Echar raíces en Rimkieta

Por: Amigos de Rimkieta 

La sombra de un árbol es en Burkina el lugar por excelencia para  encuentros y reuniones. Ellos son los testigos de las tertulias donde se toman decisiones y se resuelven todo tipo de conflictos, se organizan bodas, comuniones, bautizos y funerales y, por supuesto, se echan las mejores siestas.

Rimkieta necesita árboles, para esas reuniones y siestas, pero mucho más importante todavía, por los numerosos beneficios para la naturaleza. Las lluvias en Burkina son torrenciales y pocos minutos bastan para inundarlo todo. Hace apenas una semana 4 personas fallecieron y más de 2.000 familias se quedaron sin casa (que era de adobe y se la llevó el agua), por causa de una tormenta. La copa de los árboles atrapa el agua y amortigua su caída, y sus raíces la absorben, disminuyendo los numerosos charcos, nido de mosquitos y como consecuencia, de la malaria.

Cada año, con la llegada de las lluvias, en primavera-verano, ponemos en marcha la nueva plantación de árboles. Acabamos de hacer un recuento del total de árboles plantados desde que iniciamos el proyecto en 2008. De los 7.100, hay 4.234 vivos… 🙁 Los 50 primeros árboles hace ya ocho años, los talaron para leña que necesitan para cocinar; las terribles inundaciones de 2009 se llevaron por delante la plantación de ese año y del anterior…; y, pese a la protección que ponemos, los animales se han comido el resto de los que faltan… Desolador, porque no solo plantamos el árbol, sino que lo regamos un par de veces por semana y abonamos y cuando conviene durante dos años… Mucho trabajo para conseguir que una acacia dé una sombra de 4 o 5 metros de diámetro, tres o cuatro años después.

 Protección de adobe, plantación 2016.

Pero no hay inundaciones o animales que puedan con nosotros y este año volvemos de nuevo a la carga con 600 árboles más, con una nueva protección de ladrillos de adobe revocados con cemento. Contamos con el compromiso de los vecinos, aquellos que en su día los cortaron para leña… y que hoy nos piden que plantemos en sus calles. Y este cambio ya es mucho ganado.

Las dificultades para hacer cualquier cosa, por sencilla que parezca, en este maravilloso país no faltan, y lo de las protecciones de adobe está resultando ser un verdadero reto. El proveedor de los ladrillos que no cumple con los 1.000 diarios pactados que necesitamos…; el transportista de los ladrillos que nos deja tirados sin avisar para irse a cultivar al campo; encontrar un nuevo transportista y negociar el precio que habíamos conseguido con el otro es misión imposible, por lo que el presupuesto inicial se dispara…; pero el precio del cemento baja, no se sabe por qué,  y se compensa… ¡que Dios aprieta, pero no ahoga!…

Cuando plantamos un árbol lo hacemos pensando en el medio ambiente de Rimkieta, en sus calles, en sus familias, que los verán crecer delante de las puertas de sus casas, y en todas las decisiones que el árbol cobijará. Cada árbol plantado es un árbol que limpia el aire, que proporciona oxígeno, que refresca las calles, y hasta he leído que se ha demostrado que los vecindarios y hogares que tiene vegetación son más pacíficos que los que no la tienen… ¡Así que no hay duda de que merece la pena seguir plantando árboles, pese a las piedrecitas del camino!

Fuente: http://amigosderimkieta.blogspot.com/

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Fundación Amigos de Rimkieta

La Fundación Amigos de Rimkieta (FAR) nace en otoño de 2004 con la finalidad de contribuir al desarrollo económico y social del barrio. De la mano de los hermanos Luis y Montse Riba, Juan Carlos Vázquez-Dodero, José Vidal, Mercè Casanovas, Fernando Infiesta y María Vázquez-Dodero nos embarcamos en la apasionante tarea de facilitar la vida a los vecinos del barrio de Rimkieta de unos 40 kilómetros cuadrados con solo 60.000 habitantes.