América del Sur/Colombia/14 de Agosto de 2016/Autora: Gloria Hurtado/Fuente: El País
Al pie de la letra, sí, se puede ser gay a los 5 años, aún más, desde antes, desde el vientre de la madre o aún desde antes de nacer. Porque la historia familiar, estudiada desde el transgeneracional o desde la psicogenealogía, puede darte un lugar de homo o hetero, si hay pendientes familiares o si haces una lealtad con algunos de tus antepasados, independiente del cuerpo biológico con el que se nazca. La biología es un empaque que marca el sexo, hombre o mujer y está determinado principalmente por los órganos genitales. Pero lo biológico, el empaque, el sexo, no determina el contenido, o sea el género, el comportamiento. Que se construyen debido a múltiples variables. Porque es indiscutible que somos ‘más’ que biología y no nos agotamos en ella. La biología determina el sexo. El empaque al nacer puede ser hombre o mujer pero ello no significa que el ‘contenido’ vaya a concordar con el empaque. El contenido o género depende entonces de lo que te rodea, de lo que traes en tu historia familiar, de la cultura que te contiene y te introduce como ser humano. Además se habla sólo de dos sexos y es posible que estemos ad portas de descubrir si realmente sólo existen dos sexos.
El sexo se puede conocer antes de nacer. El género, o contenido, es aquello que la cultura, la familia, el deseo parental, ‘determinan’ sobre el nuevo ser. Género entonces es una ‘imposición’ cultural que las sociedades, religiones, estados o familias, determinan como adecuados o inadecuados. Y se quiere, claro, que el sexo coincida con el género. ¡Pero no siempre sucede! Vivir ‘dentro’ de la cultura es un acto de sometimiento a las leyes culturales y no siempre es fácil hacerlo. ¿Cuántas personas a través de la historia han terminado comportándose como la sociedad espera y no de acuerdo a lo que personalmente sentían en su interior? Hoy, con la apertura de criterios, con la tecnología a la orden y con la globalización, más voces pueden expresar: “no quiero este cuerpo”, “no me siento a gusto”, “quiero ser otra persona”, “quiero otro sexo”.
Esto no significa que ahora existan más personas homosexuales o que el mundo, en lenguaje de fanáticos, esté fuera de control. Hay más libertad de comportamiento, se da un mayor apoyo científico, existe más respeto por la individualidad, la globalización conecta casos y los publicita y hay la ‘autorización’ de ser como se siente que se es, prefiriendo ser fiel a sí mismo por encima de lo que se espera. Se puede ir en contra vía de lo establecido sin que existan inquisiciones u hogueras que ‘quemen’ la diferencia.
El asunto no es fácil y menos en educación. Qué tanto se debe imponer o que tanto se debe respetar a un niño o niña de 4 o 5 años que no acepten su cuerpo. El caso de la niña de Brad y Angelina es contundente: como padres ellos respetaron el rechazo de su hija a ser mujer. Lo mostró desde siempre y pareciera que no hubo duda sobre cómo se sentía. Quería ser un hombre y su actuación y comportamiento van en esa línea. El caso de la diputada de Santander con su lenguaje ofensivo, es muestra clara de la confusión lógica para encontrar el equilibrio entre guiar, respetar o imponer. No es fácil el momento para los colegios y para las nuevas generaciones de padres cuyos hijos nacen con el chip de la independencia.
Fuente: http://www.elpais.com.co/elpais/opinion/columna/gloria-h/gay-5-anos
Fuente de la imagen:http://www.observatoriobioetica.org/2015/04/embrion-humano-es-ya-un-hombre-aquel-que-lo-sera/7336