América/México/03/06/2020/Autora: Daliri Oropeza/Fuente: piedepagina.mx/
Profesores en Oaxaca sostienen el sistema educativo durante la pandemia con una red de proyectos pedagógicos independientes, surgidos desde las carencias de los pueblos diversos. Esto les permite que no se pierda el ciclo escolar y que el regreso a clases sea adecuado a las comunidades.
Por más de 20 años, la maestra Anami Claudia López Pérez ha dado clases en la sierra Mixteca, en al menos tres comunidades distintas del pueblo Ñuu Savi. Con ello aprendió más de tres variantes de su lengua, tu’un savi. Es maestra de educación indígena a nivel primaria y resalta por su experiencia como docente en escuelas multigrado en lugares donde sólo se entra a pie o por terracería atravesando los montes.
Ella es de la zona de Malpica, aunque recuerda con mucho cariño cuando dio clases en Putla, por Villa de Guerrero, la zona mixteca más pobre de Oaxaca.
Ahí inició su trabajo como maestra, en una ranchería: eran dos maestras para una escuela multigrado; y se dividían los grados para dar mejor atención a los alumnos. Llegaba cada domingo a la comunidad de Santa Lucía Monte Verde, de tierra cálida y fértil, donde la cosecha de mango, jamaica, maíz y frijol es abundante. Se quedaba toda la semana.
Experiencias como ésta la llevaron a alfabetizar a los niños en la lengua tu’un savi primero, y luego en español, que poco se habla por allá.
En su experiencia los maestros y profesoras en Oaxaca no suelen ser originarios de las comunidades donde dan clases. Por eso ella tuvo la oportunidad de, a la vez que enseñaba, y emprender una investigación. Ahora ya hay más carreteras que cuando empezó.
La maestra recuerda lo sucedido en la pandemia de AH1N1 en 2009: nunca llegaron los sanitizantes que los gobiernos prometieron.
«La pandemia vino a ratificar la gran desigualdad social que existe en el estado de Oaxaca, eso viene a recrudecer en nosotros. Tenemos comunidades donde no hay luz sino es a través de panel solar. Como maestros que hacemos investigación, conocemos los municipios de alta marginación, donde el niño tiene su pedazo de tortilla y su chile. Sí, el niño no tiene para comer, no tiene servicio telefónico, luz, internet, no tiene eso. ¿Cómo van a tener medidas de higiene?» explica la profesora.
Conocer las comunidades más alejadas de la sierra llevó a la maestra Anami a emprender proyectos de investigación pedagógica y lingüística de la región de donde es originaria, la Mixteca. Por eso, en estos momentos cumple con el encargo de ser parte del Comité Ejecutivo Sectorial de la Sección 22 de la CNTE y está en comunicación directa con maestros de toda la región.
Aprende en casa no funciona
La profesora es representante de un sector integrado por 2 mil 80 docentes que atienden 257 escuelas de educación indígena y albergues escolares: desde preescolar hasta nivel medio superior. De sus compañeros, el 80 por ciento vive en lugares urbanizados y van a trabajar a comunidades. Menos del 20 por ciento vive en sus comunidades. La mayoría se ven obligados a desplazarse a la ciudad capital para cobrar su quincena.
Ella evalúa que, durante la pandemia, no ha funcionado el programa oficial Aprende en Casa. También ve inviable el regreso a clases pronto, como lo plantea la Secretaría de Educación Pública, de acuerdo a los semáforos.
Asegura que podría no haber un “regreso a clases” hasta el siguiente ciclo. Las maestras de la CNTE tienen el mapa claro de todas las comunidades que cerraron sus fronteras. Saben lo que sucede en las más alejadas, incluso donde no hay señal telefónica.
Los profesores oaxaqueños están agrupados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Son una red que lleva 40 años trabajando. Desde 2012 comenzaron a elaborar un Plan para la Transformación de la Educación del Estado de Oaxaca (PTEO).
«La comunicación es constante. Tras anunciarse que íbamos a quedarnos en casa, que no íbamos a regresar a clases, los compañeros [pudieron] reorientar el proyecto educativo del ciclo, como se plantea de manera colectiva. Tiene como base fortalecer la vida de los estudiantes, anteponiendo el derecho a la vida, el derecho a la salud en las comunidades».
