Francia: Una parisina demanda al Estado francés por la polución aérea

Francia/Junio de 2017/Autora: Silvia Ayuso/Fuente: El País

Clothilde Nonnez tiene una obsesión. Cada día, antes de salir de su casa parisina, consulta en su teléfono móvil la aplicación de Airparif, que mide los niveles de polución del aire en la capital francesa. Al contrario que la mayoría de los parisinos, si el día es lluvioso o hace viento, ella se alegra. “No es muy bueno para la moral, pero siento que respiro bien cuando llueve o sopla viento, al menos puedo positivizar el mal tiempo”, sonríe resignada.

Porque, a pesar de haber llevado siempre una vida sana, esta profesora de yoga y antigua bailarina de 56 años, 30 de ellos pasados en París, sufre problemas respiratorios crónicos que le obligan a tomar, a diario, numerosos medicamentos. Cada vez que hay un pico de polución, sus dolencias se agravan. En diciembre de 2016, en uno de esos días de gran contaminación ambiental, sufrió una pericarditis. Creyó que no viviría para contarlo. Lo superó, pero se hartó. “Fue la gota que colmó el vaso”, explicó este miércoles, después de que su abogado, François Lafforgue, presentara una demanda contra el Estado, en el que ve el responsable último del problema de contaminación.

La demanda por “falta culposa” del Estado es una acción inédita en Francia. Pero Lafforgue, que calcula que el proceso puede durar un año, cree que al contrario que otras acciones previas, esta puede tener éxito porque apunta directamente a una “inacción” de las autoridades y se basa en un caso que considera probado con informes médicos. “La demanda va contra las autoridades que tienen los medios para tomar medidas para combatir la polución pero que no lo hacen o no lo hacen de forma suficiente. Además, el Estado podría tomar medidas que obligaran a respetar la calidad del aire”, explicó en rueda de prensa en París.

Lafforgue adelantó que, tras la de Nonnez, una treintena de demandas más serán presentadas en las próximas semanas ante tribunales de París, Lyon, Lille y en Alta Saboya. Porque el problema, aunque agudizado en ciudades como París, no afecta solo a las grandes urbes, afirman los expertos.

Según un estudio de la Sanidad francesa publicado hace un año, la contaminación del aire es la responsable de la muerte de hasta 48.000 personas en Francia cada año, la tercera causa de mortalidad en el país tras el alcohol y el tabaco. En zonas urbanas de más de 100.000 habitantes, la polución resta una media de 15 meses de esperanza de vida. Pero la contaminación también roba tiempo y calidad de vida en ciudades más pequeñas —hasta diez meses en áreas urbanas de entre 2.000 y 100.000 habitantes— y nueve meses en zonas rurales.

A Nonnez no le cabe duda de que sus problemas médicos están íntimamente relacionados con la polución. “Siempre llevé una vida muy sana. Pero dos años después de mudarme a París, desarrollé un asma grave”, asegura. Desde los años 80 debe tomar fuertes medicamentos para sus dolencias respiratorias y además ha tenido que ser internada en varias ocasiones. La última vez fue en diciembre cuando, coincidiendo con una alerta por contaminación en París, sufrió tales dolores torácicos que tuvo que ir al hospital, donde asegura que los médicos establecieron un “vínculo directo” entre su estado y “el episodio de polución” y le advirtieron de que había estado al borde de una parada cardiorrespiratoria.

La “solidez” de su expediente médico hace que su abogado y las asociaciones medioambientales que apoyan la aventura judicial contra el Estado se sientan seguros al dar este paso que, esperan, logre de una vez llamar la atención sobre este problema.

“Es paradójico, esto es una crisis sanitaria, la polución es la tercera causa de mortalidad en el país, no hay duda alguna, pero no pasa nada. Estamos ante un problema invisible. La polución es invisible, pero también las víctimas son invisibles”, lamenta Olivier Blond, presidente de la organización Respire.

