Por: Luz Palomino CII-OVE/GT capitalismo digital, política educativa y pedagogía crítica
La pedagogía, como reflexión sistemática sobre la educación, no ha sido un fenómeno estático, sino un proceso dinámico de construcción y crítica. El recorrido por las ideas de doce pensadores fundamentales—Rousseau, Kant, Pestalozzi, Fröbel, Montessori, Decroly, Freinet, Piaget, Vygotsky, Freire, Rodríguez y Bello—nos permite trazar un mapa de la evolución del pensamiento educativo desde la Ilustración hasta el siglo XX. Este análisis revela una transición progresiva desde una pedagogía centrada en la razón abstracta y el deber, hacia una pedagogía centrada en el niño, luego a una pedagogía social y crítica, y finalmente a una pedagogía constructivista y liberadora.
I. Los Cimientos Ilustrados: La Razón, la Libertad y el Ciudadano (Siglo XVIII)
El Siglo de las Luces sentó las bases filosóficas sobre las que se construiría la pedagogía moderna. Dos figuras son centrales, con enfoques distintos pero complementarios.
Jean-Jacques Rousseau (1712-1778): En su obra Emilio, o De la educación, Rousseau plantea una «pedagogía negativa» o «natural». Su principio fundamental es que el niño es bueno por naturaleza y la sociedad lo corrompe. Por lo tanto, la educación debe consistir en proteger al niño de las influencias sociales negativas y permitir que su naturaleza se despliegue libremente. El educador es un «jardinero» que cuida el desarrollo, no un «moldeador» que impone formas. Rousseau introduce la revolucionaria idea de las etapas de desarrollo, argumentando que cada edad tiene sus propias formas de pensar y aprender, que deben ser respetadas. Su legado es el niño como centro del proceso educativo.
Immanuel Kant (1724-1804), por su parte, ofrece una perspectiva más social y racional. En sus lecciones de Pedagogía, Kant ve la educación como el medio para que la humanidad se perfeccione. Frente a la naturaleza espontánea de Rousseau, Kant enfatiza la disciplina y la cultura como herramientas para domesticar la animalidad inicial del hombre y guiarlo hacia la autonomía moral. Su famoso lema «¡Atrévete a saber!» (Sapere aude) encapsula el ideal ilustrado: la educación debe liberar al individuo de su «minoría de edad», enseñándole a usar su propia razón sin la guía de otro. Para Kant, el fin último es la formación del ciudadano ilustrado y autónomo.
En América, Simón Rodríguez (1769-1854) y Andrés Bello (1781-1865) adaptan estas ideas al contexto de las nuevas repúblicas. Rodríguez, el maestro de Bolívar, es el Rousseau americano. Con su consigna «Inventamos o erramos«, defiende una educación popular, masiva y original. Rechaza copiar modelos europeos y aboga por una educación práctica y útil que forme ciudadanos para la nueva sociedad republicana. Bello, en cambio, es el Kant del nuevo mundo. Como primer rector de la Universidad de Chile, se concentra en la construcción institucional. Para Bello, la educación era el pilar para la estabilidad republicana, enfatizando el dominio de la lengua (su Gramática es fundacional) y el derecho como bases para la civilización y el orden social.
II. La Concreción Pedagógica: El Niño como Ser Activo (Siglo XIX y principios del XX)
Los pensadores del siglo XIX tomaron las ideas seminales de la Ilustración y las tradujeron en métodos y sistemas educativos concretos, dando origen a la Escuela Nueva o Educación Activa.
Johann Heinrich Pestalozzi (1746-1827) es el puente entre Rousseau y la pedagogía moderna. Inspirado por él, pero llevándolo a la práctica, Pestalozzi propone una educación basada en la observación y la experiencia. Su famoso lema «cabeza, corazón y mano» sintetiza su visión integral: la educación debe desarrollar simultáneamente lo intelectual, lo moral y lo físico. Insistió en que el aprendizaje debe partir de la intuición directa de los objetos (observación) y avanzar gradualmente hacia conceptos abstractos, criticando la memorización mecánica.
Friedrich Fröbel (1782-1852), discípulo de Pestalozzi, lleva el enfoque natural al extremo al crear el Kindergarten («Jardín de Infancia»). Para Fröbel, el niño es como una planta que debe crecer en un ambiente adecuado. El juego es la actividad central a través de la cual el niño se expresa y comprende el mundo. Diseñó una serie de materiales didácticos llamados «dones» y «ocupaciones» (esferas, cubos, etc.) para estimular el desarrollo de conceptos abstractos a través de la manipulación concreta.
María Montessori (1870-1952) y Ovide Decroly (1871-1932) perfeccionan este enfoque a principios del siglo XX. Montessori desarrolla un método científico basado en la observación de los niños. Creó un «ambiente preparado» con materiales autocorrectivos que permiten al niño autoeducarse siguiendo sus propios intereses y ritmo («mente absorbente«). El rol del adulto es ser un guía discreto. Decroly, por su parte, propone la globalización del aprendizaje a través de los «centros de interés». Parte de la idea de que el niño percibe la realidad como un todo, por lo que la enseñanza debe organizarse alrededor de temas significativos para él (por ejemplo, «la alimentación»), integrando diversas áreas del conocimiento.
Célestin Freinet (1896-1966) introduce un fuerte componente social y cooperativista. Su pedagogía es la del trabajo. Critica la escuela libresca y pasiva y la remplaza con técnicas basadas en la vida: la imprenta escolar, el texto libre, la correspondencia interescolar y las asambleas de clase. El aula se convierte en una comunidad cooperativa donde los niños aprenden haciéndose cargo de proyectos reales, desarrollando un espíritu de solidaridad y responsabilidad.
