Colombia/Mayo de 2017/Fuente: El Tiempo
Ignacio Mantilla, rector de la Universidad Nacional de Colombia (Unal), presentó este martes, en la primera de varias audiencias públicas, una rendición de cuentas sobre la gestión de la institución en el 2016.
Mantilla resaltó que, pese a tener un hueco en el gasto de funcionamiento superior a los 45.000 millones de pesos, la universidad ha logrado consolidar programas académicos, ampliar su presencia en el país y constituirse en actor clave dentro del posconflicto.
En ese sentido, destacó el aporte al posconflicto con un censo de guerrilleros que adelanta y la inscripción, por primera vez, de bachilleres víctimas de la guerra en el programa de admisión especial. En otros campos, celebró que la institución sigue en expansión y hoy cuenta con estudiantes de 880 municipios del país, así como su fortaleza en posgrados y los 130 acuerdos de cooperación internacional vigentes con más de 30 países.
En diálogo con EL TIEMPO también dio un balance positivo del Hospital Universitario, que en menos de un año de funcionamiento atendió 15.475 consultas externas; 79.508 actividades de laboratorio y 2.713 procedimientos quirúrgicos.
¿Qué otros resultados para mostrar tuvo la universidad en el 2016?
Lo más importante es decir que el año pasado se llegó a la cifra de casi 10.000 graduados, con un alto componente en posgrados. El 18 por ciento de los estudiantes de la universidad están en nivel de posgrado. Actualmente el 39 por ciento de los doctores que estudian en Colombia lo hacen con nosotros. De esa manera se refuerzan los dos extremos de la educación superior: la básica en poblaciones vulnerables de jóvenes que empiezan estudiar y la formación de doctores.
En otros temas, se constituyó el Instituto Colombo-alemán de Paz junto a otras universidades de ambos países y financiación del gobierno alemán.
¿Cuál ha sido el rol de la Unal en el posconflicto?
En el 2016 aparece el proceso de paz como uno de los temas importantes que movió mucho la actividad académica y cultural de la universidad y ahí lo más importante fue la coordinación de los foros que permitieron recoger documentos y propuestas que después se llevaron a la mesa de negociación de La Habana.
Después de eso el acuerdo delegó a la universidad para hacer el censo de toda la población desmovilizada que determinará el nivel de escolaridad de los excombatientes, expectativas y composición familiar, entre otras. Conocer eso será clave para cualquier política que se tome en la etapa del posconflicto. Esperamos tener los resultados en unos meses.
¿Financieramente cómo está la universidad?
En materia de financiación tenemos un hueco, pues los gastos de funcionamiento superan los recursos que recibimos para la gestión. El presupuesto de la universidad en el 2016 fue de 1.3 billones de pesos. El 54 por ciento se cubre con recursos propios y lo restante con transferencias de la Nación. En este momento el hueco de funcionamiento supera los 45.000 millones de pesos y por eso hemos tenido dificultades para pagar la nómina. Los recursos que hemos conseguido han sido para inversión.
¿Cuáles son los retos inmediatos y las urgencias en este 2017?
Lo más urgente de resolver es el tema financiero, el funcionamiento de la universidad. Este año es especial porque en septiembre celebramos 150 años de fundación y en esa conmemoración vamos a tener eventos especiales.
Como retos queremos fortalecer el Programa Especial de Admisión y Movilidad Académica (Peama), una iniciativa que nació en zonas de frontera, hoy está en Tumaco, Leticia, Arauca y San Andrés y lo estamos extendiendo a Villa Garzón (Putumayo) y el Sumapaz. Hoy son cerca de 2.000 estudiantes que después de dos años en esas sedes vienen a las ciudades a terminar las carreras. Queremos tener más estudiantes con esa modalidad.
Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/rendicion-de-cuentas-de-la-universidad-nacional-de-colombia-89280