Las profesoras y maestros de la CNTE siguen en comunicación, con o sin regreso a clases. Realizan el seguimiento con alumnos y el plan pedagógico conforme lo que viven las comunidades. En el Comité Ejecutivo han discutido que el regreso a las aulas será de acuerdo a como lo permitan las comunidades por sus autoridades tradicionales, o se decida en las asambleas.
De la realidad a la red que sostiene la educación
Reyna Joaquina García es ama de casa, vive con su esposo, taxista, en una comunidad zapoteca de Santana del Valle en Tlacolula. Tienen cinco hijos, dos de ellos gemelos de apenas 6 meses.
«Me dan ganas de llorar, no puedo por los bebés», confiesa Reyna Joaquina.
La pandemia trajo para su familia una situación muy difícil. Su esposo no lleva a casa ni la mitad de los 500 pesos que solía llevar al día. Todo está parado y no hay turismo. Tlacolula es reconocido por los tejidos de tapetes artesanales que sus artesanos realizan. De la mano de la pandemia llegó el incremento de los precios del tomate, el arroz, el aceite, el azúcar.
La labor con sus hijos bebés se ha vuelto complicada por la falta de pañales y de toallas húmedas. En estos días ha tenido que cortar pañales de tela. Está preocupada pues debe comer doble o triple, para que sus gemelos tengan que comer. Por el momento comparten un biberón.
«Mi esposo sembró maíz el año pasado pero ni llovió bien. No se hizo el maíz, no llovió, no hubo cosecha. Nosotros compramos tortilla, 80 pesos diario. Eso comen y cenan mis hijos. Si yo hago las tortillas con mi masa, mi maíz, nos alcanza mejor», dice Reyna Joaquina.
Su hijo el mayor tiene 17 y dejó de estudiar. El que le sigue, de 16, acaba de entrar al bachillerato. Matilde es su hija de 15 años que estudia la secundaria. La maestra Olga no ha dejado de tener comunicación con la familia y sigue dejando ejercicios que realizan en los días. Reyna Joaquina dice que no han podido seguir el programa de la SEP por televisión.
«No agarra nuestra tele, además no tengo con qué pagarlo el cable», dice.
No ha podido acompañar a sus hijos medianos con las labores educativas. Sin embargo, ellos han seguido con los trabajos que dejan los profesores. Eso ha sido un alivio en los momentos en que los gemelos lloran al mismo tiempo.
Ella está más que preocupada por el ciclo escolar. Pero, además, está viendo por la alimentación de sus hijos y esperando que puedan mantenerse saludables como familia. Asegura que le da miedo pedir los préstamos del gobierno. Está agradecida con la maestra Olga de la Secundaria Técnica 230 por seguir con su labor de docente, pues todas las semanas han tenido actividades sus hijos. Olga es parte de los profesores que llevan a cabo el Plan para la Transformación de la Educación del Estado de Oaxaca (PTEO).
Defensores de derechos humanos del estado han documentado el cierre de por lo menos 134 localidades, de las ocho regiones de Oaxaca. Esto desde que inició la jornada de Sana Distancia.
Hasta ahora, las comunidades indígenas y rurales de Oaxaca han sido de las zonas menos afectadas por la pandemia. Pero los contagios están aumentando. Hasta el 22 de mayo, el estado acumulaba 902 casos positivos y 93 fallecimientos por covid-19, pero ese mismo día, sólo en 24 horas, registró 94 casos nuevos y 3 fallecimientos.
La importancia del Plan para la Transformación
La maestra de educación indígena, Érika Candelaria Hernández pone en contexto el trabajo que han realizado los profesores democráticos organizados en las ocho regiones de estado por especialidad de los maestros, el nivel que imparten y el tipo de escuela en el que están.
«Es un proyecto educativo emancipatorio, con bases filosóficas, que considera la comunalidad, y tiene que ver con las formas de ver el mundo desde la vida comunitaria. Tiene que ver con la teoría y pedagogía crítica y el análisis de la situación cultural y social. La orientación es que los colectivos escolares estén en un proceso de investigación y trabajo, a partir de eso lo puedan hacer lo mas autónomo. La misma realidad nos lo indicaba, no podíamos seguir con los libros de texto durante la pandemia. Partimos de la realidad para hacer una organización distinta, una pedagogía distinta, que parta de abajo hacia arriba».
