Alemania/18 de abril 2017/Autor: Juan Servera/Fuente: www.elesquiu.com
Hace muy pocos días me encontré con un señor que se preocupa por el tema de la seguridad vial y me comentó algo que tiene que ver con ello.
Una hermana suya está casada con un señor alemán y vive en una ciudad no muy grande en el norte de Alemania, a pocos kilómetros de Moscú, Rusia.
La pareja tiene una nena de unos 4 años de edad que concurre a un Jardín. Un día, no hace mucho, su hermana vino a visitar a sus familiares aquí en Catamarca. Entre otras cosas le habló a su hermano sobre su pequeña familia y le hizo un comentario sobre la nena que ya iba al Jardín.
Una tarde, la mamá fue a buscar a su hijita al Jardín como lo hacía siempre. La encontró llorando desconsoladamente. La mamá le preguntó qué había pasado. La nena, entre grandes suspiros, le contestó que le habían retirado la «licencia” para conducir.
La hermana de mi amigo le explicó a este que en el Jardín se realizan diferentes actividades que tienen que ver con la conducta ciudadana. Además de enseñarle a los nenes esas actividades de orientación vocacional también les enseñaban cómo comportarse en la calle como peatón o como conductor: que el cruce de la calle debe hacerse siempre por las esquinas, que no hay que tirar papeles o basura en las veredas, ni en la calle.
Y, en el caso de su sobrinita, era manejando un triciclo en una pequeña pista de manejo. Por lo tanto, la nena tenía que conocer, ya a esa edad, varias normas viales. Pero, como la nena no había sabido responder adecuadamente, tenía que ser «amonestada” con el retiro de «su licencia para conducir”. Este era el drama de la nena que le ocasionaba tanto dolor y el motivo de su imparable llanto.
En Alemania, en 1970, ocurrieron unas 21.000 víctimas fatales por siniestros viales. Pero, como resultado de intensas campañas y con el férreo control por parte de la policía estatal, en cada provincia, más la enseñanza de Educación Vial en las escuelas, se bajó aquella cifra, a menos de 6.000 muertos anuales. Ello no ocurrió, es evidente, al poco tiempo. A los alemanes les llevó más de 10 años de constante tarea para lograr esa cantidad.
En Japón, ya llevan 13 años que sigue bajando el número de los siniestros viales. En la actualidad, por cada 100.000 habitantes fallecen unas 4 personas. Sobre 130 millones de habitantes, mueren apenas unas 6.000 personas.
Pero, aquí en Argentina, en Catamarca, es muy poco lo que se hace para poner en práctica acciones serias que ayuden a cuidar la seguridad de sus ciudadanos.
En nuestra Catamarca, el exgobernador Ing. Agrón. Eduardo Brízuela del Moral, firmó una Ley, la N° 5218 – Decreto N° 1144 que dice: «ESTABLÉCESE LA ENSEÑANZA DE LA EDUCACIÓN VIAL EN TODOS LOS ESTABLECIMIENTOS EDUCATIVOS DEPENDIENTES DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA, CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LA PROVINCIA DE CATAMARCA. Este decreto fue firmado por el entonces gobernador Brizuela del Moral con fecha de 28 de agosto de 2007.
Por otra parte, el cambio frecuente de los responsables máximos de la Seguridad Ciudadana habla a las claras de que no hay gente capaz de ponerle el «cascabel al gato”. Por eso, no se avizoran vientos favorables para la seguridad vial en nuestra provincia que ayuden a bajar los cada vez más elevados índices de lesionados y de víctimas fatales.
Por eso, los lutos y nuestro llanto sobre nuestros seres queridos que nos han dejado por esa causa no tienen tregua.
Señora gobernadora, señor intendente, ustedes ¿no pueden hacer algo para que se comience a valorar los aportes que, en nuestro caso, hace la Fundación Don Bosco desde hace más de 40 años?
Fuente de la Noticia:
http://www.elesquiu.com/correoyopinion/2017/4/17/alemania-educacion-vial-comienza-jardin-infantes-245256.html