Datos, gobierno y educación

 Por: Pedro Flores

 

No hay gobierno al que no lo alcance la realidad. Por más que se exalten los símbolos, se descalifique, y se construya una narrativa redentora, tarde o temprano los hechos deben contrastarse con la capacidad gubernamental para cumplir con lo prometido.

Esto precisamente está ocurriendo a raíz de los resultados de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos en los Hogares 2020 que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, un órgano constitucionalmente autónomo, dio a conocer la semana pasada. Con esta edición, se pueden “dimensionar los cambios” que se registraron “a consecuencia del periodo de contingencia sanitaria originada por la Covid-19, las medidas de confinamiento de la población y el cierre de la actividad económica” (Inegi).

Repasemos algunos datos y comentémoslos a la luz de la política educativa del país. Primero, es importante hacer notar que a pesar de que el ingreso a nivel nacional cayó en 5.8 por ciento de 2018 a 2020, esta variación no fue la misma para todos. Los más pobres (Decil I), por ejemplo, vieron aumentar sus ingresos en uno por ciento, mientras que el resto de los demás grupos los vieron disminuir de manera significativa. Esto explica en parte que la desigualdad –medida por el coeficiente de Gini– disminuyera de 2018 a 2020. ¿Logro de la 4T?

La disminución no es estadísticamente significativa y para ser honestos, también hay que recordar que la desigualdad disminuyó durante eso que algunos llaman la época “neoliberal”. Entonces, el coeficiente de Gini pasó de 0.449 a 0.426 de 2016 a 2018 y lo más importante: el ingreso de los más pobres también aumentó aunque aquí sí de manera significativa, así como el de casi todos los demás grupos. Esto en cambio no se observó con la 4T. Es cierto que ahora hubo cierre de actividades económicas a raíz de una pandemia, pero tampoco tiene caso calificar el desempeño de un gobierno con una etiqueta. Cuentan los hechos.

Otro aspecto que llama mucho la atención de la ENIGH es la disminución significativa del ingreso para las poblaciones con mayores dosis de escolaridad. Aquellos que cursaron la educación media superior, superior, y el posgrado vieron reducir sus ingresos en 10, 13 y 26 por ciento, respectivamente, de 2018 a 2020.

En términos del gasto de los hogares, como era de esperarse, los mexicanos gastamos 40 por ciento más en salud en 2020 que en 2018, pero fueron los más pobres, según el colectivo “México, ¿cómo vamos?” los que cargaron con ello. ¿Es este gobierno de izquierda? No lo parece.

Además, los hogares redujeron el gasto en “educación y esparcimiento” en 45 por ciento durante el mismo periodo. ¿Se relaciona esto con la exclusión escolar? De acuerdo con otra encuesta del Inegi, 8.8 millones de niñas, niños y jóvenes han abandonado sus estudios desde 2019 y a raíz de la pandemia. Fue muy valioso que la 4T prometiera “no dejar a nadie afuera” de la educación, pero no ha cumplido. Llamemos entonces a este gobierno –como a cualquier otro– a rendir cuentas contrastando los hechos con sus ideales y principios. La vida real de las personas es lo que cuenta.

 Investigador de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCPyS)

Fuente de la información e imagen: educacionfutura.org

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México: Uno de cada 10 menores de 17 años no acude a la escuela: Inegi

México/21 de Agosto de 2017/La Jornada

En México uno de cada 10 niños y adolescentes no asiste a la escuela. De ellos, 36.7 por ciento tiene entre 12 y 17 años de edad, lo que eleva su nivel de vulnerabilidad. En el país viven 33 millones 64 mil 767 menores de tres a 17 años, etapa propicia para acudir a recibir enseñanza básica.

Sin embargo, de los adolescentes de entre 15 y 17 años que no asisten a la escuela, sólo 56 por ciento completó su educación básica; 41 por ciento no concluyó sus estudios en ese nivel, y 2.8 por ciento nunca ha completado ningún año escolar.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), difundidas en abril pasado, señalan que existen factores sociales, económicos y geográficos que influyen en el real ejercicio del derecho a la educación, sobre todo para la población que sufre pobreza y marginación, quienes presentan mayor riesgo de abandono escolar.

Los resultados de la Encuesta Intercensal 2015 revelan que 49.3 por ciento de los menores de 17 años que no asiste a la escuela corresponde a niños en edad de cursar prescolar (tres a cinco años), y otro 36 por ciento a la población de 12 a 17 años.

La Secretaría de Educación Pública señaló, en su Cuarto Informe de Labores, que en el ciclo escolar 2015-2016 atendió a 25.9 millones de alumnos de prescolar, primaria y secundaria, por lo que la enseñanza básica concentra a 71.2 por ciento de la matrícula del Sistema Educativo Nacional.

La dependencia afirmó que se alcanzó una cobertura de 96.6 por ciento para el grupo poblacional de entre tres y 14 años, por lo que 3.4 por ciento no es atendido en las 226 mil escuelas distribuidas en todo el país, donde laboran 1.2 millones de maestros.

Por su parte, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) señala en su informe La Educación Obligatoria en México 2017, que poco más de 1.6 millones de niños de tres a cinco años; 700 mil de seis a 14, y 1.7 millones de adolescentes de 15 a 17 años están fuera de la escuela, ya que no tenían una asistencia regular a los centros escolares.

Agregó que sin importar el contexto socioeconómico, en todas las entidades hay una deuda social importante para asegurar la asistencia regular a las escuelas de niñas, niños y jóvenes con edades típicas para asistir a educación prescolar o media superior.

Pese a los avances en la escolarización de los menores de seis a 11 años, quienes están en edad de cursar la primaria, destacó que en 2015 sólo 64.3 por ciento de la población infantil de tres a cinco años en Chihuahua asistió a la escuela, mientras que en Tabasco 14 de cada 100 menores no acudían con regularidad al prescolar.

El INEE reveló que en más de la mitad de las entidades asistían regularmente menos de tres cuartas partes de estos niños (de tres a cinco años). En estas entidades, el mayor porcentaje de asistencia, con 74.5 por ciento, lo tiene Chiapas.

En lo que respecta a los adolescentes de 15 a 17 años, apunta que la menor asistencia se detectó en Michoacán, con 64 por ciento; y la más alta en Ciudad de México, con 83 por ciento. Sin embargo, en al menos 15 estados la tasa para este grupo de edad fue inferior a 73 por ciento.

En secundaria, para los menores de 12 a 14 años, la entidad con la menor asistencia a la escuela es Chiapas, con 87.4 por ciento de la población en este rango de edad. Y la mayor tasa de asistencia regular es Baja California Sur, con 96.8 por ciento de los adolescentes escolarizados.

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