10 preguntas sobre la educación de los hijos

La relación de la familia con la escuela se concibe como la base de una correcta formación y educación de los alumnos. Sin embargo, esta relación no es sencilla, sobre todo porque la familia se plantea distintos dilemas que intenta resolver durante el propio trayecto educativo. En estos tiempos de grandes transformaciones, los padres se preguntan sobre la escolarización temprana, sobre el uso de las tecnologías, sobre la diferencia entre los maestros que tuvieron en su infancia y los que tienen ahora sus hijos, sobre el uso de los manuales de texto y el ejercicio de la lectura, entre otras cuestiones.

Con el inicio de clases ya próximo, elegimos diez preguntas que, según los especialistas que accedieron a responderlas, en estos tiempos de grandes cambios sociales y culturales cifran los interrogantes más recurrentes que se plantea la familia durante la educación de sus hijos.

UNO

¿Es conveniente escolarizar a los chicos a los tres años?

La educación inicial o jardín de infantes es el nivel educativo que más creció en la Argentina en los últimos años. Entre 2011 y 2016 se incorporaron más de 200.000 alumnos, lo que implica un aumento del 12% en cinco años. Sin embargo, las salas de tres tienen 500.000 alumnos menos que las de cinco.

«En la Argentina es deseable la escolarización desde los tres años y hay que asegurar que se haga en ámbitos muy profesionales, capaces no solo de garantizar los cuidados básicos de los niños pequeños. Puede asumir distintos formatos, no necesariamente las formas escolares tradicionales de la sala de jardín», señala Claudia Romero, directora del Área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella.

Desde 2015, cuando se promulgó la ley 27.045, es obligatorio escolarizar a los chicos a partir de los cuatro años. A los tres años es optativo, pero el Estado está obligado a garantizar una vacante. A nivel regional, solo en México, Perú y Venezuela la escolarización resulta obligatoria a partir de los tres años, mientras que países como Finlandia, Suecia, Canadá y Escocia establecen la obligatoriedad recién a partir de los seis años y algunos desde los siete.

Más allá de las necesidades de la organización familiar y laboral, que muchas veces favorecen la escolarización temprana de los hijos, existe una duda sobre si es conveniente que sea obligatoria.

Axel Rivas, profesor y director de la Escuela de Educación la Universidad de San Andrés, responde afirmativamente. «Es acertada la escolarización temprana de todos los procesos educativos -dice-. La educación inicial desde los tres años favorece el desarrollo cognitivo y la socialización».

DOS

¿Todos los estudiantes necesitan una jornada completa?

La ley nacional de educación señala: «Las escuelas primarias serán de jornada extendida o completa con la finalidad de asegurar el logro de los objetivos fijados para este nivel». La meta se fijó en 2006, acompañada luego por la ley de financiamiento educativo: para 2010, el sistema debía alcanzar al menos el 30% de cobertura. Según datos oficiales, en 2020 solo llega al 15% la oferta de escuela primaria estatal con jornada extendida.

A pesar de los atrasos en el cumplimiento de la normativa, algo usual en la Argentina, la pregunta persiste: ¿todos los estudiantes necesitan la jornada extendida?

«Depende del contenido y el formato -afirma Axel Rivas-. La jornada completa funciona para todos cuando hay un proyecto claro en una escuela flexible, con espacios de aprendizaje diversos y no rutinarios».

Luciana Alonso, directora de Eutopía, un proyecto de la Vicaría Episcopal de Educación y la OEI para trabajar con escuelas en Red, no cree que la jornada completa sea una necesidad de los estudiantes. «Sin embargo, muchos estudios muestran importantes beneficios de inclusión social y aprendizaje cuando la jornada completa se da en contextos sociales vulnerables», destaca.

TRES

¿Es qué medida hay que aplicar la meritocracia en la escuela de hoy?

El filósofo estadounidense John Rawls sostuvo en su libro Teoría de la justicia: «La voluntad para hacer un esfuerzo, para intentarlo, y por lo tanto ser merecedor del éxito en el sentido ordinario, depende de la felicidad de la familia y de las circunstancias sociales». Ahí está el núcleo central del debate respecto de la aplicación de la meritocracia en las escuelas.

