Colombia/12 noviembre 2017/Fuente: El Tiempo
Cifras del Dane evidencian un avance significativo en los hábitos de lectura entre los más jóvenes.
Los niños y jóvenes se están convirtiendo en un ejemplo para los adultos a la hora de leer. Puede que lo hagan en tabletas, computadores o en el celular, pero cada vez consumen más literatura. Y aunque queda un largo trayecto para alcanzar un nivel de lectura alto, las cifras demuestran un avance significativo.
Según la última encuesta sobre consumo de lectura publicada por el Dane, los niños de entre 5 y 11 años leen, en promedio, 3,2 libros al año.
Esa cifra contrasta con el promedio de lectura de los adultos, quienes leen menos de dos libros anualmente. (En contraste, los adultos en España leen, en promedio, 10,3 libros cada año y en Chile y Argentina, 5.)
Según los resultados del área de lenguaje de las Pruebas Saber, los estudiantes han mejorado sus competencias comunicativas en lectura y escritura.
Por ejemplo, en el grado tercero el promedio subió de 305 a 313 puntos; en el grado quinto, de 297 a 313 y en el grado noveno pasó de 295 a 307 (todos en una escala de 100 a 500). Finalmente, los estudiantes de grado once pasaron (en una escala de cero a 100) de 48 a 51 puntos entre 2015 y 2016.
“Nuestros estudiantes de preescolar, básica y media están comprendiendo mejor lo que leen y desarrollando más habilidades para la escritura”, aseguran expertos del Mineducación.
Para Consuelo Gaitán, directora de la Biblioteca Nacional, existe una mala percepción sobre los jóvenes: se cree que no leen por el simple hecho de no tener libros en las manos. Pero de lo que la gente no suele percatarse es de que lo hacen en soportes distintos.
“Los jóvenes no solo usan las tabletas y los celulares para jugar o chatear, sino que se unen a clubes de lectura y leen revistas especializadas –afirma Gaitán–. Los temas y contenidos que consumen son muy distintos a los que nosotros leíamos. Están las sagas, la literatura fantástica, las historias de zombis y los cómics”.
Incluso existe la idea equivocada de que las redes sociales y las nuevas tecnologías están alejando a los niños y a los jóvenes de la lectura. Pero los ‘booktubers’ demuestran lo contrario al aprovechar plataformas como YouTube para reseñar libros y hablar de la lectura.
A aquel que se acerca a un libro porque en realidad le atrae la lectura le es más fácil comprender el mundo y desarrollar habilidades sociales
Juana Silva, coordinadora de contenido juvenil e infantil de la Cámara del Libro, explica que la diferencia entre un joven que lee y uno que no lo hace es grande. “Aquel que se acerca a un libro porque le atrae encuentra empatía, se ve a sí mismo reflejado en los personajes y entiende distintas realidades. Le es más fácil comprender el mundo y desarrolla habilidades sociales”, dice.
Y la directora de la Biblioteca Nacional añade: “La literatura amplía la capacidad de interpretar el mundo, muestra diferentes perspectivas, formas de vida y de pensar que no necesariamente conocemos, culturas maravillosas. Además, despierta criterio para no tragar entero. Son herramientas fundamentales para la ciudadanía”.
La evidencia muestra que la idea de que ‘los colombianos no leen’ se puede estar revirtiendo.Pero ¿cuál es la importancia de hacer de la lectura un hábito?
Según el ‘Estudio internacional de progreso de comprensión lectora’, leer es fundamental en el proceso de aprendizaje de los niños. El documento sostiene que los estudiantes lectores son exitosos académicamente y no solo en lenguaje, sino también en matemáticas, ciencias naturales y sociales, y demás áreas.
Además, explica que, sin importar su nivel socioeconómico, los niños que nacen y crecen en hogares en los que se recrea la tradición oral a través de canciones, cuentos y juegos de palabras, y donde se lee en voz alta a los pequeños, tienen muchos beneficios.
“Son niños que se expresan mejor, viven el aprendizaje formal de la lectura y la escritura con mayor facilidad y tienen más posibilidades de convertirse en lectores autónomos y críticos”, añade el mismo estudio.
De los consejos que dan los expertos a quienes deseen fomentar el hábito de la lectura en sus hijos hay dos que son claves: no obligar y ser ejemplo.
Si la lectura se impone, los niños y jóvenes la verán como una obligación y no como un acto motivado por un deseo genuino. Esto suele ocurrir en los colegios, donde a los estudiantes les dicen qué libros leer, cuándo y en cuánto tiempo. Y esto termina aburriéndolos. Además, es necesario dejar que ellos elijan los libros según sus gustos.
Por otro lado, si el niño observa que sus padres leen frecuentemente y que, además, disfrutan de esta actividad, es muy probable que imiten esa práctica.
Desde la familia se pueden generar espacios de lectura. Por ejemplo, la tradición de leer un cuento en voz alta antes de dormir es una práctica que no se debería perder.
Según el Ministerio de Educación, para formar lectores que incorporen la lectura en su vida cotidiana y se desenvuelvan con destreza frente a la escritura es necesario promover una cultura lectora. Y eso implica, entre otras acciones, fomentar el acceso a los textos para que estén al alcance de los lectores y garantizar que sean realmente apropiados, leídos y usados de diversas maneras. Es preciso, por ejemplo, dar a conocer a las familias los lugares y mecanismos a través de los cuales se puede acceder a los materiales de lectura.
Según la Cámara de Comercio del Libro, lo más importante es lograr que los encuentros con los libros se den en un ambiente de bienvenida.
Una buena idea es acudir a las librerías independientes y a los espacios no convencionales, donde los niños se puedan acercar de una manera espontánea a los libros y otros materiales de lectura.
Uno de los ‘booktubers’ latinoamericanos más reconocidos es el joven periodista brasileño Filipe Polydoro, conocido en redes sociales como ‘Poly Books’. Él asegura que los jóvenes leen mucho y que lo hacen cada vez más.
“Hay una generación muy marcada por Harry Potter. Esa saga tiene siete libros; cada libro, en promedio, tiene 400 páginas, y los jóvenes, incluido yo, leían cada entrega en menos de 24 horas”, señala.
Después del auge de J. K. Rowling, añade Polydoro, muchos autores empezaron a escribir libros que llamaran la atención de los jóvenes, sin pensar necesariamente en el número de páginas.
El joven ‘booktuber’ sostiene que las redes sociales definitivamente han acercado al lector con el autor. “Ese es el más grande incentivo a la lectura que han proporcionado las redes. Que un lector pueda conversar directamente por Twitter, o por cualquier otra red, con el creador de su personaje favorito hace que la motivación por seguir devorando historias solo crezca”, concluye Polydoro.
Fuente: http://www.eltiempo.com/vida/educacion/habitos-de-lectura-de-los-ninos-en-colombia-150516