Aunar compromiso social con aprendizaje curricular es lo que hace en Aprendizaje Servicio, una metodología que poco a poco se va extendiendo por todo el país.
Educadora en el tiempo libre, maestra de educación especial, formadora de monitores, animadores y dirigentes asociativos, trabajadora en la escuela, en la Administración Pública y en el movimiento asociativo, Roser Batlle llegó al ApS hace 14 años buscando algo que, ella no lo sabía, pero ya existía. “Me frustraba un poco que a veces las pedagogías contemporáneas, en concreto la del proyecto, no siempre persiguiera que el proyecto fuera social”, recuerda. Hasta que Alberto Croce, un colega argentino, le explicó que sí existía, que se llama aprendizaje servicio y que en Argentina, entre otros sitios, ya se desarrollaba. Eureka. Battle estudió el fenómeno y se lo trajo a España, donde se ha convertido en, probablemente, la persona que más sabe de esta metodología en todo el país.
¿Qué es el aprendizaje servicio?
Es un método de enseñar y aprender que consiste en aprender haciendo un servicio a la comunidad. Es una manera de adquirir y fomentar conocimientos, capacidades, destrezas, habilidades, actitudes y valores haciendo algo que mejora el entorno y está orientado al bien común. No es útil directamente para ti, sino para los demás. Por ejemplo, frente a un problema de deforestación de un bosque, plantar árboles tras haber estudiado qué tipo de árboles va en este sitio, por qué se quema el bosque, qué hay que hacer para que no ocurra. Se van vinculando acciones de servicio a la comunidad con contenidos educativos que pueden ser significativos para el alumnado. La esencia del ApS es que los niños, adolescentes e incluso adultos se implican como protagonistas activos en una acción que mejora su entorno. Hay cantidad de cosas que se pueden hacer, por ejemplo el desarrollo de una campaña solidaria en captación de fondos trabajando matemáticas o preparar cuentos o talleres de memoria desde la clase de lengua para estimular la memoria de los ancianos. U organizar desde las ciencias una campaña de donación de sangre.
¿Qué beneficios presenta para los alumnos?
El potencial que tienen estos proyectos para generar capital social en las poblaciones, generando alianzas entre escuela y comunidad (asociaciones de vecinos, ecologistas, la residencia de ancianos, el banco de sangre) es brutal. Es uno de los valores más importantes que tiene el ApS y que otras metodologías activas no alcanzan. Aparte, los estudios científicos revelan que se da una mejora de resultados académicos, los chicos aprenden más y mejor con esta metodología. También mejora la convivencia en el aula. A otro nivel también mejora la inclusión social. Chicos que en clases convencionales no tienen oportunidad de destacar, con este método sí.
¿A qué se debe?
Hay varios factores. Uno no menor es el sentimiento de autoestima y reconocimiento del alumnado. Cuando llevan a cabo este tipo de actividades se sienten valorados, se dan cuenta de que pueden ser útiles a los demás. Revierte en muchas cosas. En la convivencia, la autoestima… También encuentran sentido en lo que estudian. Por ejemplo, los chicos que se han implicado en una campaña de donación de sangre en el barrio, para convencer a los adultos de que donen, tienen que entender que la sangre no se sintetiza en el laboratorio, cuáles son los grupos sanguíneos menos habituales, cómo se separan las plaquetas, los glóbulos rojos, los blancos o cuánta gente se beneficia de una donación. Todo esto son argumentos para convencer a los adultos. Se dan cuenta los alumnos de que todo aquello que aprenden tienen una utilidad inmediata. Otros elementos importante motivacional es que en este tipo de actividades los adolescentes se descentran, dejan de mirarse el ombligo para mirar afuera. Dejan de estar pendientes de sus historias personales para atender a ancianos, niños hospitalizados o a una ONG. De alguna manera, apartan la atención del conflicto cotidiano, en caso de que lo haya, para solucionar problemas.
¿Hay una edad ideal para el aprendizaje servicio?
Es beneficioso para niños, jóvenes, universitarios y adultos. Puedes encontrar proyectos de ApS en prisiones. En todas las prácticas de ApS uno de los elementos más potenciales es la empatía. Hay un reto de fondo que es intentar no disociar dos aspectos que socialmente están divorciados, que son lo que se entiende de manera vulgar como el éxito educativo y el compromiso social. Dicho de otra manera, intentar no disociar el talento del compromiso con la sociedad, del altruismo. En nuestra sociedad te puedes encontrar personas talentosas que orientan su talento a la explotación, la segregación, la ingeniería financiera que hunde a la gente en la miseria… Se puede ser talentoso y un desalmado al mismo tiempo. Lo que intenta el aprendizaje servicio es reconciliar ambos aspectos. Hay que intentar transformar el mundo sobre la base de estimular el propio talento orientado a ese cambio social que necesitamos para que esto no se convierta en la ley de la selva.
¿Es compatible el ApS con estos currículos gigantes?
