Entrevista/06 de septiembre de 2016/Fuente: trabajadores.cu
Lograr sistematicidad y organicidad en los contenidos que aborden temas relacionados con la educación moral y ciudadana en Cuba constituye el punto de partida para una nueva propuesta de asignaturas que abarcará todos los niveles de enseñanza, desde la primera infancia hasta el preuniversitario y la técnica y profesional.
Ello es parte del tercer perfeccionamiento que lleva a cabo el Ministerio de Educación (MINED) y, de manera particular, la subcomisión de Marxismo-Leninismo de planes y programas, que preside la Doctora en Ciencias Nancy Chacón Arteaga, de la Universidad Pedagógica Enrique José Varona.
Sobre la novedad, la también presidenta de la Cátedra de Ética aplicada a la Educación, señaló la importancia de insertar estos temas en cada uno de los currículos de los diversos niveles educativos, así como la continuidad que debe estar presente entre unos y otros.
Desde ese punto de vista, explicó, resulta esencial garantizar (desde las asignaturas más generales hasta las particulares) la formación en los estudiantes de una conciencia revolucionaria y reafirmar nuestra identidad nacional y patriótica, para saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde vamos.
De ahí que actualmente —y a partir de la nueva concepción— un grupo de trabajo intensivo se ocupa de la elaboración de programas, orientaciones metodológicas y libros de textos.
Educar sobre la base de vivencias y experiencias
La especialista precisó que al margen de ello existen otros ejes educativos relacionados con salud, género y sexualidad, familia, medio ambiente, educación laboral, orientación vocacional y formación profesional (OVFP).
“Ello quiere decir que este programa, sobre todo en secundaria básica que transita por tres grados, tiene la posibilidad de incluir junto a los contenidos básicos que guardan relación con el tema ético, político y jurídico de nuestra sociedad, otros de carácter educativo, como la convivencia y la armonía desde la familia, el cuidado a los adultos mayores.
“Así, en la primaria se trabajaría a nivel de nociones, teniendo en cuenta el mundo más cercano de los niños de 5.° y 6.° grados, sobre la base de sus vivencias y las representaciones de los procesos en que están inmersos. Por lo tanto, no abordaríamos los conceptos acabados que luego se introducirían en secundaria básica y que después se desarrollarían y ampliarían en el preuniversitario.
“De lo que se trata es de restar densidad a los conocimientos, en el sentido de irlos abordando gradualmente, de incorporar los que se encuentran más próximos a la edad de los estudiantes, haciendo énfasis en los aspectos educativos, particularmente de la educación moral, porque están en la base de toda la formación ciudadana”. La profesora universitaria aclaró que la nueva propuesta tiene presente la necesidad de articular los contenidos; es decir los ya adquiridos con los nuevos. De esta forma en 10.° grado se introducirá Cultura Política e Ideología de la Revolución Cubana, en tanto en 11.° grado será Cultura Política y la Construcción del Socialismo en Cuba. “La cultura política no es algo aislado, sino responde a la preparación para la vida ciudadana de nuestros alumnos, solo que con otro nivel de profundidad y partiendo de la ideología de la Revolución cubana, de los fundamentos del Marxismo, del pensamiento progresista, universal y latinoamericano del cual somos también herederos”.
¿Cuando hablamos de educación/ formación ciudadana a qué nos estamos refiriendo?
Es el sistema de influencias (escolares, familiares, sociales) que reciben los niños, adolescentes y los jóvenes, incluso los adultos y que, también, concede a las personas conocimientos sobre la forma de comportarse, relacionarse con los demás y asumir una actitud ante la vida de forma autorregulada, donde la moral, los valores, los principios y las costumbres raigales más progresistas formen parte de sus vidas.
Igualmente les da la posibilidad de saber en qué sociedad viven, cuáles son las leyes que la rigen, cómo conducirse y respetar la legalidad, conocer la patria y su historia, los símbolos y atributos, cómo respetarlos y defenderlos, en qué consiste el sistema socialista cubano, cómo funciona, de qué democracia estamos hablando. Todo eso y más es formación ciudadana.
Es formar al individuo como una persona de bien, insertarlo armónicamente en esa sociedad para que crezca como ser humano y así pueda contribuir con el proyecto socialista que queremos sea cada vez mejor.
¿Considera que estos cambios podrán incidir de manera favorable en el comportamiento de los educandos?
Creo que las asignaturas, indiscutiblemente, desempeñan un papel, pero no lo son todo. Por esa razón en estos momentos también la escuela está siendo objeto de transformaciones. Desde hace dos cursos se implementaron algunas adecuaciones, a lo cual se sumó el experimento que en la actualidad se lleva a cabo en más de 100 escuelas del país.
En esta nueva concepción de la educación para la vida ciudadana vamos a trabajar en dos direcciones muy vinculadas entre sí: una tiene que ver, precisamente, con las asignaturas, lo cual se concreta en un programa, insertado en el plan de estudio, con orientaciones metodológicas y libros de texto (ahora vamos a empezar en su elaboración).
Lo otro es el sistema de trabajo de la institución escolar, un eje que atraviesa toda la concepción de la escuela cubana y que no solo incluye currículos, sino es un modelo educativo que articula e integra los elementos.
No obstante, en esta dinámica un elemento muy importante son los maestros y los profesores, los encargados de poner todo ello en práctica, quienes deben ser capaces de trascender lo que dice el programa, el libro de texto y las orientaciones metodológicas.
Para eso hay que leer, buscar información, estar muy actualizados de lo que acontece en nuestra sociedad; conocer de la política del Partido, de la transformación de nuestro modelo económico y social, de los temas migratorios y de la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, por mencionar algunos ejemplos.
Entonces tienen que ser personas muy entregadas, dedicadas, como todo educador. Solo que la Lengua Española, la Física, la Matemática son asignaturas tradicionales, sus contenidos son abordados por disímiles autores y se encuentran en múltiples libros. Sin embargo, no ocurre lo mismo con la educación ciudadana.
Esos contenidos están en los libros de Historia, en documentos legales, en la Constitución, en las fuentes del pensamiento revolucionario, en la prensa. Es decir que esta es una disciplina atípica al compararla con otras, y se nutre de la propia sociedad.
Algo no menos importante es el papel de la familia en la formación de los hijos. En el hogar resulta fundamental hablarles a los niños de las normas de convivencia, y la escuela debe ser portadora de todos esos elementos de la educación moral y ética. A eso estamos llamados todos los educadores.
Fuente: http://www.trabajadores.cu/20160904/educacion-para-la-vida-ciudadana/
Imagen: www.trabajadores.cu/wp-content/uploads/2016/09/F090105c.jpg