África / www.larioja.com / 16 de Agosto de 2017
«Si los jóvenes africanos no sienten orgullo por sus tradiciones, por sus tierras y por su patrimonio cultural, pocos esfuerzos harán para salvaguardarlas y para participar en el desarrollo de sus naciones»
El desarraigo cultural es un fenómeno que toca muchas sociedades hoy en día. En cualquier zona se quejan de que se echan a perder los valores culturales transmitidos por la tradición, y que el patrimonio cultural va cobrando todavía menos importancia entre la juventud. La ‘generación perdida’ la llaman, debido a esta aculturación.
La globalización podría ser una de las causas mayores del desarraigo cultural. En efecto, tomando como ejemplo el caso de África en general, y principalmente el de Gabón, constatamos que los jóvenes rechazan su cultura, intentando identificarse con adolescentes de la cultura occidental que ven en la televisión. Sin embargo, otra causa importante puede explicar este rechazo cultural: la educación. En sí, la educación es buena. Nos permite descubrir, instruirnos, conocer otros mundos y es una causa principal de desarrollo de una nación. De hecho, una nación se desarrolla y evoluciona según la educación que reciben sus ciudadanos. Ahora bien, ¿qué clase de educación reciben los jóvenes en Gabón? ¿Cómo puede ser esa educación causa de la aculturación de los jóvenes gaboneses?
Ha de notar que, como la mayoría de los países africanos que son antiguas colonias africanas, Gabón ha copiado su Sistema Educativo del modelo de Francia (país del que se independizo el 17 de agosto de 1960), del mismo modo que Guinea Ecuatorial, por ser antigua colonia española, se basó sobre el modelo educativo español a la hora de hacer su sistema educativo. Esto en sí, no es algo negativo puesto que no se hablaba de sistema escolar ni de escuelas antes de la colonización en África negra. Al contrario, los países africanos agradecen mucho a sus colonizadores el haberles dado una herramienta potente para instruir sus naciones: un sistema educativo. Pero la educación que se transmite mediante la escuela determina no solo el tipo de intelectuales que tendremos sino la clase de personas que serán.
Copiar el modelo del sistema educativo europeo ha supuesto imitar también los contenidos curriculares que se transmiten en la escuela, incluyendo los libros de textos, los manuales… por consiguiente, los jóvenes africanos estudian en la escuela lo mismo que los franceses aprenden en su país. Una de las ventajas de esto es que son capaces de seguir sus estudios fuera de África en universidades europeas con docentes mejor calificados y unas estructuras más actualizadas. Lo que se puede considerar un ‘fallo’ es que se han olvidado de adaptar este sistema educativo a las realidades de cada país africano que lo adoptaba, introduciendo también contenidos relacionados con la cultura, la tradición, la identidad de cada zona. De esta manera, la formación escolar sería más completa: los alumnos conocerían las realidades socioculturales europeas y al mismo tiempo dominarían más su propia cultura. Además, las dos tendrían para ellos un valor destacable, ni más ni menos.
Desgraciadamente, el hecho de que se vehiculen contenidos que resalten como único referente cultural las del Occidente tiende a insinuar que las culturas locales son inferiores a las de Europa. Como consecuencia, los jóvenes africanos acaban pensando que es mejor adoptar esa cultura y les da vergüenza identificarse con su propia cultura. Este resultado no favorece el desarrollo de los países africanos puesto que si uno no siente apego por una cosa, pocas ganas tendrá de luchar por ella. Si los jóvenes africanos no sienten orgullo por sus tradiciones, por sus tierras y por su patrimonio cultural, pocos esfuerzos harán para salvaguardarlas y para participar en el desarrollo de sus naciones. De ahí la ‘huida de cerebros’ que ocurre en muchos países negro-africanos y lo que comentamos desde el principio: la aculturación.
Esto ha sido ilustrado en muchas obras literarias africanas. El conflicto cultural se ve bien clavado en del ilustre senegalés Cheik Hamidou Kane, novela que trata de las consecuencias de este desarraigo cultural causado por la educación. Se podría llegar a un resultado más positivo dándole tanta importancia a las diversidades culturales de África como a las realidades socioculturales occidentales en los contenidos curriculares. Sería tiempo ya para que se empezara a trabajar más seriamente en este campo si no queremos perder lo que nos queda de nuestra identidad cultural en África. Más aún que la interculturalidad es un tema que va cobrando todavía gran importancia en las enseñanzas hoy. Todas las culturas pueden y deben ser valoradas a través de la educación para llegar a una formación más completa de los que la reciben. ¿Por qué no empezar por los manuales de enseñanza de español como lengua extranjera en Gabón, por ejemplo? Sería también una manera interesante de acercar las dos culturas valorando tanto una como otra.
Fuente:http://www.larioja.com/opinion/educacion-africa-aculturacion-20170807002445-ntvo.html