UNICEF- Yemen/ 27 de septiembre de 2016/Por Ansar Rasheed/ Fuente: http://www.unicef.org/
En la comunidad marginada de Muhamasheen, en Yemen, los niños y las familias viven en la pobreza, están al margen de la sociedad y deben enfrentarse a la discriminación día tras día. Rania está decidida a superar esos obstáculos, y se esfuerza para seguir siendo la primera de la clase en la escuela.
Rania, que está en octavo curso en la escuela Al-Seddek, en Aden, es una increíble niña de 13 años. A pesar de diversas dificultades y presiones como la marginación y la pobreza, esta niña no ha dejado de ir a la escuela ni en los peores momentos del conflicto que hay en Yemen. Aunque sus compañeros a veces se burlan de ella y otras veces debe sentarse en el suelo si la clase está llena, es la primera de la clase.
La familia de Rania pertenece a la comunidad marginada de Muhamasheen, estancada en lo más profundo del espectro social de Yemen. Las expectativas de empleo son bajas para los miembros de esta comunidad, que los únicos trabajos que encuentran son como jornaleros con poca seguridad. Estas normas sociales prevalecen incluso durante el conflicto existente.
En la actualidad, el padre de Rania está desempleado y su madre trabaja de sirvienta. Su madre y su abuela se encargan de hacer todo lo posible para garantizar que Rania tenga el mejor comienzo de vida posible.
© UNICEF Yemen/2016 |
Rania con su abuela. “Ella es la que cree en mí, la que me apoya”, dice Rania. |
“Haré todo lo que pueda para que mi nieta siga yendo a la escuela. Me veo reflejada en ella y no quiero que acabe como yo. Quiero verla ir a la universidad, conseguir un trabajo respetable y formar una familia feliz”, sostiene su abuela, Hajjah Halima. “Es muy lista y le va muy bien la escuela. Admiro su capacidad de superación y el valor que se ve en sus ojos, la paciencia para enfrentarse a todas las dificultades que se le presentan por ser una niña pobre y marginada”.
Regreso a la escuela
A finales de septiembre comienza el nuevo curso y, aunque muchos de sus compañeros han crecido en circunstancias más fáciles, algunos ya han abandonado la escuela y otros siguen siendo analfabetos. El primer día de clase, Rania estará ahí como siempre, con la mochila y los lápices proporcionados por UNICEF.
En la actualidad, UNICEF está llevando a cabo su campaña anual de Regreso a la escuela para ayudar al mayor número de estudiantes posible a regresar a las clases normales. El conflicto existente sigue causando estragos en la educación de los niños, por lo que esta iniciativa facilita clases de recuperación, materiales de aprendizaje y espacios educativos temporales en zonas donde las escuelas han quedado dañadas o destruidas por el conflicto.
Al final del pasado año académico, más de dos millones de niños habían abandonado la escuela. Muchos necesitarán apoyo psicosocial intensivo para poder sobrellevar los horrores de la guerra y no dejar de ir a la escuela.
Gracias a la generosa ayuda y la financiación de diversos donantes como la fundación “Educa a un niño” de Qatar y el Gobierno de Japón, UNICEF garantiza que los niños reciban los materiales de aprendizaje y la ayuda psicosocial que necesitan para seguir yendo a la escuela a pesar del conflicto.
A muchos niños como Rania, esta situación solo les aumenta las ganas de continuar. “Quiero recibir una educación para llegar a ser una profesora, educar a otros niños y tratarlos bien”, sostiene. “Quiero ir a la universidad y ser diferente de las niñas de donde yo vivo. Me encanta leer libros y escribir. Todos los niños deberían ir a la escuela, y no lo contrario”.
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Fuente de la Noticia:
http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/yemen_92760.html