La tarea de educar

Autor: Abel Ayala Guerrero

La tarea de educar, consideran los especialistas en preparar para la vida, formar personas capaces de interactuar con el medio social y cultural, enfrentar los retos que plantea el entorno hoy en día.

El futuro se gana desde el presente, por eso en las escuelas, la educación no sólo consiste en transmitir conocimientos o memorizarlos, sino de favorecer la construcción de personalidades fuertes y saludables.

La actual educación está sustentada en un marco de caracteres psicopedagógicos, se reconoce la solidez teórica que aporta al desarrollo personal y del aprendizaje, así como también su perspectiva sociológica que ofrece espacios para reflexionar en las necesidades que son cubiertas para satisfacer su función social.

Las relaciones entre sociedad y educación abarcan múltiples aspectos: los económicos, donde su acción está más extendida; en el plano técnico difundiendo la ciencia y la tecnología; en la cultura; en el cauce hacia la justicia y la igualdad.

En una sociedad con rápidos cambios sociales y grandes innovaciones, la educación sirve más que nunca como factor igualador de oportunidades y elementos de homogeneización social al integrar en los alumnos hábitos y valores de base colectiva y solidaria.

Un sistema educativo que no es innovador se ancla en el pasado de ahí que exista el compromiso de poner al centro del proceso educativo a los niños y jóvenes, favoreciendo su autonomía y aprendizaje a través de la experiencia que prepare para la vida y el futuro, formándolos en valor y esperanza, que es aprender a vivir los cambios, sabiendo que hay riqueza en cada nueva experiencia y que se debe estar dispuesto a enfrentar situaciones diferentes cada vez.

A través de los distintos valores y capacidades que se han enumerado, se vislumbra que el objetivo del sistema educativo es tener un modelo innovador y con calidad educativa, este último aspecto depende de diversos factores, uno de ellos es el papel que desempeñan los maestros en el logro de una educación con calidad.

Al respecto, los propósitos educativos se cumplen si los maestros los practican en su trabajo diario y los recursos para la enseñanza son útiles sólo como instrumento de trabajo. También se sabe que muchos problemas que suelen agobiar a los sistemas escolares son menos graves ahí donde existe un buen maestro.

Al destacar no se pretende trasladarle una responsabilidad única, pues ésta es compartida por las autoridades, los directivos escolares, los padres de familia y los alumnos, es por ello que se establecen condiciones para que los docentes realicen su labor con los requerimientos que exige una situación profesional estable, de apoyos materiales y técnicos adecuados a la naturaleza de su tarea, ya que en un contexto favorable, la función de los maestros es insustituible.

Los profesores orientan su trabajo al desarrollo de personas maduras y responsables de una sociedad más justa y humana. La vida profesional del docente tiene plenitud de sentido, en ella encuentran diversas recompensas que los llevan a sus autentica realización, se distinguen de otros profesionales por su interés de relacionar su trabajo con otros aspectos de su existencia, por ello la esencia de los educadores está en su capacidad de responder a una de las preocupaciones centrales del ser humanos: comprender el mundo y transformarlo.

Es el hombre de pensamiento quien puede plantearse de un modo cabal la situación de la sociedad y este solo hecho engendra la necesidad de superación.

Las personas alcanzan su estatura justa únicamente cuando proyectan su energía y sus capacidades a un propósito que rebasa sus intereses particulares. Con frecuencia afirmamos que una tarea normada por los principios educativos no debe permanecer ajena a los hechos sociales, sino que debe contribuir a formularlos correctamente, a explicarlos y encauzarlo por medio de acciones concretas, esto exige de los educadores el compromiso de ayuda a solucionar los problemas que surgen en la sociedad, con una influencia profundamente integradora, capaz de motivar capacidades criticas de las personas para hacerlas evolucionar.

En las circunstancias actuales, una de las labores más altas de los maestros es contribuir en los alumnos hacia un espíritu más responsable que los convierta en hombres y mujeres capaces de crear, trabajar, vivir en libertad y para la libertad.

Fuente: https://www.elsoldepuebla.com.mx/analisis/la-tarea-de-educar-1715353.html

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Abel Ayala Guerrero

Doctor en Educación