Redacción: Aporrea
El uso indiscriminado y excesivo de la fuerza policial terminó gaseando la escuela primaria 25 de julio afectando a los niños que se encontraban en el lugar. La represión sucedió luego que los manifestantes le gritaron “asesinos “ a los legisladores y le pegaron carteles en sus autos con reclamos y pedidos de justicia.
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El 19 de noviembre del año pasado, en Senkata, las Fuerzas Armadas y la policía dispararon balas de plomo asesinando a diez personas para romper un piquete que bloqueaba la salida de camiones de una planta de hidrocarburos.
Dos días después, una multitud que se dirigía a La Paz con los féretros de los asesinados por la represión policial y militar, fue nuevamente agredida. Al llegar a la plaza Murillo, frente a la sede de gobierno, se toparon con tanquetas de la policía que les impidieron el paso y los reprimieron con gases.
Cabe recordar que, en esos días inmediatos al golpe de Estado que derrocó a Evo Morales, la autoproclamada presidenta, Jeanine Añez, emitió un decreto en el que liberó de “responsabilidad penal” a los agentes de seguridad que participen “en los operativos para el restablecimiento del orden y estabilidad pública”.