Nicaragua, cooperación genuina, día de la maestra / del maestro

Una labor que deja huella

Por: Aurora Lacueva

Poco antes del 15 de enero, Día de la Maestra y el Maestro, revisando unos papeles tropecé con una página de Últimas Noticias de hace un año: En honor a los maestros. Allí se recogían remembranzas sobre docentes enviadas por lectoras y lectores del periódico. Por ejemplo, Alexander Bolívar recordaba a su profesor Francisco González “Gonzalito”, del liceo Humboldt en Calabozo. Entre otras cosas, señalaba que “este querido educador resaltaba por su excelencia académica y por su abnegada capacidad de servicio”, agregando que “parecía que nunca se cansaba de enseñar”. Incluso ya jubilado, siempre estaba pendiente del liceo. Un liceo, cabe notar, del cual el lector decía: “Por estudiar en esa institución le voy a agradecer a Dios por siempre”.

Por su parte, la lectora Berlytz Chacón indicaba: “Siempre recuerdo con cariño a mi profe de Castellano en el liceo Andrés Bello (Caracas)”, la profesora Botifoll. Chacón explicaba que con ella le tomó gusto a leer y escribir correctamente. Y además fue con ella que subió al Ávila por primera vez y fue con ella que conoció el Campo de Carabobo, donde todo el grupo guardó un minuto de silencio ante la Tumba del Soldado Desconocido. Chacón añadía: “Y un Día del Estudiante nos narró la historia de Ricaurte frente al sitio donde estaba el polvorín en San Mateo”. También esta profesora montaba obras de teatro con ellos, rememoraba la antigua alumna. Y concluía: “fue una profesora de una estirpe docente muy especial, de vocación”. En otra edición de Últimas Noticias me agradó leer un afectuoso texto que un ex alumno dedicaba a “la Gata” Pérez, profesora del liceo Rafael Rangel de Valera, a quien conocí cuando llegué allá a trabajar en los años setenta. Ella tenía fama de exigente, y lo era, a la vez que muy dedicada y justa.

El buen docente deja una positiva y profunda huella en sus estudiantes, para toda la vida. Y es que la docencia es una labor trascendente: su finalidad es ayudar a las personas -sobre todo a los niños, niñas y adolescentes- a desarrollar sus potencialidades, descubrir mundos nuevos y ser mejores. ¡Rescatemos el valor de esta profesión tan singular y útil! Y exijamos al Estado que dé a sus miembros un nivel de vida “acorde con su elevada misión”, como manda la Constitución.

Fuente: http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/aurora-lacueva-una-labor-deja-huella/

Imagen de archivo

Comparte este contenido:

Aurora Lacueva

Aurora Lacueva se graduó como profesora de educación secundaria en el Instituto Pedagógico de Caracas, tiene dos maestrías de la Universidad de Stanford (EEUU) y un doctorado de la Universidad de Barcelona (España), todos en el área educativa. Es profesora de la Escuela de Educación de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas. Se ocupa de temas de pedagogía general y enseñanza de las ciencias, dentro de un enfoque crítico, y ha publicado libros y artículos en ese campo. Ha colaborado con docentes en trabajos de investigación-acción en la escuela, guiando sus tesis de licenciatura y maestría.