“Hasta la fecha, hay demasiada discusión que se centra en las diferencias entre escuelas, cuando el mayor problema son las diferencias dentro de las escuelas. La varianza entre las escuelas, basada en los resultados del PISA de 2009 para la lectura en todos los países de la OCDE, es de 36%, y la variación dentro de las escuelas es del 64%. Para Australia, es 18 y 72 por ciento; Canadá, 20 y 80 por ciento; Finlandia, 8 y 92 por ciento; Nueva Zelandia, 16 y 84 por ciento; El Reino Unido, 24 y 76 por ciento; Suecia, 9 y 91 por ciento; y los Estados Unidos, 30 y 70%”.
“Hay muchas causas de esta varianza dentro de las escuelas, pero una de las más importantes (y una que tenemos alguna influencia para reducir) es la variabilidad en la efectividad de los maestros. Esto no significa que todos los maestros sean malos. Significa que hay mucha variabilidad entre los profesores en el efecto que tienen sobre el aprendizaje de los estudiantes. Casi todos los maestros, líderes escolares, estudiantes y padres saben de esta variabilidad, aunque con demasiada frecuencia está ausente de las discusiones sobre política, enseñanza y escuelas”.
“Tal discusión significa hacer preguntas muy difíciles. Por lo tanto, la política de la distracción se invoca a menudo para evitar preguntar. Sólo podremos encontrar una solución cuando reconozcamos que las diferencias dentro de la escuela son las fundamentales. La evidencia de muchas décadas de investigación sobre lo que realmente mejora el aprendizaje de los estudiantes refleja esto, y apunta a soluciones tales como mejorar la experiencia de maestros y líderes escolares, asegurando que unos y otros trabajan juntos para llegar a un entendimiento común sobre el progreso y las altas expectativas para el impacto de su enseñanza; líderes escolares que se centran en el desarrollo de la experiencia colectiva entre sus profesores; sistemas que tienen sólidas discusiones para decidir el propósito y los resultados deseados de sus escuelas, y los estudiantes que quieren aprender las habilidades que necesitan para convertirse en sus propios profesores”.
Me parece que siendo muy cierto lo anterior, se olvida un factor imponente que es el de las diferencias entre los estudiantes, diferencias que los buenos profesores pueden paliar, pero nunca eliminar. Incluso me atrevería a decir que los mejores profesores las incrementarán, pues favorecerá el óptimo de cada escolar, de modo que los más capaces estarán cada vez más lejos de cualquier media (que como decía Eisner, subirá, pero también lo hará la varianza). Otra cosa es que comparemos las diferencias en situaciones de capacidades iguales. En fin, esto para otro día.
Dije que iba a ser corto y poner una tarea. Eso haré. A continuación inserto un vídeo en el que John Hattie establece ocho postulados. La tarea es sencilla: ¿a tí qué te dice cada uno de ellos?, ¿cómo influyen en tu práctica diaria? ¿qué implicaciones pueden tener para la mejora de tu trabajo?
Los ocho postulados son los siguientes:
2.- El éxito y el fracaso del aprendizaje de mis estudiantes tiene que ver con lo que hago o no hago. Soy un agente de cambio.
3.- Quiero hablar más sobre el aprendizaje que sobre la enseñanza.
4.- La evaluación es sobre mi impacto.
5.- Yo enseño a través del diálogo, no del monólogo.
6.- Me gusta el reto y nunca me rindo cuando se trata de “hacer lo mejor”.
7.- Mi papel es desarrollar relaciones positivas en las clases y en la sala de profesores.
8.- Informo todo sobre el lenguaje del aprendizaje