Por: Leonardo Boff
Aparte de los grandes empresarios que aplauden calurosamente al ministro Paulo Guedes porque ganan con la crisis, es repudiable el balance de 2019 desde la perspectiva de las víctimas de los ajustes fiscales, de aquellos que perdieron derechos en la reforma de pensiones y de los resistentes.
El imperio de la impostura se ha establecido aquí. Un presidente que debería dar ejemplo al pueblo de las virtudes que todo gobernante debe tener, realiza actos brutales que, en lenguaje religioso, bien entendido por él, son verdaderos pecados mortales. Para la moral cristiana más tradicional es un pecado mortal calumniar a ciertas ONGs, así como al actor Leonardo di Caprio, culpándolos de fomentar los incendios en el Amazonas o difamar al reconocido pedagogo Paulo Freire y al científico Ricardo Galvão o de mentir incesantemente a través de noticias falsas y alimentar el odio y el rencor contra la homoafección, la comunidad LGBTI, indígenas, quilombolas, mujeres y nordestinos. La lentitud del juicio de la masacre de Brumadinho-MG y Mariana-MG está demostrando la insensibilidad de las autoridades. Algo similar ocurrió con el derrame de petróleo ignoto (?) en 300 playas de 100 municipios del Nordeste.
No le corresponde a nadie juzgar su intención subjetiva. Eso es asunto de Dios. Pero nos corresponde juzgar los hechos y actos, por lo tanto, las realidades objetivas y concretas para las que nos corresponde un juicio ético y teológico. Esta actitud inmoral ha sido entendida por muchos como carta blanca para deforestar aún más, para asesinar a los líderes indígenas y para que la policía se vuelva más violenta, hasta asesina.
Vivimos bajo el imperio de la impostura en el ámbito nacional e internacional. El psicoanalista francés Roland Gori escribió un libro instigador «La fabrique des imposteurs» (París 2013). Para él, el impostor es el que prefiere los medios a los fines, el que niega las verdades científicas, el que distorsiona la realidad solar, el que no se rige por valores porque sólo es un oportunista, el que afirma algo y luego lo niega según su conveniencia, el que practica el arte de engañar a las personas en lugar de emanciparlas mediante el pensamiento crítico, el que desprecia el cuidado del medio ambiente, el que va más allá de las leyes, el que culpa a los pobres y el que no muestra ni amor ni piedad.
Lo que he transcrito aquí está referido en el libro «La fabrique des imposteurs» y representa un retrato de la atmósfera de la impostura que reina en las más altas instancias políticas de Brasil.
Las medidas contra la educación, la salud, la ciencia, el medio ambiente y los derechos humanos son la más despiadada impostura contra todo lo que se ha construido positivamente en las últimas décadas. Estamos siendo conducidos a una etapa regresiva, anterior a la Ilustración, en una mentalidad fundamentalista con sesgo fascista.
Quizás el acto más humillante para nosotros fue el gesto explícito de vasallaje del actual gobernante al presidente de los Estados Unidos, ofreciéndole lo que podía sin recibir nada a cambio. Fue risible y ridículo cuando, en una recepción para jefes de estado, Trump le dice «I love you» y recibe sólo 17 segundos de atención.
La impostura arrasa enérgicamente, en primer lugar en los Estados Unidos, donde el Presidente Trump, como dice Paul Krugman (Premio Nobel de Economía), es un peligro para la humanidad. Miente hasta más no poder y se justifica diciendo que son «verdades alternativas». La misma impostura se produce en los países ultraliberales donde el pueblo se rebela como en Chile, Ecuador, Colombia, culminando en un golpe de estado contra la población indígena y su representante en Bolivia, arrojando al pueblo al hambre y a la desesperación.
La impostura peligrosa ocurrió en la COP25 de Madrid que contra todas las evidencias y datos científicos prevalecieron los negadores del calentamiento global, Brasil incluido. Contra ellos, el informe final recoge la advertencia de la ONU: «Si no hacemos nada, al final del siglo, la temperatura puede aumentar de 4 a 5 grados». Con estos niveles, la vida tal como la conocemos no sobrevivirá. Será un verdadero Armagedón ecológico. Nuestra especie estará en peligro.
A pesar de esta atmósfera tenebrosa, es justo celebrar la liberación de Lula, víctima de la «guerra jurídica», instrumento de persecución política con el fin de retenerlo. Lo que ocurrió.
Termino con las duras palabras del Premio Nobel de Medicina de 1974, Christian de Duve: «La perspectiva no sólo es preocupante: es aterradora. Si no podemos contener el crecimiento de la población (podría decir el calentamiento global) racionalmente, la selección natural lo hará por nosotros de manera irracional, a costa de una privación sin precedentes y de un daño irreparable al medio ambiente. Tal es la lección que nos ofrecen cuatro mil millones de años de historia de la vida en la Tierra» (Polvo Vital 1997,369).
El Papa Francisco lo subrayó en su encíclica ecológica: «las predicciones catastróficas no pueden ser miradas con desprecio e ironía» (n. 161). La impostura nos hace sordos a estos clamores. Debido a esto, el destino humano difícilmente escapará de una tragedia.
Fuente: https://www.pressenza.com/es/2020/01/educar-es-impregnar-de-sentido-todo-lo-que-hacemos-en-cada-momento/