III. Los Fundamentos Científicos: El Constructivismo y la Dimensión Social (Siglo XX)
A mediados del siglo XX, la psicología proporciona una base científica sólida para las intuiciones de los pedagogos de la Escuela Nueva, dando lugar a las teorías constructivistas.
Jean Piaget (1896-1980) es el padre del constructivismo individual. Su gran aporte fue la Teoría del Desarrollo Cognitivo, que describe una secuencia invariable de etapas (sensoriomotora, preoperacional, etc.). Para Piaget, el conocimiento no es una copia de la realidad, sino una construcción activa del sujeto a través de dos procesos: la asimilación (incorporar nueva información a esquemas existentes) y la acomodación (modificar los esquemas para adaptarlos a nueva información). El aprendizaje debe estar ligado al estadio de desarrollo del niño.
Lev Vygotsky (1896-1934), en contraste, funda el constructivismo social. Para Vygotsky, el aprendizaje es un proceso social y colaborativo. El desarrollo precede al aprendizaje. Introduce el crucial concepto de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP), que es la distancia entre lo que un niño puede hacer solo y lo que puede lograr con la guía de un adulto o en colaboración con pares más capaces. Así, el lenguaje y la interacción social son los motores del desarrollo cognitivo. La educación debe «empujar» el desarrollo, proponiendo desafíos que estén justo por encima de la capacidad actual del alumno.
IV. La Conciencia Crítica: La Pedagogía como Acto Político (Siglo XX)
Mientras Piaget y Vygotsky analizaban los mecanismos del aprendizaje, Paulo Freire (1921-1997) llevó la crítica al plano político y social. Su Pedagogía del Oprimido es un parteaguas en la historia de la educación.
Freire critica ferozmente el modelo tradicional, al que llama «educación bancaria», donde el educador «deposita» conocimientos en el educando, tratándolo como un recipiente vacío y pasivo. Este modelo, argumenta, reproduce las relaciones de opresión existentes en la sociedad. Frente a esto, propone una educación problematizadora y dialógica. El proceso educativo debe comenzar con la realidad y las palabras del educando («palabras generadoras»). A través del diálogo, educador y educando se transforman juntos en sujetos de conocimiento, desarrollando una conciencia crítica sobre el mundo para poder actuar sobre él y transformarlo. Para Freire, educar es un acto político que no puede ser neutral: o bien domestica, o bien libera.
Un Diálogo Inacabado
El recorrido por estas doce figuras muestra un hilo conductor claro: la progresiva centralidad del educando y el reconocimiento de su agencia en el proceso de aprendizaje. Desde el niño natural de Rousseau, pasando por el niño activo de Pestalozzi y Montessori, el niño social de Vygotsky y Freinet, hasta el oprimido consciente de Freire, la educación ha ido desplazando su foco del contenido a la persona.
Sin embargo, este análisis también revela tensiones creativas que siguen vigentes:
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Naturaleza vs. Cultura: Rousseau y Fröbel enfatizan lo natural; Vygotsky y Freire, lo cultural y social.
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Individuo vs. Sociedad: Piaget se centra en la construcción individual; Freinet y Vygotsky, en la comunidad.
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Autonomía vs. Dirección: Montessori confía en la autoeducación; Kant y Vygotsky ven el papel esencial del otro (el maestro, los pares).
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Neutralidad vs. Compromiso: La visión técnica de Piaget contrasta con el compromiso político explícito de Freire y Rodríguez.
Estas corrientes no se anulan entre sí, sino que forman un corpus de conocimiento rico y diverso. La tarea del educador contemporáneo no es adherirse ciegamente a una, sino, comprendiendo su profundidad histórica, dialogar con ellas para crear prácticas educativas significativas, respetuosas y transformadoras que respondan a los desafíos del siglo XXI. La historia de la pedagogía es, en esencia, la historia de la lucha por una educación más humana.
Referencias Consultadas
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BELLO, A. (1847). Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos. Ediciones Ayacucho.
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DECROLY, O. (1921). La función de globalización y la enseñanza. Miño y Dávila Editores.
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FREINET, C. (1949). La Educación por el Trabajo. Fondo de Cultura Económica (FCE).
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FREIRE, P. (1968). Pedagogía del Oprimido. Siglo XXI Editores.
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FRÖBEL, F. (1826). La Educación del Hombre. Editorial Ariel.
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KANT, I. (1803). Pedagogía. Ediciones Akal.
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MONTESSORI, M. (1912). El Método de la Pedagogía Científica. Biblioteca Nueva.
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PESTALOZZI, J. H. (1801). Cómo Gertrudis enseña a sus hijos. Fondo de Cultura Económica (FCE).
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PIAGET, J. (1936). El nacimiento de la inteligencia en el niño. Editorial Crítica.
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RODRÍGUEZ, S. (1840). Sociedades Americanas. Banco Central de Venezuela (Biblioteca Digital).
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ROUSSEAU, J. J. (1762). Emilio, o De la educación. Ediciones varias.
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VYGOTSKY, L. S. (1934). Pensamiento y lenguaje. Ediciones Fausto.
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ABBAGNANO, N. & VISALBERGHI, A. (1992). Historia de la pedagogía. Fondo de Cultura Económica
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GADOTTI, M. (1996). Historia de las ideas pedagógicas. Siglo XXI Editores.
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McLAREN, P. (1995). La vida en las escuelas: Una introducción a la pedagogía crítica… Siglo XXI Editores.
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PUIGGRÓS, A. (2003). De Simón Rodríguez a Paulo Freire: Educación para la integración iberoamericana. Colihue.





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Buen resumen