Chile/29 de Mayo de 2016/Entorno Inteligente
Colegios rurales que tienen computadores y tabletas pero que no cuentan con electricidad permanente. O internet que se cae con frecuencia.
Son dos situaciones con las que se encontró Intesis, una empresa de Integración, Consultoría y Servicios de TI, que con el apoyo de Corfo, investigó a 152 escuelas rurales del país para conocer su realidad de uso de la tecnología.
Los resultados no son alentadores: el 27,6% de los colegios analizados (42) tiene un nivel tecnológico bajo, el 52% calificó como nivel medio y un 20,4% suficiente.
«Al llegar a los colegios rurales inicialmente se veía que no tenían mayores diferencias respecto a un colegio urbano. Las salas están bien cuidadas, no se llueven, existen equipamientos tecnológicos y los niños reciben su ración alimenticia diaria. Pero al profundizar en la cotidianidad, se traslucen otras dificultades: la luz es escasa o las instalaciones tienen problemas eléctricos, y sólo el 50% de los computadores funciona correctamente», señala el estudio.
La investigación también detectó que los computadores y recursos llegan a las escuelas pero son poco o mal usados. Algunos docentes no se sienten seguros de hacer una clase con equipos defectuosos, con virus o donde internet es muy inestable. «Esto muestra que muchas veces se comienzan proyectos tecnológicos con falta de contexto o desde un nivel central que no conoce 100% y a cabalidad la realidad de cada comunidad escolar», concluye el informe.
El estudio dice que el Estado ha cumplido bien con la primera etapa del desafío, al proveer ciertos niveles de acceso a tecnología, con equipamiento e infraestructura. Pero las escuelas rurales demandan ahora recursos, capacitación, soporte y una «ayuda experta» en tecnología.
«Creemos que el mundo privado y el Estado deben adaptar su oferta tecnológica y de servicios, haciéndolas más pertinentes a las realidades de la educación rural», dice Ricardo Mansilla, CEO de Clic Educa.
Marcelo Vera, coordinador de la red Enlaces, reconoce que están «en un proceso de maduración desde los usos básicos de la tecnología hacia otros más sofisticados».
A su juicio, «el desafío es que los estudiantes usen las tecnologías para aprender, que los centros educativos realicen un trabajo planificado en la integración de tecnologías y entreguen acompañamiento a la labor del docente». También plantea que «debe fortalecerse un uso pertinente de la tecnología, adecuado al contexto de los establecimientos».
Según Mansilla, pese a que todavía existen carencias de «infraestructura tecnológica y acompañamiento con las TIC, la buena disposición y ‘entusiasmo’ frente a la tecnología educativa son elevados en los establecimientos rurales. Sorprende gratamente ver, por ejemplo, cómo usan cada vez más los teléfonos y tabletas para estrategias pedagógicas».
Para los investigadores, el alto porcentaje de uso de tecnología móvil de los alumnos fue sorpresivo. «El 89% posee acceso a un smartphone y 37% a una tableta», dice Mansilla.
Fuente: http://www.entornointeligente.com/articulo/8478116/Victor-Gill-Ramirez–CHILE-27-de-los-colegios-rurales-no-pueden-usar-bien-la-tecnologia-29052016