Por: Jorge Ramírez.
Para el caso de Cúcuta y el Área Metropolitana los logros en cobertura educativa han sido recientes e insuficientes.
En Colombia son notables los logros en acceso a la educación especialmente en el nivel primario, secundario y en menor medida en el nivel universitario. Norte de Santander no ha sido ajeno a esta generación de oportunidades sociales que pueden considerarse en contexto, un logro producido por la Constitución Política de 1991, la descentralización y la focalización de políticas sectoriales. Mientras que los retos nacionales por asumir tienen que ver con la equidad, la pertinencia y la calidad.
En esta ocasión me ocupo de los logros en cobertura o acceso escolar como fórmula para propiciar eficiencia y mayores oportunidades sociales, dicho de otra forma, la educación es un poderoso instrumento para lograr equidad regional y local.
Para el caso de Cúcuta y el Área Metropolitana los logros en cobertura educativa han sido recientes e insuficientes, por ejemplo, para el periodo 2000 a 2009 el 47,2 % de la población ocupada no había culminado exitosamente los ciclos primarios y secundarios, mientras que el 10 % de esta misma población logró graduarse en una carrera técnica, tecnológica o universitaria. (Ramírez et al, 2013).
Recientemente en un estudio titulado “Educación Orientada al Empleo (2018)” se evidencia que en Cúcuta y el Área Metropolitana; el 52,7 % de la población en edades de 25 y 64, logró graduarse de secundaria o de un programa universitario, mientras que el 7 % logró obtener una credencial en educación técnica o tecnológica.
En el caso de Norte de Santander según el Ministerio de Educación Nacional (MEN, 2018), los logros netos en acceso para el año 2017 se concentran en educación primaria (92,97 %) y en básica secundaria (73,75 %); los problemas de cobertura neta se presentan en los niveles de transición (61,33 %), en educación media (39,83 %) y en educación universitaria (52,4 %).
Estos datos evidencian una cruda realidad; los logros generados por el sistema educativo regional y local han sido recientes e ineficientes. Ergo, los retos por enfrentar es lograr que el 100 % de los niños y adolescentes puedan ingresar, permanecer y graduarse con éxito desde los niveles de transición a secundaria y luego transitar libremente al sistema de educación terciario y universitario según cada elección y preferencia.
Una perspectiva sistémica permitiría entender que estos avances pueden ser mayores y mejores, sí y solo sí, se solucionan las fallas estructurales de acceso y de equidad del sistema educativo, empezando por generar un terreno abierto y nivelado para las generaciones presentes y futuras en edades educativas, es decir, la agenda pública que propongo es una apuesta regional que fomente la pertinencia, la excelencia y la equidad a través de la educación desde las etapas iniciales hasta los niveles superiores.
En tal sentido, las fallas estructurales del sistema educativo regional se manifiestan en los bajos niveles de acceso, especialmente, en educación inicial y en educación media, probablemente sus causas están asociadas a la escasa e ineficiente inversión pública en protección a la primera infancia como se muestra en el desempeño del índice de competitividad de Norte de Santander (IDC, 2018) y de Cúcuta (ICC, 2019). Lo propio ocurre con la evolución de los indicadores que muestran: una baja inversión en calidad de la educación básica y media, en los escasos logros en los indicadores de calidad en formación docente de los colegios oficiales; unido a la persistencia de la extraedad, es decir, los niños y jóvenes no ingresan de forma temprana y oportuna al sistema escolar; otra causa asociadas a los fallos del sistema educativo tiene que ver con los altos porcentajes de deserción, de repitencia y de reprobación escolar en los niveles de transición, primaria y en educación media como se evidencia en la batería de indicadores producidas por el MEN (2018) para el periodo 2011 a 2017, pese a los logros alcanzados recientemente en esta materia.
Enfocarse en estas fallas para determinar causas y efectos, para identificar a los responsables institucionales y sectoriales, asi como lograr cuantificar los montos de inversión requeridos puede conducir a implementar eficientemente políticas educativas específicas que propicien el desarrollo regional y la generación de oportunidades sociales, para lo cual es fundamental un mayor control social alimentado por la participación ciudadana. Esta, es la ruta para construir una base sólida para el desarrollo y la competitividad regional, debido a que los logros de un sistema educativo en el tiempo son los logros de una sociedad.
Fuente del artículo: https://www.laopinion.com.co/columna-de-opinion/los-logros-de-un-sistema-educativo-son-los-logros-de-una-sociedad-179484#OP