Por: Javier Palazón
Los docentes innovadores son bichos raros. Unos frikis, vaya. No lo digo yo. Lo suelen decir ellos mismos casi de forma automática cuando se presentan en público para definir la labor que realizan en su centro educativo o, simplemente, expresan con estas palabras la imagen que ellos creen que tienen entre sus compañeros.
Bichos raros porque, en definitiva, han decidido abandonar la tan manida zona de confort para emprender un viaje hacia un territorio desconocido, hacia una educación cuyos cimientos y andamiajes se están construyendo ahora mismo
Después de muchos años de coincidir con estos bichos raros en toda clase de eventos educativos y de conocer de primera mano sus proyectos e iniciativas, entiendo perfectamente que se sientan y se definan de este modo. Motivos para autodenominarse así no les faltan. Son raros por creer en una educación muy diferente a la tradicional, en las antípodas de la clase magistral; raros porque siguen en su empeño a pesar de no contar en numerosas ocasiones con el apoyo de sus compañeros de claustro o, mucho peor, de lo equipos directivos de sus centros; raros porque suelen olvidarse de los libros de texto cada comienzo de curso para utilizar en sus clases cualquiera de las pedagogías activas de las que llevamos hablando años en este medio de comunicación (Trabajo por Proyectos, Flipped Classroom, Aprendizaje Cooperativo, gamificación…); raros porque creen en la importancia de la Inteligencia Emocional dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje; raros porque son conscientes de que cada estudiante tiene una capacidad distinta a la de su compañero, ni mejor ni peor, pero diferente (Inteligencias Múltiples); raros porque, en definitiva, han decidido abandonar la tan manida zona de confort para emprender un viaje hacia un territorio desconocido, hacia una educación cuyos cimientos y andamiajes se están construyendo ahora mismo con el objetivo de disfrutar de un edificio sólido y con muchísimo futuro por delante.
Son raros por creer en una educación muy diferente a la tradicional, en las antípodas de la clase magistral
Recientemente tuve el placer de convivir durante todo un fin de semana con multitud de estos bichos raros. Fue en la ciudad de Almería, en el marco del #EABE2017, donde se dieron cita más de 500 docentes procedentes no sólo de Andalucía, sino también de otros puntos de la geografía, y hasta de Latinoamérica, para formarse y reflexionar sobre los más variados temas relacionados con el presente y futuro de la educación. Por supuesto, fueron ellos mismos los que se pagaron de su propio bolsillo todos los gastos derivados de asistir a un evento de estas características, organizado también de forma altruista y horizontal cada año con auténtica pasión por un equipo de docentes de una provincia andaluza distinta. Y todo ello, por supuesto, fuera de su horario laboral y solicitando un día libre en muchos casos para no perderse nada. Definitivamente, los docentes innovadores son bichos raros. ¿Y tú?
Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/opinion/los-docentes-innovadores-bichos-raros-javier-palazon/45870.html