A lo largo de los últimos años me ha sorprendido la cantidad de personas que han estado usando de referencia el inventario de 60 buenas prácticas de aprendizaje-servicio, publicado por Zerbikas Fundazioa en el 2013, un documento bastante sencillo que yo coordiné.
Comprobé que se usaba este catálogo para hacerse una idea concreta de lo que es el aprendizaje-servicio o para inspirarse o copiar prácticas fácilmente transferibles al contexto de cada una. A veces, lo sencillo y sin muchas complicaciones acaba funcionando mejor que las grandes y completas exposiciones. Digo a veces, que no siempre.
Soy una fan absoluta de copiar lo que sale bien. No tengo ninguna necesidad de inventarme cada vez la sopa de ajo. Las experiencias de las personas que me han precedido son siempre una guía, un camino, o al menos un faro para iluminarlo.
Además, cuando una copia, en realidad “recrea”, porque tiene que adaptar lo que se copia. No hay riesgo de falta de creatividad, sino todo lo contrario: ¡copiar estimula la imaginación! Bueno, y si a pesar de todo, no te gusta copiar, no me negarás que conocer y valorar lo que hacen otros educadores es muy útil e inspirador, por no decir una señal de modestia…
Así que estoy más que contenta de la publicación 100 Buenas prácticas de aprendizaje-servicio, que, obviamente, supera la anterior no sólo en el número de ejemplos que se presentan, sino también en la información que se aporta de cada uno y en la vinculación a los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
En total, estas experiencias están desarrolladas por 300 centros educativos y 430 entidades sociales (asociaciones cívicas, culturales, juveniles, fundaciones, ONG’s, ayuntamientos e instituciones públicas).
Este dato ilustra cómo la inmensa mayoría de estos proyectos requieren de la colaboración entre el sector educativo y el sector social, por lo que también son ejemplos muy interesantes de trabajo en red y de fortalecimiento del capital social en un territorio.
La misma elaboración de este inventario es un ejemplo de colaboración entre dos organizaciones: la Red Española de Aprendizaje-Servicio y la Unidad de Emprendimiento Social, Ética y Valores en la Ingeniería (UESEVI), que forma parte de los servicios generales de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Minas y Energía de la Universidad Politécnica de Madrid (ETSIME-UPM). Esther Escoda, María Jesús Cuñado, Ana García Laso, Domingo A. Martín y yo misma constituímos la autoría coral de la publicación.
Con estas pequeñas prácticas de aprendizaje-servicio, como decía lúcidamente Eduardo Galeano, no vamos a ser supermanes salvando el mundo de la pobreza, pero… actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.
Fuente: https://roserbatlle.net/2019/12/22/100-buenas-practicas-de-aprendizaje-servicio/