Redacción: En Positivo
El 10 de diciembre de 1948 en París la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su Resolución 217 A (III), como un ideal común para todos los pueblos y naciones.
La Declaración establece, por primera vez, los derechos humanos fundamentales que deben protegerse en el mundo entero.
Entre esos 30 derechos fundamentales se protegen todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición.
Esto es un éxito de unas generaciones que ahora ven como los jóvenes están de nuevo reclamando no solo no perder los derechos conseguidos por sus padres y abuelos, sino lograr nuevas conquistas acorde al nuevo contexto.
En distintos puntos del mundo los jóvenes alzan la voz por situaciones que consideran injustas, de menor a mayor gravedad dependiendo del caso.
En Canadá, la comunidad indígena Grassy Narrows denuncia la presencia de altos niveles de mercurio en sus niños y jóvenes, con base en un estudio de la especialista Donna Mergler.
En el informe se denuncia de un envenenamiento durante décadas por mercurio de los ríos Inglés y Wabigoon, en el noroeste de Ontario, que continúa afectando a las nuevas generaciones de sus hijos.
Precisamente la ONU ha denunciado la inacción del gobierno canadiense.
Mientras tanto, en México más del 90% de los delitos que dieron origen a una investigación quedar impune, las víctimas sin recibir compensación y el responsable sin penalización.
En la mitad de los casos, no hay tan siquiera sospechosos y por tanto no hay arrestados. En otros casos cuando los sospechosos son arrestados, son liberados en un caso de cada cinco debido a fallas de procedimiento.
Uno de los casos más polémicos en los que se ha vuelto involucrado el sistema es en el joven José Adrián, de tan solo 14 años. En 2016 la policía lo arrestó camino a la escuela en un barrio pobre en el estado de Yucatán.
Sin explicación, los agentes empujaron violentamente contra su coche, golpeado y llevado al calabozo. Adrián es maya, sufre de una discapacidad auditiva que tiene impedido de comunicarse correctamente durante su terrible experiencia.
Para sacarlo de prisión, su familia tuvo que pagar una multa que representa una suma importante de la cual no disponía.
En Egipto las desapariciones forzadas se han convertido en una práctica común del régimen. Brahim Ezz El-Din, de 26 años, investigador en planificación urbana en una ONG de derechos derechos y libertades fue arrestado el 11 de junio en El Cairo. Desde entonces no ha sabido nada de él.
Cabe recordar que la Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas entró en vigor en 2010. La Convención es uno de los tratados de Derechos Humanos más firmes jamás adoptados por la ONU.
En los últimos tiempos la sociedad parece estar despertando, y en especial los y las jóvenes egipcios/as han desplegado una inusual ola de protestas contra el régimen. Como sucede en todos estos movimientos las redes sociales están resultando imprescindibles para convocar a la movilización.
También en Irán, muchas otras jóvenes iraníes desvelan parcialmente su velo. Esta acción las condena a ser juzgadas como prostitutas, y exponerse a fuertes penas de prisión. Unas pocas mechas de cabello al descubierto se convierten en excusa para ser encarcelados.
A pesar de la represión cada vez más jóvenes mujeres asumen los riesgos: vídeos de mujeres valientes bailando en las calles y colgando en redes sociales o las que hay que se revelan incluso contra el sistema religioso.
Recientemente dos mujeres atacaron a un clérigo en Teherán porque les había reprochado que estuvieran paseando a sus perros, lo cual está prohibido conforme al estricto código moral impuesto tras la Revolución Islámica.
Fuente: https://enpositivo.com/2019/12/una-generacion-joven-comprometida-con-los-derechos-humanos/