España/Sevilla/22 de abril de 2016/ABC de Sevilla
Ataviados con sus batas blancas y rodeados de micropipetas, probetas y tubos de ensayos, los alumnos del Colegio Internacional Alminar de Dos Hermanas se preparan para iniciar una jornada de investigación científicaen el laboratorio del centro. El objetivo es analizar y comparar diferentes muestras para desarrollar una vacuna contra la malaria, enfermedad de la que hasta ahora sólo habían oído hablar a través de los libros y los medios de comunicación. Son jóvenes estudiantes, de entre 15 y 17 años, pero investigarán en el laboratorio como si de científicos profesionales se tratara.
Todo lo que ocurre, por tanto, en este experimento es real. Los alumnos debenanalizar varias muestras de sangre de personas residentes en zonas afectadas por la malaria, que ya han sufrido la enfermedad en varias ocasiones y que están inmunizadas a ella, para dilucidar cuál de estos candidatos a vacuna es el más efectivo. Lo harán a imagen y semejanza del procedimiento que siguen los investigadores del laboratorio del Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB), pionero en el desarrollo de la vacuna contra la malaria.
Esta especie de «simulacro» a pequeña escala de lo que ocurre en los laboratorios profesionales se ha llevado a cabo gracias al taller de investigación sobre esta vacuna, que imparte la Obra Social La Caixa en centros educativos de todo el país y que ha recalado recientemente en este colegio de Dos Hermanas para deleite de unos alumnos que se han convertido por unas horas, distribuidas en cuatro sesiones, en profesionales de la ciencia.
Taller de investigación
Los estudiantes reciben primero una parte teórica, impartida por los monitores especializados en la materia, que desarrollan al completo este taller de la Obra Social La Caixa, incluido dentro de la plataforma educativa EduCaixa. Posteriormente, estos aprendices de científicos se trasladan hasta el laboratorio del centro para entrar ya en plena acción e ir analizando cada una de las muestras de las que disponen, hasta terminar obteniendo unos resultados con los que acordar una conclusión conjunta a su estudio y dilucidar si entre estas muestras analizadas hay algún candidato idóneo.
La actividad pretende así acercar la investigación actual al mundo educativo para contribuir a despertar y potenciar nuevas vocaciones científicas. «Los acerca también a la realidad de esta enfermedad porque en la parte más teórica les hablaron de la problemática y de la tasa de mortalidad, en definitiva del aspecto más social y de concienciación de todo esto», apunta en este sentido Martínez.
Al finalizar el taller, los alumnos dejan sus batas blancas, gafas y demás herramientas sobre la mesa de trabajo. Ya en el pasillo, muchos aún siguen comentando la práctica realizada en el laboratorio y debaten sobre la efectividad o no de la vacuna actual. «Aprenden muchísimo, salir de la rutina de clase siempre viene bien y les abre la mente», apostilla la profesora que ha estado con ellos en esta investigación científica a pequeña escala. En poco tiempo, la mayoría de ellos ha adquirido unos amplios conocimientos sobre una enfermedad que, hasta ahora, era prácticamente desconocida para estos estudiantes. «Muchos dicen que les gustaría dedicarse a esto de la investigación científica porque la verdad es que contagia», confiesa la docente.
Epidemia en muchos países
Sólo durante el año pasado, más de 400.000 personas fallecieron en todo el mundo a causa del virus de la malaria, una enfermedad parasitaria que se transmite a los seres humanos a través de la picadura de mosquitos infectados. La también denominada como paludismo, por su nombre científico, es una de las enfermedades más importantes del mundo y constituye, hoy en día, una de las principales causas de muerte en regiones como el África subsahariana, donde ya en 2015 se detectaron el 88 por ciento de los casos, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pese a que en la última década, la mortalidad producida por esta enfermedad ha disminuido considerablemente, la malaria sigue siendo una epidemia en casi un centenar de países, la mayoría subsaharianos. Desde hace un año, sin embargo, hay abierto un halo de esperanza gracias al desarrollo de una vacuna, parcialmente efectiva, que cuenta ya con la aprobación de la Agencia Europea de Medicamentos y en la que participa el Instituto de Salud Global de Barcelona.
El objetivo no es otro que el de evitar el incesante número de muertes provocadas por esta enfermedad, a través de una vacuna efectiva y en combinación con los actuales medios de prevención como son los mosquiteros, insecticidas y fármacos.
Fuente: http://sevilla.abc.es/provincia/dos-hermanas/sevi-alumnos-colegio-hermanas-convertidos-cientificos-contra-malaria-201604220739_noticia.html