Por Alejandra Avendaño
Un innovador sistema de barreras culturales ha sido elegido por el proyecto ciudades MIL de la UNESCO, a fin de medir el nivel de alfabetización mediática de los ciudadanos. El modelo ha sido implementado por Felipe Chibás Ortiz, a cargo de Thtot-CRIARCOM y autor de 23 libros, define las veinte principales barreras culturales de la comunicación a nivel mundial.
Chibás Ortiz es experto en Media Literacy y barreras culturales y representante para América Latina de la Alianza Mundial para colaboraciones en Alfabetización mediática e informacionales (GAPMIL por sus siglas en inglés) de la UNESCO y con él vamos a hablar de las principales barreras culturales que han encontrado y de la alfabetización mediática como una vía para combatirlas.
AA: ¿Cuáles son las barreras culturales qué ustedes han detectado?
FCh: Hemos encontrado unas veinte barreras culturales que afectan a diversos países en distinta medida. Tenemos la barrera urbano rural, que es la tendencia a menospreciar a lo que viene del ámbito rural, priorizando a las ciudades; el etnocentrismo, en donde se discrimina a las personas según su lugar de origen; el religiocentrismo, muy presente en América Latina, y se trata de validar solo una religión en lugar de las demás; el sexismo, tiende a menospreciar a un género por encima de otro, en especial, a la mujer, pero también afecta a personas LGBTB; el sensualismo, que es diferente de la anterior y se enfoca en valorar la belleza física de una persona, en relación a patrones culturales estándar de lo que significa ser bello; la barrera de la clase social y económica, en donde las personas con mejor capacidad financiera tienden a menospreciar a quienes no son parte de su grupo socio-económico; lengua y dominio de un segundo idioma, cuando algunas personas de un país no hablan un segundo idioma que les permita tener más oportunidades, como en el caso de Brasil, que se habla portugués en una región con predominancia de español; la barrera contra las personas con capacidades diferentes, que padecen discriminación laboral; la referida a la ética, muy presente en Latinoamérica y que se ve en la corrupción que afecta la región o en la tendencia a nos respetar las reglas establecidas; las barreras tecnológicas, muy presentes también en la región y que se trata de falta de acceso a recursos como internet.
Después hay otras barreras como la tendencia al individualismo; a no valorar la edad; el bullying; la barrera ecológica (tendencia a no hacer uso responsable de los recursos naturales); la jurídica, que se expresa cuando el aspecto cultural no coincide con las regulaciones de la Ley; la distancia jerárquica; la barrera de inmediatez versus resultados a largo plazo; la de internalidad y externalidad, cuando se asume que el éxito depende solo de nosotros o de factores externos a nosotros; la de control de incertidumbres, cuando se tiende a tratar de controlar los hechos incluso inciertos; y finalmente, la de adopción de liderazgos de estilos autocráticos en contraste con los tipo laissez-faire, cuando el equipo decide y no hay líder.
AA: Usted de la mano de Thtot-CRIARCOM ha desarrollado diversas investigaciones sobre barreras culturales, ¿coméntenos cuáles son las principales y en qué campos se han aplicado?
FCh: Lo hemos aplicado en el sector público y privado. Comenzamos por la hotelería y turismo, avanzamos hacia los startups, pero hemos desarrollado proyectos del sector educación, en donde tenemos mucha fuerza. Las investigaciones que hemos hecho de barreras culturales a la comunicación y que hemos presentado en la UNESCO han sido aplicados a la educación. También lo hemos aplicado a empresas privadas dedicadas a la innovación, pero hemos desarrollado investigaciones en proyectos comunitarios, culturales.
AA: A propósito del sistema de barreras culturales, ¿qué hallazgos nos puede presentar sobre la discriminación y su evolución en Latinoamérica?
