El 15 de junio de 2015 la Asamblea General de las Naciones Unidas eligió al danés Mogens Lykketoft para presidir su 70° Período de sesiones. En el momento de su elección, Lykketoft era el presidente del Parlamento de su país, cargo que ocupaba desde 2011.
Nacido el 9 de enero de 1946, cumplió sus 70 años durante su mandato al frente del máximo órgano representativo y deliberativo de la ONU.
Desde que tomó las riendas de la Asamblea General, Lykketoft promovió un debate con los Estados miembros, el sector empresarial, las instituciones financieras y la sociedad civil para apoyar la implementación de la Agenda para el Desarrollo Sostenible y el Acuerdo sobre el Clima.
Además de este empeño, el 70° Período de sesiones de la Asamblea General estableció como otra de sus prioridades la reevaluación y revalidación de las diferentes herramientas de los esfuerzos de paz y de seguridad del organismo mundial.
Otro aspecto crucial de su mandato fue ofrecer máxima transparencia, así como la participación de todos los Estados miembros en la selección del próximo Secretario General, una novedad en el trabajo de la Asamblea General.
Sobre la base de esas metas, el Centro de Noticias de la ONU entrevistó a Lykketoft y le pidió que evalúe el desempeño de la Asamblea General durante su mandato.
Mogens Lykketoft: Creo que hemos avanzado bastante en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el clima. Ahora, en buena medida dependerá de los gobiernos seguir las recomendaciones e ideas de las Naciones Unidas, con el fin de crear la financiación y la cooperación necesarias en cada país.
Respecto a la selección del próximo Secretario General, he recibido de los Estados miembros un apoyo uniforme sobre la forma en que se ha realizado y han expresado un nivel muy alto de satisfacción porque al fin, después de discusiones sobre este tema durante veinte años, hemos logrado un cambio.
Tomamos la iniciativa en la Asamblea General para sostener una buena conversación con todos los candidatos, lo que nos permitió conocer mejor sus personalidades y prioridades. Estas audiencias, estos diálogos informales, han sido de las discusiones más sustanciales que se han tenido sobre los retos futuros que encara la ONU, al menos durante este año y sesiones anteriores.
Centro de Noticias: Su voluntad de hacer transparente este proceso ha permitido a todo el mundo ver esas audiencias y diálogos informales. Sin embargo, ¿está satisfecho con cómo se han llevado a cabo los sondeos de opinión dentro del Consejo de Seguridad?
ML: Bueno, ha sido un proceso delicado. Lo hemos llevado en estrecha coordinación con el Consejo de Seguridad, que ha aceptado todos y cada uno de los pasos que hemos dado. Pero esto también ha cambiado el equilibrio entre lo que está sucediendo en la Asamblea General y lo que ocurre en el Consejo, que, por cierto, está formado por quince Estados miembros de la Asamblea. Pero según la Carta [de la ONU], ellos tienen la obligación de hacer las propuestas a la Asamblea General.
Creo que lo que hemos hecho ha tenido también una influencia sustancial en dar a conocer las prioridades de los candidatos en el Consejo de Seguridad, por lo que este ha sido un proceso que ha cambiado el juego. Por supuesto, no sabemos el resultado, pero creemos que el grado de transparencia en la participación de los miembros en general durante el proceso es algo que llegó para quedarse.
ML: Creo que el resultado más importante de la forma en la que se redactaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible es el reconocimiento de la interdependencia total que existe entre la lucha contra el hambre y la desigualdad; la lucha por la educación y los servicios de salud para toda la humanidad, con la necesidad urgente de luchar contra el cambio climático y la degradación del medio ambiente. También el tomar conciencia de que no podemos esperar a la movilización de los recursos necesarios para todas las cosas buenas -la lucha contra el hambre y el fomento de la educación, entre otros servicios básicos- si no se afronta rápidamente el cambio climático. La advertencia es seria: si no tomamos medidas, habrá cientos y cientos de millones de personas forzadas a desplazarse dentro de unas pocas décadas; el cambio climático se tragará todos los recursos que necesitamos para alcanzar el desarrollo sostenible.
Centro de Noticias: Pasando al momento actual que vive el mundo, especialmente los conflictos y las crisis humanitarias, muchas personas consideran que la ONU no está haciendo lo suficiente. ¿Cuál es su reacción a esta percepción?
ML: Lo que ven, por desgracia, es correcto. La ONU no cuenta con el apoyo de los principales miembros del Consejo de Seguridad para cumplir con su papel como la organización internacional encargada de la paz, de evitar conflictos… Por supuesto que estamos haciendo muchas cosas buenas con las operaciones de mantenimiento de la paz en todo el mundo, pero no hemos sido capaces, no hemos contado con el poder de la familia de las Naciones Unidas para afrontar con éxito algunos de los conflictos más graves, como los de Siria, Yemen o Sudán del Sur. Y esto ha creado catástrofes humanitarias sin precedentes y un número récord de refugiados y desplazados internos.
