La pesadilla del plástico “Cuando China despierte… el mundo temblará”

Por: Fander Falconí 

“Cuando China despierte… el mundo temblará” es el título de un libro de 1973, escrito por el político francés Alain Peyrefitte. En los 45 años que han pasado desde entonces, China no solo ha despertado sino que también ha causado preocupaciones a Europa y Estados Unidos. En 2018, sin embargo, el mundo ya está temblando.

Desde hace varios años, China se convirtió en uno de los mayores productores de todo tipo de bienes (por ende es el mayor contaminador global: emite el 28% del total de las emisiones de dióxido de carbono, según datos del Banco Mundial). Para exportarlos necesitaba empaques baratos. Entonces comenzó a importar basura para reciclarla y quedarse con materiales para empaques. De paso, obtenía ciertos elementos indispensables para sus industrias, como cobre. Tanto Europa como Estados Unidos estaban gustosos de proveer basura a China. Así los países ricos del Norte se libraban de un problema y hasta recibían un pequeño pago.

Al vender basura a China, los países ricos se libraban del odioso plástico, invento “práctico” que se convirtió en el material Frankenstein de Occidente. Por su composición, el plástico no es biodegradable. Y su reciclado es una pesadilla. El 90% de los metales se recicla, del plástico solo se recicla el 10%. Eso se debe a que los 20 diferentes tipos que existen no se mezclan con facilidad. Eso lo saben los empresarios. (“Basura de plástico: ¿por qué es tan difícil su reciclaje?” Proexpansión, 2015-05-26, Perú).

Empezó la pesadilla del plástico. La BBC de Londres lo anuncia el 8 de enero de 2018. Según Naciones Unidas, en 2017 China importó más de siete millones de toneladas de desechos plásticos de Europa, Estados Unidos y Japón: el 70% de todo el plástico desechado del mundo.

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China notificó a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que a partir de marzo de 2018 prohibiría las importaciones de 24 categorías de material reciclable y desechos sólidos, incluidos los plásticos. Ahora la OMC pide a China que postergue la prohibición. El año pasado, Estados Unidos exportó a China 1.400.000 toneladas de desechos plásticos. Y no es que solo China importe basura, la India también lo hace, sino que China ha sido hasta hoy el primer importador de basura en el mundo, con gran diferencia sobre los otros.

Hay dos alternativas, alternativa solución “parche” y la racional. La primera es la del capitalismo salvaje que no quiere gastar mucho en la transición. Esta ya está buscando cambiar de comprador, buscando a otros países de Asia oriental, incluso podrían pensar en algún país de Latinoamérica. Puede que hasta ofrezcan gratis la basura a algunos países africanos, todo es posible. Si no queda otra solución, hasta podrían pagar para que reciban la basura. En otros artículos, he recordado el terrible “memorando Lawrence Summers”, mediante el cual, con una lógica neoliberal, Summers recomendaba colocar los residuos tóxicos en los países que tienen menor ingreso por habitante, ¡por que éstos tienen una menor expectativa de vida!

La solución racional y amigable con el ambiente es empezar a disminuir la producción de los países ricos (hay todo un debate y planteamiento global sobre el decrecimiento económico), la producción de plásticos y encontrar soluciones creativas para reciclar los desechos plásticos. El transporte de esos desechos no solo es costoso, sino que causa más daños ambientales. Por lo mismo, hay que tratar de reciclar localmente la basura. A nivel individual, sin embargo, hasta las personas preocupadas por el medio, seguirán comprando botellas plásticas de agua.

Ecoportal.net

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Fander Falconí

Economista, académico y político ecuatoriano. Siendo uno de los principales ideólogos de la Revolución Ciudadana, dimitió en enero de 2010 del cargo de Canciller.