FCh: Nosotros levantamos diversas barreras en América Latina y entre las más importantes, está la del racismo, que muchas veces va asociada con otras barreras, como la de género. Cuando estudiamos un tema como el racismo, suele ser necesario tener una clasificación científica que nos permita desglosar mejor el problema, porque si no se queda en abstracto. En este caso, el sistema de barreras nos permite medir el grado que tiene y las formas en las que se manifiesta. Por ejemplo, las mujeres negras enfrentan diversos tipos de barreras, que son diferentes a los que enfrenta una mujer asiática, blanca, o indígena, grupos que también las enfrentan. Nosotros hemos estudiado esto y hemos encontrado que las mujeres negras enfrentan barreras como el sensualismo, suelen ser vistas como objetos sexuales y no como un ser inteligente; enfrenta la barrera etnocéntrica, por tener la piel oscura se asume que debe venir de África, y que en este lugar no hay desarrollo intelectual. La otra barrera es la del religiocentrismo, que están asociadas a creencias relacionadas a la brujería, cuando puede ser católica o atea; la barrera jerárquica, por ser negra no se le considera en un cargo de dirección, sino como la empleada. Por medio de nuestro sistema, identificamos un mapa de barreras culturales que enfrenta la mujer, según la etnia, que no son las mismas.
AA: ¿Cree que las redes sociales promueven barreras culturales en la población? ¿qué formas de discriminación observa en estas plataformas?
FCh: Las redes sociales y los medios de comunicación son amplificadores de todo lo que existe en el mundo real. Es decir, si existen problemas de racismo o barreras culturales y otros se van a reflejar en las redes y se amplifican, porque si antes una persona sentía miedo de usar una frase racista o de otro tipo agresiva frente a otra, ahora puede publicarlo en las redes sociales y la persona agredida que está en otro lado no va a poder tomar una medida para responderle.
Hay redes sociales que potencializan la conversación ética y otras que no, quizás por el formato de la red que no le ponen límites a mensajes que incitan al odio. Por eso, si el funcionamiento de las redes no hace nada y permite estos comportamientos, está estimulando el discurso del odio. Por ejemplo, vemos como ahora a Facebook se le exige que adopte mecanismos fuertes, para evitar las “fake news” (se refiere a contenidos falsos) y mensajes de odio, se busca que estas compañías tomen medidas para evitar que cualquier persona, sea un presidente de cualquier país o un influencer, coloca una mentira, de forma intencional.
AA: Hay quienes critican a la televisión y al cine, indicando que impulsan representaciones estereotipadas sobre las personas, por lo que sus contenidos deberían revisarse, pero otros dicen que es absurdo, ¿qué opinas al respecto?
FCh: Coincido con la postura de que no se deben establecer representaciones o barreras culturales de las personas en relación con su raza, preferencia sexual, procedencia étnica, entre otras. Nosotros creemos que hay que revisar, por ejemplo, los programas cómicos que hacen burla de las identidades diversas; o el que siempre se le atribuyan roles subalternos a alguno de los representantes de estos grupos que he mencionado. Lo mismo pasa con las estatuas de esclavistas o personas con posiciones racistas que están siendo cuestionadas. Es necesario revisar la historia y esas representaciones sociales, construir nuevas narrativas de todas esas situaciones, porque muchas veces los personajes de estas estatuas fueron pintados como héroes.
AA: Desde el enfoque sociocultural ¿qué vías de solución se pueden aplicar para combatir la discriminación en la región y cómo la alfabetización mediática puede ayudar a combatir este problema?
FCh: Desde Thtot-CRIARCOM estamos planteando una serie de estrategias de solución que se aplican según la situación. Una manera es cambiar la representación de esos grupos sociales, darle más protagonismo a los colectivos que enfrentan más barreras culturales, como los negros o indígenas. A través de nuestros proyectos y grupos, hemos tratado este tema. Nosotros organizamos debates sobre estos asuntos y estamos preparando a profesores, universitarios y gestores comunitarios en temas como los de Media Information Literacy (alfabetización mediática) para que adopten una postura crítica con respecto a la comunicación y la sociedad. Por eso, estamos promoviendo la enseñanza del pensamiento crítico y creativo para romper las barreras culturales a la comunicación.
