Por: CELAG/15.12.2016
Desde CELAG conversamos con el nuevo presidente del Banco del Sur, Pedro Buonomo. Fue designado la semana pasada en reunión en la sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Pedro Buonomo, ex viceministro de Economía y Finanzas de la República Oriental del Uruguay durante la presidencia de Pepe Mujica, asume el cargo con el gran desafío de lograr el retorno a América latina de buena parte de su excedente financiero (que por ahora sigue afuera de la región).
CELAG. No miremos atrás. Vayamos hacia delante. ¿Cuáles son los grandes desafíos económicos del Banco del Sur para año 2017?
PEDRO BUONOMO (P.B.) Si consideramos que siete presidentes progresistas del continente firmaron el Acuerdo Constitutivo del Banco del Sur hace nueve años, el tiempo que ha transcurrido para concretar la instalación del Directorio Ejecutivo, muestra que el proceso político realizado se puede calificar al menos como complejo. La situación política y económica de la región es diferente a la que existía hace 9 años, y es clave tener un adecuado diagnóstico de la misma a la hora de definir la estrategia de desarrollo del Banco del Sur.
El Banco del Sur se define como banca de desarrollo de un nuevo tipo que se propone financiar proyectos de los países de la región con un enfoque en el fortalecimiento de las soberanía en sus diferentes dimensiones: alimentaria, energética, de la salud, del conocimiento y de los recursos naturales; y desde el punto de vista monetario potenciar las monedas nacionales para contribuir a la creación de un sistema monetario regional.
Con esta visión estratégica fue concebido el Banco y hacia ese objetivo debe transitar. Sin perjuicio de ello la realidad política y económica y las condiciones en el que proyecto comienza a trabajar determinan la necesidad de definir algún tipo de prioridades de corto plazo.
En este sentido y específicamente en referencia al año 2017 podemos destacar algunas líneas de acción concretas.
En términos institucionales, se deberá empezar la etapa pre operativa que culminará con la instalación de la sede del Banco en la ciudad de Caracas. Esa etapa, que se pretende llevar a cabo en los primeros 90 días de trabajo del Directorio Ejecutivo, implica culminar los trabajos en términos del diseño de normas, procesos y procedimientos que regularán la actuación de la institución, así como la estructura organizacional requerida.
En términos de proyectos, el Banco pretende avanzar en la cartera regional de infraestructura priorizada por el Cosiplan en el marco de UNASUR. Existe una cartera de proyectos de infraestructura que incorporan a 3 o más países de la región, y que han sido definidos como claves para avanzar en la integración física, elemento imprescindible para fortalecer el impostergable proceso de integración productiva regional. Si la región no avanza en este camino seguiremos reproduciendo el rol de proveedor de materias primas a través de nuestros recursos naturales al sistema económico global. De allí lo clave de comenzar por los trabajos de preinversión que requieren estos proyectos, cuyas características necesitan la participación de una banca de desarrollo que priorice los objetivos de largo plazo.
Y en términos estratégicos el Banco deberá ir encontrando su lugar entre otras instituciones de la región y con otras de otras regiones. Se deberá buscar acuerdos y complementación con otras instituciones, así como ir incorporando a los otros países de UNASUR a través del desarrollo de instrumentos específicos que permitan su participación en proyectos regionales.
CELAG. ¿Crees que se podrá sostener las políticas públicas que satisfacen derechos sociales con la actual restricción externa en los procesos de cambio de América latina? ¿Cómo?
P.B. La región se encuentra en un momento de restricción externa en términos económicos y políticos. La correlación de fuerzas no es la misma que cuando en la primera década del siglo hubo avances sustanciales en el acceso a derechos sociales de sectores históricamente postergados, a través de políticas públicas que permitieron canalizar partes significativas del excedente económico recuperado. De igual manera el entorno económico internacional es notoriamente más hostil. Basta mirar la caída de precios de nuestros productos exportables, en particular el petróleo.
