectar futuro en una sociedad que tiene en su núcleo la imposibilidad de construir caminos para el desarrollo de sus jóvenes. El sistema educativo no cuenta con la agilidad necesaria para solucionar este problema rápidamente. Necesita que nosotros, la comunidad, despleguemos nuestra inteligencia, apoyos y recursos para que los adolescentes permanezcan en las escuelas adquiriendo conocimientos y desarrollando su potencial.

El abandono empieza por darnos señales claras: jóvenes que se llevan varias materias y que a partir de segundo año – o tercero – la sumatoria de las previas provoca su abrupta salida del sistema. El desafío consiste en abordar el problema antes que esas señales surjan. Si podemos monitorear el desempeño de los alumnos desde el primer día de clase, podremos desplegar a tiempo los apoyos que esos jóvenes necesitarán para aprobar y continuar con sus estudios.

¿Cómo podríamos activar ese seguimiento?. Retomemos a Pareto. Aplicando su principio podemos decir que el 20% de las materias que se dictan en un curso generarán el 80% de los aplazos. Esta hipótesis, que se puede validar con las estadísticas que registra la escuela y que deberían ser difundidas por cada institución, es un punto de partida muy importante para poder concentrar y orientar a tiempo – es decir antes que finalicen los trimestres – los acompañamientos y apoyos que necesitará un amplio grupo de alumnos para aprobar las materias más difíciles.

Las redes de apoyo de la escuela

Nuestros esfuerzos y recursos se tienen que concentrar en ese 20% de materias críticas. El siguiente paso consistirá en diseñar cómo instrumentaremos los  acompañamientos que nos ayudarán a aumentar la cantidad de aprobados.

Una idea válida es acudir a las “redes de apoyo” de la escuela. ¿Qué son esas redes? Son grupos de afinidad interesados en sumar su tiempo, recursos e inteligencia para complementar los esfuerzos que la escuela necesita. Esas redes pueden ser de ex alumnos, ex docentes y la comunidad de padres, que están dispuestos a asistir y apoyar a los grupos más vulnerables. La participación del docente en este proceso será esencial, a partir de su diagnostico y recomendaciones para reforzar el desempeño de esos grupos. Será quien informará las calificaciones cuando sucedan, requisito fundamental para desplegar los acompañamientos.

Implementando la idea

Como todo proyecto colaborativo, esta iniciativa se puede poner en marcha por el impulso de algunas de las partes que lo conforman.

Si los docentes ven que esta idea es potable, que será un apoyo esencial para el dictado de sus clases y para mejorar el desempeño de su sus alumnos, serán ellos los que presentarán la iniciativa al equipo directivo de la escuela.

Si los padres, que sí están interesados en que sus hijos aprendan y terminen sus estudios, que viven la etapa del secundario con mucha preocupación y temores respecto del futuro de sus hijos,  tuvieran la oportunidad concreta de sumar sus esfuerzos para ayudarlos – y a sus compañeros – a entender lo que les resulta más difícil, también llevarán esa iniciativa a la escuela.

Si los ex alumnos y ex docentes, que tienen un fuerte sentido de pertenencia con la institución que los formó, o en la que estuvieron trabajando durante años, vieran que esta propuesta es un aporte concreto para que haya más egresados y menos abandono, comenzarán a compartirla con ex colegas y ex compañeros para que tome impulso y se pueda poner en marcha.

No esperamos que todos los miembros de esos grupos sumen sus apoyos, bastará con que el 20% se involucre genuinamente para conseguir un aumento del 80% en el desempeño escolar de los alumnos. En otras palabras, que más estudiantes aprueben las materias difíciles, y que menos adolescentes abandones sus estudios. Así iremos impulsando este proyecto curso por curso, año tras año, provocando mejoras sustanciales en los procesos de aprendizaje de los adolescentes.

El drama del abandono escolar dejó de ser únicamente un desafío de la educación pública. Es un problema de nuestra sociedad que tiene la responsabilidad de desplegar el potencial de sus jóvenes en la etapa más importante de sus vidas: la escuela secundaria.

Nota: Escuelas interesadas en poner en marcha esta iniciativa les ofrecemos nuestra colaboración para concretarla. Invitamos a escribirnos por email a porlaeducacionhoy@gmail.com o por mensaje interno en Hagamos algo por la educación

Publicado originalmente en: https://laescuelacolaborativa.com/2016/03/22/propuesta-para-resolver-el-abandono-adolescente-en-la-escuela-secundaria/

Imagen: http://www.monografias.com/trabajos99/desercion-educativa/image001.jpg

 

Comparte este contenido: