Por: Jaume Carbonell
El aula se convierte en un restaurante donde se ofrecen menús con lecturas muy diversas. El proceso lector que se genera entre el alumnado de distintos cursos acaba grabándose y editándose.
“Los alumnos de 1º de Bachillerato del Instituto Manuel Vázquez Montalbán te invitan a una merienda para la grabación del programa FIRST LITERARY DATES. Sé puntual y ven con un libro y con esta invitación. ¡¡No faltes!!”.
La cita tiene lugar el 24 de abril a las cuatro de la tarde. Esta segunda grabación se inspira en el programa televisivo que emite la cadena de televisión Cuatro, “First dates”, en que se organizan citas a ciegas para encontrar parejas. Aunque en este caso se organizan meriendas para que los lectores, alumnos de la ESO, comenten las lecturas que han ido haciendo voluntariamente a lo largo del curso, al margen de las clases. A los setenta alumnos de distintos cursos de ESO que se apuntan se les asigna un “tutor” de Bachillerato para hacerles el seguimiento.
El proyecto, pensado y dirigido por la profesora de lengua castellana Rosalía Delgado, empieza a principio de curso con la organización de diversos menús: asiático, vegetariano, hipercalórico, alta cocina, afrodisíaco, infantil, delicatessen, italiano, catalán… Allí están, distribuidos en los entrantes, segundos platos y postres, libros de autores tan diversos como K. Follet, G. García Márquez, F. Kafka, B. Pérez Galdós, G. Flaubert, E. Lindo, J. Marsé, S. Collins o E. Salgari.
Cada grupo de alumnos de Bachillerato se hace cargo de unos de los restaurantes; debe leer varios libros del menú y tomar nota de algunos aspectos para luego hacer una puesta en común en clase y decorar el menú con motivos relacionados con la temática. Estos mismos alumnos se encargan de la difusión entre los alumnos de ESO: elaboran booktrailers de los libros leídos, cuelgan los menús y colocan carteles de promoción en las aulas. El alumno que quiera participar el programa debe leer al menos un libro de uno de los menús -aunque en la práctica se aceptó alguno que no estuviera- para tener un encuentro con otro lector que conocería el día del encuentro para comentar su lectura mientras sería grabado para elaborar un programa de televisión.
El aula está debidamente decorada, con la merienda a punto. Los bachilleres se distribuyen los cargos: organizadores, camareros, cámaras y presentadores para las dos mesas, en turnos de media hora. El lenguaje audiovisual y el buen uso de las tecnologías también forman parte del proyecto y se trabaja en las clases. A todos los participantes se les entrega un punto de lectura con una leyenda: “Los libros abren tus ojos”; “Hay grandes libros en el mundo y grandes mundos en los libros”.
Ariadna, de 1º de Bachillerato, que acaba de dejar la cámara, me cuenta con todo lujo de detalles el libro que eligió entre los segundos platos del menú vegetariano: El lenguaje de las flores, de Vanessa Diffenbaugh. En los entrantes se incluía, entre otros, El hombre que plantaba árboles, de Jean Giono y, entre los postres, El viejo que leía novelas de amor, de Luis Sepúlveda. “Lo que te aporta es darte cuenta de que hay otras maneras de aprender para que te guste y te atrape la lectura. De entrada, el título no me atraía pero al final el libro me gustó mucho, porque es otra manera de entrar en la asignatura”.
Carlota, otra compañera de curso, valora el contraste de opiniones que la experiencia genera y la oportunidad que brinda de familiarizarse con otras lecturas. “Antes solo leía novelas de amor, y ahora he entrado en otros temas como la historia, la filosofía, el feminismo y la liberación de la mujer”. Leyó media docena de títulos -entre ellos Ética para amador y Rebelión en la Granja– de los distintos platos y algún otro que incorporó por su cuenta.
Por su parte, Marc, optó por Un saco de canicas, una novela de la época nazi. “Yo no suelo leer pero he encontrado divertido la interacción con los alumnos de ESO: te engancha más a la lectura y te das cuenta de que no es tan aburrido”. El cuarto testimonio de 1º de Bachillerato es Juan que solo eligió el manga del menú asiático Shigatsu wea kimi no uso, del que me hace un preciso resumen, poniendo el énfasis en la parte musical. “Escucho mucha música y me ha gustado compartirla con niños de otros cursos a los que también les encanta. Aunque no me gusta mucho leer -es aficionado a los cómics y mangas– me ha ayudado a leer más y cuando cojo un libro lo tomo con más interés”.
Juan recomendó a su hermano Dani, que ahora cursa la ESO, este mismo manga. “Mi hermano me lo vendió muy bien y me interesó porque pone un ejemplo de superación. He aprendido que hay que tener paciencia, porque al principio te puede parecer aburrido pero el final es muy emocionante, te hace reaccionar y te ayuda a ver las relaciones entre lo que va ocurriendo. Aunque ya leía, ahora voy a leer más”. En todos los casos se les hacen tres grabaciones: una al principio para preguntarles el porqué de la elección del libro; otra a la mitad para que expliquen qué les está pareciendo y, una tercera, a modo de conclusión y valoración final.
