Por: radiohrn/22-09-2017
Se estima que a nivel nacional existen unas 400 zonas de inseguridad escolar, la mayoría de ellas ubicadas en Tegucigalpa, Francisco Morazán; San Pedro Sula, Cortés, y La Ceiba, Atlántida.
En 2013 se calculaba que al menos 300 centros de educación de Francisco Morazán estaban bajo el acecho de maras y pandillas y de agrupaciones de soporte del crimen organizado.
El dato provocó estupefacción entonces, la misma reacción que genera cuatro años después, cuando la inseguridad en los establecimientos de enseñanza se ha traducido en una tragedia.
Como trascendió ayer, un maestro consejero del Instituto Técnico Honduras murió a manos del supuesto hermano de una alumna, cuyos parientes habían sido citados para plantearles los problemas disciplinarios de la joven.
Autoridades de los centros de enseñanza, particularmente aquéllos ubicados en zonas de alta influencia delictiva deploran que la superioridad de la cartera de Educación y los cuerpos de seguridad no hayan tomado cartas en el asunto de manera sostenida.
Los compromisos de resguardar las instalaciones de las escuelas y de los colegios no han llegado a concretarse efectivamente. Todo se ha reducido a escándalos y a declaraciones de funcionarios de las Secretarías de Educación y de Seguridad en torno a estrategias de protección de las áreas escolares dominadas por grupos criminales.
Son nutridos los sectores de educadores que se encuentran bajo la intimidación de los mismos alumnos ligados con asociaciones ilícitas o bajo las amenazas de los mismos pandilleros.
El testimonio de los afectados no deja lugar a dudas. Han llegado hasta el cansancio en sus solicitudes para que sean intensificadas las medidas de seguridad en las instituciones educativas en riesgo. Los llamados de auxilio han sido infructuosos.
Las agrupaciones delictivas mantienen a su merced a los docentes y estudiantes. También han reclutado a los menores para la comercialización y distribución de drogas o para el desarrollo de tareas de extorsión y sicariato.
La venta de sustancias prohibidas en una moneda de curso en escuelas y colegios del país, donde la zozobra prevalece a pesar de las promesas reiteradas para echar a andar una estrategia que permita fortalecer la seguridad en dichas instituciones de instrucción formal.
Los informes levantados por expertos en el tema revelan que gran parte de las escuelas y colegios del país están infiltradas por maras, pandillas y redes dedicadas al narcomenudeo.
En muchos casos, se han convertido en el escenario de disputas entre pandillas que, al mismo tiempo, han desencadenado en la muerte violenta de niños y jóvenes.
Todo parece indicar que el fenómeno es más grave en el Distrito Central. Los informes revelan que la tercera parte de los centros educativos que operan en Tegucigalpa y en Comayagüela sufren el asedio de los antisociales, debido a que se encuentran en zonas de alto riesgo.
Investigaciones realizadas por el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional, destacan que a nivel nacional existen unas 400 zonas de inseguridad escolar, la mayoría de ellas ubicadas en Tegucigalpa, Francisco Morazán; San Pedro Sula, Cortés, y La Ceiba, Atlántida.
Los maestros, alumnos y padres de familia son objeto del acoso de las agrupaciones delictivas que, para colmo, han logrado penetrar las escuelas y colegios, que hoy día son áreas de peligro en detrimento de sus prioridades académicas.
*Fuente: http://www.radiohrn.hn/l/noticias/fuera-de-control-inseguridad-en-escuelas-y-colegios-del-pa%C3%ADs