La maestra Cande, como la llaman de cariño, explica que la razón por la cual están enteradas de lo que pasa en el terreno educativo en todos los rincones de Oaxaca, es porque continúan el ejercicio de los planes que ya habían trazado desde el inicio de clases con los alumnos, después de haber adaptado los materiales al contexto de la pandemia.
La maestra advierte que la labor que hacen ahora los maestros de continuar con sus clases se debe a un aprendizaje
«Hemos vivido procesos y experiencias. Hemos vivido luchas en Oaxaca, como en 2006 [APPO] o en 2013 [Nochixtlán]. Estas luchas que hemos tenido de resistencia a las políticas en contra de los derechos laborales y educativos nos han generado el conocimiento y la red para hoy tener cómo enfrentar esta pandemia. Estas estrategias que aplicamos, primero las experimentamos cuando nos tocó dar un receso a las clases».
La fragilidad de las comunidades
Para ella, es importante poner una alerta al regreso a clases. Al menos en el estado de Oaxaca. Le preocupa que, desde la parte urbana, se pueda ingresar a las comunidades con pocas condiciones sanitarias.
«Un regreso a clases en estas condiciones, es un error», dice la maestra Cande. «Es una decisión, lo remarcamos, ajena. No está en los maestros decidir si regresamos o no a las comunidades. Toda decisión en este contexto es de salud, responde a las cuestiones científicas y responde a hacer un regreso a clases acorde con las comunidades, tejiendo un diálogo con ellos. Es llevarles la información. Ellos son los que van a decidir cuándo y cómo sería el proceso de retorno de manera organizada y más real».
Érika Candelaria tiene 12 años de servicio docente. Es zapoteca del pueblo Loxicha, entre la costa y la sierra de Oaxaca. Actualmente también cumple un cargo de representación en el Comité Ejecutivo Sectorial. Ha sido maestra unitaria de preescolar y primaria en la región Cañada. Con su experiencia, asegura que en esta realidad no es conveniente hacer ninguna una evaluación ajena o extraordinaria, como plantea la SEP, más bien se requiere una valoración contextual.
«Hoy no nos agarra desprevenidos», afirma tajantemente la maestra Cande, quien asegura que ya han estado dialogando sobre las implicaciones del regreso escolar y las condiciones de las comunidades escolares.
Los profesores y maestras han reflexionado sobre los cambios que un regreso a clases debe contemplar. Las nuevas estrategias tienen que ver con los problemas que viven día a día, como la saturación de grupos, pues ahora todo debe ser con sana distancia. Replantear tener 15 alumnos, pues ahora están arriba de 30 y en muchas ocasiones llegan a más de 40 alumnos.
«Lo que podemos recuperar de las experiencias y de la vida comunitaria, en esta difícil situación, es que todos nos enfrentamos al tema de repensar la vida hoy. Esto nos dice que el sistema de organización de los pueblos y de este espacio educativo, proceso de vida y resistencia, son un gran aporte, que nos han dado los pueblos. El sistema de organización tenemos que mirar desde lo educativo, las políticas realmente pasarán por un proceso de estas realidades diversas».
Desde la perspectiva oficial
Esteban Moctezuma, secretario de Educación Pública expresó la semana pasada que, a partir del 1 de junio. comenzará el sistema de semáforos, para definir el regreso a clases en cada municipio de acuerdo con como evolucione su curva de contagio, “mientras sigue el ciclo escolar como estaba planteado”.
De acuerdo con el subsecretario de Salud, Hugo Lopez Gatell, al inicio de la semana Oaxaca aún tenía más zonas sin contagios, pero días después, durante la conferencia del 20 de mayo de 2020, advirtió que la predicción no está apegándose a la realidad. No es un problema de la predicción, es un problema de lo que está pasando en Oaxaca respecto al comportamiento de la movilidad social, que es el determinante crítico.
“Aquí hay un elemento adicional. Esta proyección o predicción está hecha para la ciudad de Oaxaca y su relativamente pequeña zona metropolitana o área periurbana. Oaxaca es un estado muy disperso, con una gran diversidad, tanto geográfica como social, cultural y de otra naturaleza, que también lleva a que se concentre la atención hospitalaria en la ciudad capital y en otras pocas ciudades. Pero el comportamiento no sigue a todo el estado”.
Fuente: https://piedepagina.mx/oaxaca-docentes-organizados-alertan-sobre-semaforo-de-regreso-a-clases/
Imagen: Cortesía del periódico Educación Popular