América Central/Panamá/27-12-2019/Autor(a) y Fuente: www.prensa-latina.cu
En Panamá, ‘los altos índices de deserción y repetición en estos territorios están asociados a la crisis social y económica que impera en los pueblos indígenas y a la falta de propuestas y soluciones más eficaces, que requieren de la participación de las autoridades tradicionales’, precisó la Evaluación Sociocultural para el Plan de Desarrollo Integral de los Pueblos Indígenas (2018).
A juicio del diario local La Prensa, el sistema educativo panameño marca una diferencia de 95 puntos entre los alumnos con más y menos recursos, lo que no solo perpetúa la segregación social, sino que ahoga las expectativas de un futuro mejor.
El artículo, publicado tras conocerse los resultados de la prueba PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos), reveló que en una escala promedio de los exámenes de lectura, ciencia y matemática, el Itsmo ocupó el lugar 71 entre los 79 evaluados, lo cual constituye un reflejo de la desigualdad imperante.
La nación centroamericana invierte apenas el 3,3 por ciento de su Producto Interno Bruto en educación, uno de los más bajos del continente, de ahí que en el anterior gobierno (2014-2019) los gremios magisteriales escenificaron masivas protestas para exigir al menos el seis por ciento que establece la Constitución.
Recientemente el Consejo de Gabinete aprobó un crédito adicional de nueve millones 816 mil dólares al Ministerio de Educación para mejorar la infraestructura de los planteles docentes, que en el caso de las comarcas indígenas suelen ser ranchos escuelas.
Entre los anuncios realizados por Cortizo durante su recorrido por la empobrecida comarca Ngäbe Buglé en agosto último sobresalieron la creación de una universidad, la entrega de becas para continuar estudios superiores y de textos escolares de manera gratuita a los estudiantes de sus 378 escuelas, a partir del curso 2020.