“Una economía planificada que regule la producción de acuerdo con las necesidades de la comunidad, distribuirá el trabajo que deba realizarse entre todos aquellos capaces de ejecutarlo y garantizará la subsistencia a todo ser humano. La educación de los individuos, además de promover sus propias habilidades innatas, tratará de desarrollar en ellos un sentido de responsabilidad ante su prójimo, en vez de exaltar el valor del poder y del éxito, como ocurre en la sociedad actual”. Albert Einstein
En el cierre del ciclo 2016 del programa radial denominado “Hablemos de cooperativas, una empresa que todos debemos conocer” por FM 98.1 La Nueva, el presidente de nuestra entidad TECNICOOP, Lic. Roque Arguello refirió-entre muchos-sobre el concepto económico liberal de que “las necesidades son ilimitadas y los recursos son escasos” agregando que tal falacia le tiene podrido.
Explicó el profesional Arguello que “en los tiempos actuales, los tiempos políticos que estamos viviendo, son tiempos de convulsiones y de cambios, se requiere, por tanto, urgentemente de conocimientos científicos en nuestras instituciones, en las universidades, en dónde debemos hablar de otra economía y esa otra economía es la economía cooperativa, donde demostremos que los recursos son suficientes, que en todo caso, la falla está en su forma de distribuirlos”.
En el sentido expuesto, insistió en que “el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Formosa-CPCEF-, hablamos de ciencias y, por ello debe incluir todos los métodos científicos en economía, el hombre crea tantas posibilidades teóricas económicas como le sea permisible y esto se debe llevar a la práctica y es lo plantearemos en ese seno”.
Estas apreciaciones encuentran razón de ser en el entendimiento de que las instituciones deben abrirse al combate de la pobreza y la angustia social.
Muchos profesionales de la economía de la oferta y demanda pretenden que olvidemos la importancia del cooperativismo, incluso realizan declamaciones injuriosas en el sentido de que no son eficientes en el mercado o peor aún, que los individuos no son aptos para la cooperación. Olvidan ellos, convenientemente, que el mercado está dominado por la política corrupta y los monopolios concentradores.
La sabiduría que necesitamos ahora para el desarrollo del cooperativismo es aquella que nos permita empezar una etapa benéfica del proceso cultural del pueblo. La cultura de la cooperación como cultura económica.
Pero también “debemos señalarlo muy fuerte que la herencia de los cooperativismos de los siglos XIX y XX deberían ser base para experimentar cambios evolutivos, actuando con mayor firmeza doctrinaria, alejándose de tendencias economicistas y elitistas que lo aíslan del pueblo”, tal como lo dijimos en anteriores artículos publicados.
La ciencia de la cooperación debe ser liberada de su actual camisa de fuerza que impide su elevación y actualización teórica del siglo XXI y también disputar sitiales en las universidades y centros científicos de investigación para su ulterior popularización.
Sólo y tan sólo esa concepción económica liberal, de las tantas que existen, reprochada por el Lic. Arguello: “las necesidades son ilimitadas y los recursos son escasos” que se enseñan a alumnos desprevenidos en los claustros académicos y repetidos y reproducidos en la vida social, causan enormes males en razón a su falacia.
Reforzamos nuestra postura con las consideraciones del científico alemán-norteamericano Albert Einstein:
“Pienso que el peor daño que ocasiona el capitalismo es el desmedro del hombre. Todo nuestro sistema educativo se ve perjudicado por esta mácula. Se inculca en los estudiantes una actitud competitiva exagerada; se los adiestra en el culto del éxito adquisitivo como preparación para su futura carrera”.
¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!
Fuente:
Para: Otras voces en educación Educación <contacto@otrasvoceseneducacion.org >
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