Unos 10.000 cursan cada año en Buenos Aires, atraídos por la calidad y los bajos costos.
Por: Federico Rivas Molina.
Hasta darse una vuelta por los pasillos de la facultad de Medicina de laUniversidad de Buenos Aires (UBA) o recorrer las aulas donde se dicta periodismo en la Universidad de Palermo (UP) para escuchar la inconfundible tonada colombiana. Llegados desde Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla o Cartagena, 10.000 estudiantes de grado y posgrado han dado un nuevo perfil al ambiente académico local, atraídos, dicen ellos, por la fama regional que tiene la educación en Argentina y menores costos que en Colombia. La mayoría se ha adaptado rápidamente, muchos tienen trabajo y algunos hasta piensan en quedarse.
La cuestión económica es lo primero que motiva a los colombianos a estudiar fuera de casa. Luego se presenta el dilema del país de destino, y es ahí donde Argentina corre con ventaja. “La mayoría de los títulos son compatibles y muchos vienen a la UBA porque es gratis. Chile es más caro que acá y Argentina tiene además el prestigio de sus universidades. Siempre se ha visto a Argentina como la Europa dentro de la Latinoamérica y venir aquí no es tan caro como ir a Europa”, dice Simón Gómez, estudiante de periodismo deportivo en la UP. La ventaja de los costos, sin embargo, se ha deteriorado en los últimos años. Hasta 2015 el cambio de moneda era muy favorable para los colombianos, pero la ecuación se alteró cuando el dólar en Colombia casi duplicó su valor frente al peso. La inflación argentina degradó aún más el beneficios. “Conozco amigos que se han ido con el aumento de los precios en Argentina. Además el dólar en Colombia pasó de 1.600 a 3.000 pesos y eso hizo que sea más caro financiar nuestra estadía aquí”, explica Gómez.
La mayoría de los colombianos que viven en Buenos Aires se mueven dentro de la red de migrantes que encuentra cuando llegan. Si vienen de familias de alto nivel económico seguramente irán a parar a una universidad privada como Palermo, si no será más común encontrarlos en la UBA. Cuando no pueden costearse un piso individual lo comparten con otros estudiantes. Y la mayoría busca algún trabajo que les permita participar poco a poco del mercado local y autoabastecerse sin la ayuda familiar. Pero las aspiraciones laborales no siempre se ven satisfechas. “Es relativamente fácil conseguir un trabajo, sobre todo en el área de los servicios, como camarero, por ejemplo. Pero no tienes la oportunidad de tener trabajos que tengan un perfil más alto”, cuenta Felipe Guevara, nacido hace 32 años en una ciudad pequeña del departamento de Boyacá y alumno de periodismo en la UP. “En Argentina la formación es mejor”, dice, “la educación en Colombia es más complicada y retrograda. Todavía el profesor es ese que no te enseña sino que te llena de conceptos, sabe mucho pero no sabe enseñar. Aquí se centran más en que la persona aprenda a que se saque una buena nota”.
¿Y existe un choque cultural? “Llegué con una idea de los argentinos, pero han sido muy amables y calurosos. Dicen que los porteños son arrogantes o te tratan mal o te van a discriminar y ha sido todo lo contrario, les encanta que seamos extranjeros”, dice Blanco. Los estudiantes coinciden, sin embargo, en que es duro sacarse de encima ciertos estereotipos atribuidos al colombiano, como aquel que los vincula a la cultura del narcotráfico. Para Guevara, “no falta el desubicado que te pregunta que piensan de Pablo Escobar, y eso el colombiano que viene con cierto nivel educativo no lo ve de buena manera. Es como resaltar una imposición que tenemos en todos lados”.
Fuente:http://internacional.elpais.com/internacional/2016/11/12/argentina/1478966878_961145.html
Imagen: http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2016/11/12/argentina/1478966878_961145_1478968004_noticia_normal_recorte1.jpg