El ApS no es un programa que tenga unos límites claros o en el que te inscribes y te dan unos materiales. Es una metodología relativamente vaporosa, no tiene copyrght. Cada uno lo hace como quiere, grosso modo, uniendo estos elementos que comentamos: un aprendizaje significativo con una finalidad social. Puede haber experiencias pequeñas y puntuales de esto, por ejemplo con la campaña de donación de sangre. Tiene un principio, un final, dura cinco sesiones. Diseñan la campaña, se reúnen con el banco de sangre, al tercer día la difunden entre el vecindario y la propia escuela, al cuarto día es el día de la donación y el quinto se analizan los resultados. Puede ser un proyecto corto. Al lado puedes tener otro durante el primer trimestre en la clase de música en el que los chicos focalizan sus actividades en realizar un concierto en la residencia de ancianos de al lado, para aliviar su soledad, establecer una comunicación positiva con ellos, de manera que música se convierte mágicamente en Educación para la Ciudadanía. Más largo aún puede ser una asignatura en la que se hacen unas prácticas de ApS durante las cuales los chicos y chicas van haciendo durante todo el curso prácticas de apoyo a las entidades sociales del barrio. Y aquello que hacen con estas entidades, cuando están en clase, lo discuten, aprovechan los contenidos, contrastan la información… Van trabajando el currículum en base a las prácticas.
En la Politécnica de Catalunya, como prácticas de óptica y optometría se hacen visitas a las escuelas cercanas para detectar problemas visuales que pueden estar detrás del fracaso escolar. El proyecto de ApS más extendido en toda España es el apadrinamiento lector: chicos y chicas mayores en su clase de Lengua y Literatura preparan cuentos para contarlos o hacer leer a los niños pequeños que están aprendiendo. Preparan el cuento, buscan preguntas, establecen una relación con los niños, les ayudan a leer mejor, etc. Y todo esto ayuda a los mayores a fortalecer competencias lingüísticas, que son curriculares, como hablar correctamente, expresarse bien, la sintaxis de las preguntas, etc.
Pero no todo el currículo se debe trabajar en ApS. Es imposible y además no sería bueno. En un menú educativo se debe meter de todo..
¿Qué implantación tiene en España?
Creo que hay un ApS que pasa desapercibido porque es una práctica no sistematizada en la escuela ni puesta en valor. Por eso decimos que el ApS es un descubrimiento y no un invento sofisticado. Si se parte por ejemplo de una acción solidaria, lo que falta es vincularlo a un aprendizaje que sea claro y que los alumnos se propongan dos objetivos, el de la acción de servicio a la comunidad y el del aprendizaje personal. ¿Qué quiero aprender con esta experiencia? En España actualmente hay tres redes de impulso al aprendizaje-servicio: una red territorial, la Red Española de Aprendizaje-Servicio, formada por 17 grupos, uno por Comunidad Autónoma; una red de ayuntamientos liderada por el de L’Hospitalet de Llobregat en el marco de la RECE (Red estatal de ciudades Educadoras) y una Red de profesorado e instituciones universitarias, la Red ApS (U).
¿Requiere alguna formación específica por parte de los maestros?
Es el mismo caso que la formación de la pedagogía del proyecto. ¿Necesitan los maestros una formación específica para implementar en clase la metodología del trabajo por proyectos? Probablemente, pero no será gran cosa. Para empezar, la formación de los maestros debería incluir las metodologías activas y el ApS lo es. No hay que pensar que es algo muy especializado porque no lo es.
¿Es una manera esto de bajar la educación al mundo real? A veces no sé si parece que la educación un poco alejada del mundo real.
Sí, claro. Es una manera de abrir la escuela a la comunidad, de que la comunidad entre. Se genera un concepto de escuela en el que la escuela es capaz de compartir su cultura pedagógica propia con el territorio y encontrar aliados en él. Es muy diferente que el profesor plantee a los alumnos un trabajo de campo sobre ir a ver los efectos de un incendio a que esa propuesta la haga un grupo ecologista, que llega a la clase, les explica qué ha pasado, les puede llevar a hacer un trabajo de campo para averiguar por qué se ha quemado el bosque, causas y consecuencias, y luego les invita a colaborar con ese grupo en una acción de forestación. El profesor está utilizando como aliados a una entidad social. Eso está muy bien porque la escuela necesita actualmente muchos aliados.
¿Los necesita “actualmente” más que en otras épocas?
No tengo respuesta, pero diría que sí, que ahora más que nunca. Tengo la sensación de que el bombardeo informativo que tienen los chicos es tan alto que no está mal que nos pongamos de acuerdo algunos en qué es válido en la educación de los chicos.
¿Sería partidaria de incluir el ApS como una asignatura por sí mismo o está bien con un enfoque transversal?
No necesariamente debe ser una asignatra. Es verdad que en algunos centros puede ser más práctico poner una que se llame así, pero el ApS puede impregnar cualquier asignatura. Y si se hace de esta manera tiene una ventaja, que toda la parte de compromiso social, de valores humanos, impregna esa asignatura y no queda reducido a una específica. Que en una clase de matemáticas, para estudiar temas estadísticos, se monte una campaña de apoyo para un maratón solidario, te permite como profesor de matemáticas además de trabajar los contenidos matemáticos, trabajar valores humanos. Me parece más importante esto que aislar todo lo que es contenidos de valores humanos y las tres competencias transversales (iniciativa autonomía personal, aprender a aprender y social y ciudadana) y colocarlo en una asignatura aparte. Diría que, si no hay más remedio, “toda piedra hace pared”, como dicen los valencianos, pero me parece más interesante que desde una asignatura o varias que se coordinan entre sí se monte un proyecto de ApS que impregne de valores humanos y estas competencias transversales la asignatura