En la Asamblea General no hemos podido poner fin a los conflictos -eso es una obligación del Consejo de Seguridad-, pero hemos tenido que afrontar las consecuencias humanitarias de todos ellos, así como del cambio climático en el este y sur de África, que también ha motivado catástrofes humanitarias. Creo que la cumbre del 19 de septiembre [sobre refugiados y migrantes] y el comienzo del nuevo período de sesiones girarán en torno a fijar obligaciones mucho más fuertes y un compromiso de la comunidad internacional y de los países más ricos para apoyar a las personas que son víctimas de catástrofes humanitarias. Necesitamos 20 mil millones de dólares adicionales por año para poder ayudar a los desplazados por los conflictos y el cambio climático. Es mucho dinero, pero equivale a lo que se gasta cada cuatro días en armamento en todo el mundo. Así que podemos hacerlo y espero que la reunión del 19 de septiembre sea un importante paso adelante en este aspecto.
Centro de Noticias: ¿Qué se debe hacer para que el mundo tenga más fe en el sistema de la ONU, tomando en cuenta las frustraciones que la gente siente respecto al fracaso en la solución de conflictos?
ML: Creo que debemos basarnos en las experiencias positivas que tenemos; como el darnos cuenta de la interdependencia que existe entre nosotros y entre los ODS y el Acuerdo sobre el Clima. Tenemos que aprovechar el buen ejemplo del acuerdo nuclear con Irán, que fue un resultado negociado para impedir una mayor proliferación de armas de destrucción masiva. Tenemos que cumplir una resolución del Consejo de Seguridad aprobada en diciembre sobre una hoja de ruta para la paz en Siria.
También debemos darnos cuenta de que cuando hablamos de terrorismo internacional, esas preguntas existenciales que nos hacemos todos tienen que recibir una mayor atención que aquellas que nos dividen. Si no actuamos de esa manera, no vamos a ser capaces de alcanzar el mundo en armonía y sostenible que queremos para la próxima generación.
Creo que esto se entiende cada vez más –y ahí está el ejemplo de los ODS-, pero necesitamos medidas urgentes cuando se trata de la paz y la seguridad. Esa es también la razón por la que espero que este proceso de selección del próximo Secretario General termine dándonos a una personalidad muy fuerte, independiente y con autoridad moral, a un gran diplomático y político que tenga la capacidad de colocar a las Naciones Unidas en la función que le corresponde como la organización que debe liberar a las nuevas generaciones del flagelo de la guerra.
Centro de Noticias: El tema de la reforma del sistema de la ONU estuvo presente tanto durante el 69º período de sesiones como durante la que usted ha presidido. ¿Cuánto se ha avanzado para llegar a estas reformas?
ML: Cuando hablamos de reformas, lo hacemos sobre diferentes cosas. Creo que en gran medida va a ser una tarea del nuevo Secretario General insistir en cambios organizativos dentro de la estructura de la Secretaría de las Naciones Unidas y en los fondos y programas de manera que la ONU pueda estar mejor preparada para hacer frente a los problemas más importantes del futuro, que, por supuesto, han sido incorporados en los ODS. Esto también tiene que ver con el cambio de los procesos presupuestarios. Es mucho más fácil mantener los mismos mandatos -que tienen ya 50, 40 o 30 años- que conseguir los recursos necesarios para cumplir las nuevas e importantes tareas que tenemos por delante. Debemos cambiar eso.
Pero creo que su pregunta también está relacionada principalmente con el Consejo de Seguridad. Ahí estamos en una especie de callejón sin salida, porque no se puede cambiar el Consejo de Seguridad sin tener una mayoría de dos tercios de los Estados miembros y la ratificación de los cinco miembros permanentes. Esa es la verdadera explicación de por qué esto se ha prolongado desde hace ya más de veinte años sin que se haya alcanzado un progreso real.
En este período de sesiones hay que destacar el trabajo realizado por el embajador de Luxemburgo con los Estados miembros, en el que se ha percibido una clara voluntad de ampliar el Consejo para que sea más representativo de la realidad geopolítica del siglo XXI.
Sobre las cuestiones más importantes de si habrá más miembros permanentes o qué pasará con el poder de veto no ha habido ningún progreso real. Y he planteado de manera consistente en estas discusiones que la primera condición necesaria para el cambio es que haya una mayoría de dos tercios unida a un modelo específico. Entonces tal vez algunos de los miembros permanentes se opondrán, pero eso podría quizás superarse si dos tercios de los países alcanzan un compromiso negociado que favorezca un modelo específico futuro para el Consejo de Seguridad.
Centro de Noticias: ¿Cómo ha sido para usted, personalmente, ser el presidente de la Asamblea General de la ONU durante su sesión número 70?
ML: Ha sido un papel con muchos desafíos y también fascinante. Cuando acepté la nominación, no era consciente de que sería algo muy diferente al cargo que ocupaba como presidente del Parlamento danés. Como presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, uno está muy involucrado, directa e indirectamente, en la designación de los cofacilitadores para diferentes procesos y en la adopción de decisiones políticas. Esto ha sido sumamente interesante y creo que he sido capaz de utilizar algunas de las experiencias de la política danesa, que tiene muchos partidos pero ninguno con mayoría propia, una situación que, sin duda, también prevalece en las Naciones Unidas.
Fuente: http://www.un.org/spanish/News/story.asp?NewsID=35767#.V9LRtxJGT_s