En la actualidad, el mundo está confrontado a las cifras más altas jamás registradas de grupos humanos desplazados. En 2015, según cálculos del ACNUR, 24 personas por minuto fueron obligadas a abandonar sus hogares, cuatro veces más que hace diez años, y uno de cada 113 habitantes del planeta se ha visto desplazado por motivos de conflicto o persecución. Además, el 51 por ciento de los refugiados del mundo son niños, muchos de los cuales se encuentran separados de sus padres o viajan solos.
A menudo, los dispositivos móviles se convierten en una de las posesiones más preciadas que las personas obligadas a huir de sus hogares llevan consigo, por lo que las personas desplazadas suelen disponer de un teléfono móvil de última generación.
Las tecnologías móviles constituyen cada vez más un vínculo vital con la educación, pues además de facilitar la integración en las comunidades de acogida, ayudan a estimular la imaginación, facilitan la recuperación y sirven de orientación en el tránsito de un presente incierto a un futuro más prometedor.
Este año, la Semana del aprendizaje mediante dispositivos móviles (MLW, por sus siglas en inglés), se celebrará del 20 al 24 de marzo en la Sede de la UNESCO y estará dedicada a examinar los modos en los que la tecnología puede ayudar a resolver las necesidades educativas de los refugiados y de los estudiantes desplazados por situaciones de crisis o emergencia.
La cifra total de refugiados en el mundo alcanza los 21,3 millones y el ACNUR calcula que los niños refugiados tienen cinco veces más probabilidades de verse privados de escolarización que los no refugiados. Hoy por hoy, sólo el 50 por ciento de los niños refugiados tiene acceso a la educación primaria y esta brecha se agranda conforme se avanza en edad: sólo el 22 por ciento de los refugiados se matricula en secundaria y sólo el uno por ciento accede a la enseñanza superior.
Según datos del Instituto de Estadística de la UNESCO, los niños que viven en zonas en conflictos presentan tasas de escolarización cada vez más reducidas. Sin embargo, la educación, una valiosa herramienta para ayudar a romper el círculo de la violencia, no se tiene en cuenta en las primeras etapas de intervención en situaciones de crisis y emergencia.
La Sra. Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, ha querido subrayar lo importante que es garantizar la educación de los millones de niños y jóvenes cuyo futuro peligra por los conflictos, los desplazamientos y los desastres naturales. “Es necesario considerar la educación como un elemento de la respuesta temprana cuando se produce una crisis y ha de ser una parte esencial de cualquier estrategia de consolidación de la paz”, afirmó.
Urgencia e innovación
La MLW, auspiciada conjuntamente por la UNESCO y el ACNUR en colaboración con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UTI) –la organización de las Naciones Unidas especializada en tecnologías de la información y la comunicación- congregará a líderes y expertos de los diferentes e interconectados sectores de la educación, las tecnologías y las crisis humanitarias para compartir prácticas innovadoras que se llevan a cabo en todo el mundo y dar visibilidad a las opciones de que disponen los gobiernos y otros organismos.
Mark West, especialista en TIC de la UNESCO, afirma que “el potencial de la tecnología móvil para facilitar el aprendizaje en situaciones de emergencia y crisis humanitaria es considerable, pero apenas empezamos a entender cuál es el mejor modo de potenciarlo y cómo aprovecharlo a gran escala.”
La UNESCO tiene un programa específico que investiga cómo las tecnologías móviles asequibles pueden potenciar el aprendizaje, especialmente entre los grupos humanos más vulnerables. El ACNUR, que también realiza estudios en torno al tema, ha creado una unidad para la innovación, encargada de elaborar soluciones que ayuden a los refugiados, y se ha asociado con otras organizaciones para formar el Humanitarian Education Accelerator (Programa acelerador de la educación humanitaria), con el fin de definir, apoyar y difundir las últimas innovaciones educativas. El ACNUR también trabaja en asociación con universidades, organizaciones y donantes en el marco del Consorcio de Aprendizaje Conectado para la Educación Superior de los Refugiados, que promueve y coordina el acceso a una enseñanza superior reconocida y de calidad en situaciones de conflicto, crisis humanitaria y desplazamiento.
“Es fundamental que los niños que se encuentran en situación de desarraigo debido a las guerras y a la violencia no se queden aún más rezagados”, afirma Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. “Debemos ser creativos en la búsqueda de soluciones”.
Por su parte, la Sra. Jacqueline Strecker, responsable de la iniciativa Learn Labdel ACNUR en Kenya afirma: “Llevar la educación a los contextos donde hay refugiados es un camino plagado de obstáculos como la falta de recursos, docentes con una formación limitada y un sinfín de temas relacionados con la protección. Las tecnologías móviles ayudan a solventar estos problemas y para los estudiantes son una puerta abierta al mundo”.
La MLW, que es el principal evento de la conferencia anual de la UNESCO sobre el uso de las TIC en educación, llega a su sexta edición y a ella acuden representantes gubernamentales de más de 50 Estados Miembros de las Naciones Unidas. Este año participarán más de 100 ponentes. El plazo de inscripción está abierto y la UNESCO y el ACNUR invitan a proponer ponencias y talleres hasta el martes 17 de enero de 2017.
En la edición de este año se celebrará en primer lugar un simposio, el lunes 20 y el martes 21 de marzo; los talleres tendrán lugar el miércoles 22 de marzo; losStrategy Labs (talleres sobre estrategias) están previstos para el jueves 23 de marzo y, por último, el viernes 24 de marzo, habrá un Foro sobre Políticas del más alto nivel, realizado con la colaboración de la UIT.
Fuente: http://www.unesco.org/new/es/media-services/single-view/news/mobile_learning_week_2017_education_in_emergencies_and_c/
Imagen: http://www.unesco.org/new/typo3temp/pics/f01ed27f39.jpg;pv37787f0a1b2f7e4c