A Lorena, otra alumna de la ESO, le ha tocado emocionalmente la lectura de Cuando los gatos se sientan tan solos, de Mariasun Landa. “Me he identificado mucho con la historia que cuenta, sobre todo la ruptura y la reconciliación final de la mujer y el hombre protagonistas, porque mis padres, tras separarse dos veces, han vuelto a vivir juntos. También me identifico con los gatos porque, como ellos también a mí me gusta ser independiente. Yo quería leer Bajo la misma estrella pero al no encontrarlo me recomendaron este. Llevaba un tiempo sin leer -desde verano aproximadamente- y pienso que ahora voy a leer más porque te cultivas y aprendes cosas. Mis libros preferidos son los de amor”.
La última voz de la ESO es la de Xavi, que escogió Los juegos del hambre, un segundo plato del menú hipercalórico. “Es un libro de aventura, acción y suspense que recomiendo, porque te mantiene en constante tensión. El final es cerrado pero te queda el gusanillo de saber qué otras cosas podrían pasar, y te invita a seguir con los otros dos libros de la saga. Por curiosidad también he visto la película para ver si es fiel al libro. Es más superficial y menos tranquila y completa”. Xavi sostiene que este proyecto te ofrece la oportunidad de acercarte a lecturas de otros géneros hasta ahora desconocidos y a no juzgar los libros por las apariencias externas, por la portada o el título.
Rosalía, la profesora que ha revolucionado la lectura con este proyecto, lleva dos años en este instituto, un centro de Sant Adrià del Besós (Barcelona) muy implicado en varios proyectos de innovación, algo que se adivina muy pronto al ver la vida que respiran las paredes de los pasillos. Está relacionada con el GREAL, un grupo de investigación sobre la enseñanza de la lengua (este curso el instituto participa en una investigación sobre la mejora de la escritura en textos argumentativos en catalán), y forma parte de un grupo de trabajo del ICE de la UAB.
“Una noche estaba en casa relajada viendo el programa ‘First dates’, conducido por Carlos Sobera, y me pregunté: ¿Por qué no cambiar las citas de amor por citas de libros? Me di cuenta que la opcionalidad -lo de elaborar menús para la libre elección- es básica para formar lectores”. Y a partir de aquí vino todo lo demás, tratando de imprimir un carácter atractivo e informal con las proyecciones y las meriendas. “Uno de los objetivos del proyecto es que pierdan el miedo y los complejos: todo el mundo puede hablar de libros aunque no tenga la etiqueta de lector. Que los libros circulen entre ellos y que generen conversación.
Uno de los factores de mayor motivación es la relación interniveles: los vínculos que se establecen entre ellos y que les ayuda a no estar solos; y el tener referentes de alumnos de cursos superiores les ayuda a dignificar lo que hacen. También es importante visibilizar a los que leen, que se sientan protagonistas y reconocidos, darles prestigio”. Esta profesora sostiene que aunque no suelen leer los clásicos tradicionales leen mangas, best sellers y otras obras vinculadas a videojuegos. “Leen bastante en Internet, donde consultan aquello que les interesa, y eso es interesante. No tienen conciencia de que esto es leer y adquieren una cierta competencia lectora que hay que trabajar, diversificar y ampliar a diversos géneros.”
Pronto llegarán a la última fase de la experiencia: la edición del programa con todas las grabaciones recogidas, con citas, fragmentos de conversaciones, imágenes… Porque el alumnado se responsabiliza de todo el proceso, tratando siempre de integrar la lectura con la oralidad, mediante conversaciones informales. Para ello Rosalía ha establecido un amplio y exigente listado de criterios de valoración, aunque es consciente que en muchos casos se quedarán a mitad de camino. Y ya será un éxito. Algunos tienen que ver con aspectos relacionados con el contenido, como el intercambio informal de experiencias personales de lectura y de reflexión sobre la lectura, los libros y la literatura; otros con la estructura del programa y otros se refieren al tono, ritmo, coherencia, sonido e imagen, entre otros tantos.
Estas citas de amor con los libros no han dejado indiferentes a los alumnos de 1º de Bachillerato y de la ESO que han tenido el privilegio de participar en esta aventura que algo ha removido en sus cabezas y corazones y que, sin duda, les ha ayudado a crecer como lectores. Es posible que, a partir de ahora, cuando pasen por delante de la gran imagen de Manuel Vázquez Montalbán pegada en uno de los pasillo de entrada se fijen más en la gran cantidad y variedad de obras que llegó a escribir este prolífico escritor y traten de acercarse a otros géneros, como algunos alumnos y alumnas ya han empezado a hacer.
Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2017/05/09/first-literary-dates-crecer-como-lectores/