Pero, primero es importante hacer un diagnóstico de las barreras culturales de una forma bien específica y acorde a esto buscar soluciones aplicables solo a cada caso y luego promover una capacitación sobre la barrera cultural diagnosticada al grupo que le corresponde, brindándole toda la información posible acerca de ese preconcepto.
AA: La UNESCO ha planteado el proyecto ciudades MIL para impulsar la alfabetización mediática, ¿cómo va esta iniciativa y en qué medida su organización contribuye en el mismo?
FCh: El proyecto Ciudades MIL de la UNESCO, involucra una nueva forma de ver la ciudad, a través del desarrollo de competencias de alfabetización mediática en los ciudadanos. Esto implica involucrar a stakeholders, no solo los relacionados con el sector educación o grupos comunitarios, sino también las empresas startups, agencias de marketing o comunicación, órganos gubernamentales como actores importantes para el desarrollo del Media Information Literacy (MIL).
De nuestro lado, hemos propuesto el sistema de métricas de ciudades MIL, que evalúa la aplicación de competencias en alfabetización mediática. Estamos en conversaciones con la prefectura de Sao Paula para hacer un piloto del tipo ciudades MIL ahí y tenemos pedidos en otras ciudades como La Habana, Nairobi, entre otras. También, estamos desarrollando junto a Alton Grizzle, especialista del programa UNESCO, un aplicativo llamado “Smart Cities, ciudades MIL”, que emplea herramientas como la inteligencia artificial (IA) y utiliza nuestro sistema de trece indicadores y métricas para evaluar cuan cerca o distante se está de ser una ciudad MIL.
Dentro del proyecto de ciudades MIL, hemos realizado el libro “De las ciudades inteligentes a las ciudades MIL”, junto al profesor Mitsuru Yanaze de la Universidad de Sao Paulo y más de veinte autores, procedentes de 14 países y publicamos el libro “Marketing, comunicación, tecnología e innovación en las ciudades MIL”. Además de que participamos el año pasado en el evento mundial de ciudades de la UNESCO para elaborar el nuevo “Global Framework for Media and Information Literacy Cities (MIL Cities)”.
AA: La metodología de barreras culturales ha sido referenciada por la UNESCO como una vía para promover la inclusión social y garantizar la alfabetización mediática, ¿cómo se puede aplicar en América Latina?
FCh: Puede usarse para diagnosticar las barreras culturales que tiene un barrio frente a otro sitio. Por ejemplo, recuerdo un proyecto sociocultural que se realizó en un barrio de Cuba, en donde se les enseñaba bailes de origen europeo a niños, cuyas costumbres estaban asociadas a manifestaciones artísticas afrocubanas. Se dio un cierto rechazo de los niños a este aprendizaje, debido a su composición étnica identitaria, lo que es una barrera. Por eso, es importante diagnosticar las barreras culturales de una población antes de instalar un proyecto público, empresarial u otro.
AA: ¿De qué forma las plataformas mediáticas y de redes sociales pueden aplicar los enfoques de la UNESCO y el de barreras culturales que Usted propone para combatir los sesgos discriminatorios en la publicidad, los contenidos xenófobos y las redes sociales?
FCh: En tiempos de Covid-19 conocer las barreras culturales que se manifiestan en internet es muy importante. El enfoque de barreras culturales podría combatir estas situaciones, a través de la divulgación de los cursos que hemos preparado para esos casos, con la creación de campañas para enseñar a las personas a detectar las “fake news” (se refiere a contenidos falsos). La creación de documentales, blogs o cursos de aprendizaje abierto para promover el enfoque de las barreras culturales y el MIL de la UNESCO, junto a la difusión de las obras que hemos desarrollado, y la participación de la comunidad de estudiantes en la creación de materiales, también sería una forma.
Fuente: http://www.aikaeducacion.com/en-profundidad/las-barreras-culturales-que-enfrenta-la-mujer-en-america-latina-segun-su-etnia-no-son-las-mismas/