El voluntariado, fuerza social conectada por la solidaridad

Fausto Segovia Baus

En tiempos de paz y en tiempos de guerra o de catástrofes, el voluntariado se ha hecho presente. Cuestionados por el poder, los voluntarios constituyen una fuerza social de la sociedad civil, que debe ser apoyada y canalizada. Ser voluntario es algunos países es un honor, pero, ciertamente, no persigue ningún título o mención porque su característica básica es el servicio, sin remuneración alguna. Peor ser catalogado como ‘héroe’, cuando cumple una función para la cual se ha preparado.

Quienes en un momento de nuestras vidas fuimos voluntarios sabemos su esencia, nacida de una vocación de atender al prójimo que sufre, independientemente de su color, condición social, económica o religiosa.

• Todos somos voluntarios No es un eslogan. El terremoto de Manabí es un ejemplo real de la capacidad de la gente para organizarse y ofrecer lo más urgente –alimentos y vituallas- a sus hermanos. Decenas de camiones salieron de inmediato de las principales ciudades, llenos de pertrechos con fundas y cartones acumulados en los centros de acopio. Las llamadas de auxilio de los pobladores dieron resultados. Y las redes sociales entraron en acción, y todos nos conectamos para ayudar, sin esperar nada del oficialismo. Es que se trató de una reacción espontánea e inmediata ante una tragedia de grandes proporciones. Todos, sin excepción, nos convertimos en voluntarios en favor de una causa justa.

• ¿Qué es el voluntariado? La sociedad civil está vinculada al voluntariado, que es una fuerza social de carácter plural, no estatal, cuyo origen es la ciudadanía que asume responsabilidades sociales, sin otra recompensa que el servicio humanitario. El voluntariado no tiene partida de nacimiento precisa, pero existen hitos importantes donde los voluntarios comenzaron a actuar, en defensa de los seres humanos. Los inicios del Movimiento Internacional de la Cruz Roja, fundada por Henri Dunant, en 1863, es un claro ejemplo de la actitud humanitaria de personas y organizaciones en favor de la defensa de la vida. Otra organización mundial es el Movimiento Scout, con su lema ‘ser útil’ liderado por su fundador Robert Baden-Powell; también los Clubes de Leones, Kiwanis, Rotary, YMCA (Asociación Cristiana de la Jóvenes), y otras organizaciones altruistas, sin fines de lucro. El voluntariado se expresa en función de los problemas sociales y se orienta a ayudar a personas en situación de desventaja o de privación afectiva o económica. Sus campos son amplios: la educación, la salud, la microempresa, la agricultura, la artesanía, los derechos humanos, el ambiente, los migrantes, etc. Y ahora, con toda autoridad, en tiempos de emergencias y desastres.

• ¿Elitismo en el voluntariado? Este es un mito muy difundido. Hay que reconocer que existen numerosas organizaciones de la sociedad civil, que actúan como sociedades de beneficencia o fundaciones sin fines de lucro. Y que, inclusive, podrían formar parte de grupos pudientes. De hecho, algunas empresas privadas han creado corporaciones para atender a personas en situación de vulnerabilidad, en el ámbito de la responsabilidad social. Por ejemplo, los niños de la calle, los ancianos, el hombre doliente, las madres solteras, los enfermos de sida o cáncer, los indígenas, entre otros grupos. ¿Es que esta gente se organiza para aliviar los dolores de conciencia? Talvez sí, talvez no; pero lo cierto es que se rigen bajo estatutos y realizan o realizaban acciones sociales, que en los últimos tiempos han sido cuestionadas por el oficialismo, que ven intromisiones inaceptables de organismos internacionales (Decreto 16).

• Otra pregunta y la respuesta ciudadana ¿Quién dice que los voluntarios son exclusivamente los ricos que desean entregar las migajas que caen de la mesa? La respuesta a esta pregunta la ha dado el pueblo ecuatoriano –la sociedad civil- que actuó de inmediato en el terremoto de Manabí y Esmeraldas. El ciudadano del Ecuador ha dado muestras de su fortaleza moral y cívica, y ha actuado en forma libre; las diferencias socio-económicas fueron superadas por ese valor tan maravilloso como es la solidaridad. El voluntariado, por lo tanto, mira la humanidad y los principios, y no los intereses o ventajas. El voluntario da su tiempo, sus ideas, sus brazos y sus piernas, y sobre todo sus corazones al servicio de una noble causa. Y esto sucedió en esta catástrofe. Las lecciones del voluntariado del Ecuador –que se autoconvocó e integró a decenas de rescatistas, médicos, enfermeros, bomberos, estudiantes de diferentes carreras y activistas sociales- son aprendizajes valiosos que deben ser asumidos por la sociedad. ¿Un nuevo estatus para el voluntariado? ¿Cómo capitalizar estos aprendizajes de la sociedad civil?
Fuente: :http://www.elcomercio.com/blogs/la-silla-vacia/voluntariado-fuerza-social-conectada-solidaridad.html.

Fuente de la imagen: http://www.caritasecuador.org/wordpress/wp-content/uploads/2014/06/voluntariado.jpg

 

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Fausto Segovia Baus

Crónicas y reflexiones de Fausto Segovia Baus, educador asertivo, investigador, adicto a la lectura y viajero tenaz. Segovia es responsable de la edición impresa de la revista mensual EducAcción, y antes fue editor-fundador de la revista FAMILIA del Grupo EL COMERCIO. La educación y la comunicación están articuladas para transformar la sociedad, complementadas por una ética civil. Apuesta por un periodismo educativo, ciudadano, científico y crítico