Por: Carmen Perez Ramirez.
Es ese concepto que siempre nos recordaban los mayores cuando, de niños o de adolescentes, nuestro comportamiento no era bueno, poniendo a la escuela como paradigma de la educación. Inmersos en nuestra sociedad, sin darnos cuenta, vamos asumiendo ciertas pautas sociales que están lejos de una buena actuación educativa y lógica; los ancianos nos la aclaran con la sensatez y el juicio de la experiencia, palabras olvidadas pero implícitas en el razonamiento.
Después de llegar de un viaje allá por el mar del Báltico y convivir con sociedades que las han pasado canutas cuando sus ciudades fueron masacradas en la Segunda Guerra Mundial, y de ver cómo han sido capaces de rehabilitar su patrimonio levantando de nuevo sus casas, conservando y respetando la naturaleza de sus inmensos parques, manteniendo sus praderas, sus jardines limpios…
En un momento de mi transitar por esos caminos de encinas y castaños, observo y leo un cartel que dice: prohibido bicicletas y perros; y lo entendí al ver a cientos de familias en los verdes céspedes que rodean los parques, sentados, paseando sin prevenciones de pisar excrementos o de ser atropellados por gimkanistas. Ese disfrute en los escasos jardines y céspedes de nuestros parques, es hoy impensable. Lo anterior es calidad de vida basada en la educación y el respeto por los derechos de las personas naturales y jurídicas, junto con sus obligaciones.
Si el populismo no se adueñara del razonamiento del derecho y nuestros políticos gobernaran con una visión progresista, muchos sectores de la población que se posicionan con derecho a maltratar los espacios públicos, acabarían entendiendo las normas lógicas por las que se sustenta una sociedad moderna.
Fuente: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/opinion/olvidada-educacion_1156464.html
Imagen: http://www.panoramasnews.com/wp-content/uploads/2014/05/La_educaci%C3%B3n_no_se_vende-620×330.jpg