En este contexto el rol de un banco de desarrollo de nuevo tipo adquiere un carácter determinante. La agenda pendiente de modificación de la estructura productiva que apunte al fortalecimiento de la soberanía de los países de la región se hace imprescindible. Será clave una visión diferente en el financiamiento del proceso de cambio estructural necesario y el desafío del Banco del Sur será prepararse para contribuir a este requerimiento.
Los avances sociales deben ser sostenidos por los protagonistas del proceso de cambios, son ellos los que defenderán las conquistas alcanzadas más allá de eventuales riesgos que aparecen cuando la correlación de fuerzas cambia. El Banco del Sur fue concebido como un instrumento para la defensa y profundización de estas conquistas. En el marco de las referidas restricciones se deberán encontrar los mejores mecanismos para cumplir ese rol.
CELAG. ¿Cómo debería relacionarse el Banco del Sur con los BRICS y con otros enclave geoeconómicos (BAII)?
P.B. En un mundo de bloques los países de América Latina requieren de institucionalidades comunes en las diferentes dimensiones, a efectos de establecer relaciones con el resto del mundo. A nivel financiero es necesario un Banco que nos represente con una visión diferente a la de las instituciones que tienen con una visión más ortodoxa de la globalización y las relaciones entre los países. Una institución que más allá de gobiernos específicos proyecte con una alternativa regional.
América Latina tiene depositados más de un millón de millones de dólares en el resto del mundo, 75% en EEUU, a pesar de la urgencia financiera que atravesamos. La nueva arquitectura financiera en la que se inserta el Banco del Sur tiene como objetivo estratégico recuperar ese ahorro de la región para que se pueda invertir en proceso de desarrollo de nuestros países. Esta tarea de convencimiento hacia nuestros propios gobiernos e instituciones para que una parte importante de nuestros recursos quede en la región, es uno de los principales desafíos.
Los europeos tienen el Banco Europeo de Inversiones. Los asiáticos acaban de crear el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura. Y quizás, más importante, los BRICS acaban de crear el Nuevo Banco de Desarrollo con el mismo objetivo. Todas estas instituciones están pensadas con una visión estratégica similar al Banco del Sur, recuperar el control de los excedentes financieros de las regiones para canalizarlos en el desarrollo de los países. Existe un claro convencimiento en cuanto a los efectos perniciosos de la globalización financiera para el desarrollo de los países de estas regiones del mundo.
Esta situación abre oportunidades de trabajo conjunto, cooperación y complementación entre las instituciones. Para el Banco del Sur será una prioridad estratégica estrechar vínculos con estas instituciones, compartir visiones y objetivos y avanzar en el diseño de instrumentos que permitan potenciar el trabajo de todas. Sin duda, es una estrategia clave y en esta primera etapa del Banco se le otorgará una especial prioridad.
CELAG. ¿Qué podría hacer el Banco del Sur para evitar los ataques especulativos contra la soberanía monetaria de países tales como Venezuela?
P.B. El Banco del Sur comenzará con un proceso de capitalización paulatino que demandará varios años antes de llegar a cifras significativas en relación a los 20.000 millones de dólares de su capital autorizado. Esta realidad no debe menospreciar el hecho de que luego de un intenso proceso de varios años el Banco se ha establecido formalmente, y ha plantado bandera en un contexto político desfavorable, si lo comparamos con la situación existente cuando se firmó el acuerdo constitutivo en 2006.
Si bien entonces, la potencialidad del Banco en esta etapa inicial estará acotada por sus limitaciones patrimoniales, su presencia indica la posibilidad de actuar en el ámbito financiero regional con una visión diferente. Una visión que como establece su acta fundacional apunte a el fortalecimiento de la soberanía de nuestros países, en particular la soberanía monetaria.
El desafío será encontrar los mecanismos e instrumentos que contribuyan a fortalecer las estrategias soberanas de los países.