24 de agosto de 2016 / Por. Augusto Costa Zabaleta / Fuente: http://www.cronica.com.ec/
La naturaleza es sabia, el equilibrio del planeta radica y se fundamenta en la existencia de los reinos: animal, vegetal y mineral; el reino animal representado por el ser humano, dotado de sentidos, del intelecto y la razón; el animal inferior por excelencia incentivo; el vegetativo con características propias de vida, crecimiento fructificación, y el reino mineral, con fuerzas intrínsecas de la materia, representado por el átomo.
El ser humano que ocupa el peldaño privilegiado en la escala de los seres vivos, con sus atributos especiales, por su perfección, un alma intelectiva, que tiene la capacidad de deliberar y tomar decisiones, integrado por la esencia que radica en el mismo ser y de la substancia de que esta integralmente formado; es decir espíritu y materia.
El reino animal incentivo, el reino vegetal y el mineral, son la base y el fundamento para regular el equilibrio, la armonía, la biodiversidad y la ecología; la pureza del aire y los raudales del líquido vital; así como la temperatura ambiental de planeta y las estaciones; destruir, matar o afectar en cualquier forma y el hábitat de plantas y animales, constituye desestabilizar las leyes y requerimientos naturales.
La matanza de animales es una práctica condenable; “podemos juzgar el corazón de una persona por la forma en que trata a los animales” es la expresión del filósofo Immanuel Kant, ese sabio concepto es de una permanencia constante y vigente; la Alternativa más viable para una solución inteligente a esta deshumanización y desvaríos improcedentes, es aplicar con y ponderación, el control, la regulación y los requisitos a cumplirse para la tenencia de nuestras mascotas, con la vigilancia de las instrucciones competentes reguladoras de este parámetro. (O).
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