A Nonnez la llaman ya la Erin Brokovich francesa, en referencia a la activista estadounidense contra la contaminación del agua cuya encarnación en una película homónima le valió a la actriz Julia Roberts un Oscar. Ella sonríe halagada, pero asegura que su meta es mucho más modesta. “Yo solo quiero que podamos respirar un aire mejor, París es una ciudad magnífica y no podemos aceptar que una ciudad así esté tan contaminada”.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/06/07/ciencia/1496852990_871069.html

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México: Fallas en plan contra la obesidad violentan el derecho a la salud de los niños: El Poder del Consumidor

México/11 de marzo de 2017/ Fuente: Procesos/ Autor: Mathieu Tourliere

El mal diseño y la captación por las industrias refresqueras y de la comida chatarra de la política que implementó Enrique Peña Nieto para combatir el sobrepeso, la obesidad y la diabetes, violentan los derechos a la salud de la infancia, así como los derechos a la alimentación adecuada y a la información de los mexicanos, sostuvo la organización El Poder del Consumidor en una queja que presentará hoy ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

“Lo que queremos es un pronunciamiento de la CNDH respecto a que estos actos violan los derechos de los niños y los adultos, y que haga un llamado a las autoridades para que revisen estas regulaciones y empiecen a cumplir con ellas”, dijo Julio Salazar, coordinador jurídico de la organización, en entrevista telefónica con apro.

La queja insiste en las fallas de tres medidas incluidas en la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, la Obesidad y la Diabetes (ENSOD), las cuales aspiran a desincentivar el consumo de comida chatarra, sobre todo entre los jóvenes: se trata de la prohibición de la venta de estos productos en las escuelas, la regulación de la publicidad televisiva en horarios con público infantil y el etiquetado frontal.

La organización subraya que, si bien la legislación mexicana prohíbe la venta de comida chatarra y de refrescos en las escuelas, en la práctica “no se ha implementado” debido a la falta de capacitación y de seguimiento, así como a la indolencia de las instancias educativas: tanto la Secretaría de Educación Pública (SEP) como la Secretaría de Educación de la Ciudad de México (SEDU) afirmaron en respuesta a solicitudes de transparencia que “no eran competentes” en el tema.

La organización lleva años denunciando la colusión entre la industria refresquera y ciertos sectores del gobierno y luchando para una mayor prevención del consumo de refrescos y comida chatarra en el país, donde siete de cada diez adultos y tres de cada diez niños padecen sobrepeso; y donde la diabetes cobra cerca de 100 mil vidas al año.

El Poder del Consumidor documentó que bajo la administración de Mikel Arriola Peñalosa –actual titular del Instituto Mexicano del Seguro Social– la Comisión Federal para la Prevención de los Riesgos Sanitarios (Cofepris) adoptó normas a modo de la industria.

En materia del etiquetado frontal, la Cofepris elaboró las normas sin convocar al Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ni a la academia de medicina ni al Instituto Nacional de Nutrición; tampoco realizó foros ni consultas.

Así, el etiquetado que entró en vigor legalmente en abril de 2015 resultó una copia del modelo que elaboró la industria, por iniciativa propia, en marzo de 2011.

Documentos confidenciales revelados por apro mostraron que la representante de la Organización Mundial de Salud en México advirtió desde abril y mayo de 2014 al gobierno mexicano que el etiquetado “tiene el riesgo de mal informar al consumidor” y que “no parece ser apropiado, ya que conlleva el estatus-quo de la obesidad actual”.

Respecto a la publicidad de refrescos y comida chatarra dirigida al público infantil, que entró en vigor en abril de 2014, la Cofepris prácticamente copió las medidas del llamado EU Pledge, es decir el paquete de regulaciones que diseñó la propia industria en la Unión Europea.

Esta regulación se limita a prohibir la difusión de comerciales de comida chatarra y refrescos en el cine y la televisión entre las 2:30 y las 7:30 de la tarde, pese a que los niños forman parte de la audiencia entre las ocho y las 10 de la noche, según la organización.

Además, esta prohibición no se aplica a los medios digitales ni a las redes sociales –de las que los niños son grandes usuarios–, y los límites de azúcares a partir de los cuales se prohíbe la difusión de un comercial son seis veces superiores a los que recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

“Lo peor de todo es que a pesar que ese estándar es laxo, la legislación mexicana es más laxa todavía”, deploró Salazar.

 

Fuente: http://www.proceso.com.mx/477206/fallas-en-plan-contra-la-obesidad-violentan-el-derecho-a-la-salud-de-los-ninos-el-poder-del-consumidor#!kalooga-22894/

Fuente imagen: http://img.kaloo.ga/thumb?url=http%3A%2F%2Fcdn.proceso.com.mx%2Fmedia%2F2014%2F02%2Fpf-0786080822-SEP-EM-2-f.jpg&md5val=52257f8d30adbe335d5a3125998607ef&key=4f955381b665241262ab3aac6f0df75dcf2d7683&method=fill&size=708×388

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