El contexto social de los estudiantes debe ser tenido en cuenta para analizar los modos de aplicación de la meritocracia, afirma Axel Rivas. «La meritocracia asume un falso principio de igualdad de los estudiantes -dice-. Es un régimen injusto porque supone que premia el esfuerzo, cuando en realidad cristaliza las desigualdades extraescolares. Es necesario valorar los logros y esfuerzos, claro, pero más aún potenciar la redistribución y el reconocimiento para disminuir las brechas sociales desde la escuela».

Para Luciana Alonso, no todo da lo mismo en la escuela. «En este sentido -señala-, el mérito es importante en las aulas de hoy, donde el protagonismo del estudiante, la iniciativa, la creatividad y la capacidad de emprender deben tener un lugar destacado».

CUATRO

¿Puede la escuela sola contra el bullying y la violencia entre jóvenes?

La ley 26.892 de promoción de la convivencia y el abordaje de la conflictividad social en las instituciones educativas, sancionada en 2013, ofrece herramientas para trabajar en las escuelas a fin de garantizar el derecho a una convivencia pacífica, integrada y libre de violencia física y psicológica.

«El bullying existió siempre, pero las tecnologías han potenciado esta problemática desde distintos aspectos», dice Sebastián Bortnik, especialista en seguridad informática y director de investigación de Onapsis. «La escuela no puede sola contra el bullying, pero sí cumple un rol importantísimo en su contención y prevención».

Según Axel Rivas, la escuela está desbordada y necesita el apoyo de las familias y otros actores sociales. «Los proyectos de comunidades de aprendizaje son un buen ejemplo de una visión más amplia de la participación de las familias en la escuela», dice el experto.

CINCO

¿Sirven las tareas a realizar en la casa o deben erradicarse?

Cada vez que los docentes y los padres tienen que charlar sobre las tareas escolares, aparecen preguntas recurrentes. ¿Son necesarias las tareas? ¿Qué cantidad es pertinente? ¿Les quita tiempo a los chicos para realizar otras acciones formativas?

«Lo ideal es que la experiencia de aprendizaje sea muy bien desplegada en el horario escolar -afirma Axel Rivas-. En la escuela pública, las tareas escolares pueden ampliar las desigualdades sociales. Hay que combinar una didáctica de la presencia con la motivación del autoaprendizaje, para expandir la frontera del tiempo escolar y convertirla en tiempo ampliado de aprendizaje y de placer por aprender cosas nuevas, pero de manera autónoma».

Países asiáticos como Japón, Corea del Sur, China o Singapur cuentan con una jornada escolar que promedia las nueve horas de clase con un ciclo lectivo de más de doscientos días, y aun así los alumnos están cargados de tareas. En cambio, en Finlandia o Canadá la carga horaria no es tan alta, hay un ciclo lectivo corto y su tradición escolar no incluye tareas en el hogar.

«Las tareas repetitivas o de muy baja demanda cognitiva, como copiar y pegar información, cuando además son en horario extra, tienden a desaparecer -dice Luciana Alonso-. Tienen sentido en la medida en que le permitan al alumno hacerse preguntas que lo desafíen cognitivamente, capturen su curiosidad y motorice su deseo por aprender».

En los últimos años, gran parte de las escuelas plantearon reducir o eliminar la tarea para que los alumnos puedan aprovechar el tiempo extraescolar en actividades recreativas. Sin embargo, otras instituciones mantienen la tradición y la fomentan con el propósito de reforzar lo aprendido en clase.

SEIS

¿Es conveniente que los padres estén cerca de la escuela y los maestros?

La alianza entre los maestros y los padres está en una pequeña crisis que en muchos padres despierta la duda de hasta dónde y cómo colaborar con la escuela y el maestro de sus hijos. ¿Es saludable estar siempre cerca del docente y la escuela?

«Sí, siempre que la comunicación sea basada en la confianza hacia el trabajo de los docentes. Más cooperación entre familias y escuelas reditúa en una visión integral del aprendizaje de los alumnos», afirma Axel Rivas.

La falta de respeto a las normas de convivencia en distintos ámbitos forma parte de un comportamiento social que se traslada también a la escuela. Para Luciana Alonso la alianza entre la familia y la escuela «está llamada a recrearse en tiempos actuales; hay experiencias locales que evidencian que esto no sólo es necesario, sino posible».

Algunos especialistas señalan que la convivencia entre maestros y padres suele ser conflictiva cuando los padres resultan incapaces de reconocer los errores o acciones incorrectas de sus hijos. ¿La recomendación? Que los maestros dediquen más tiempo a explicar a esos padres las decisiones que afectan a sus hijos. Aunque cueste.

SIETE

¿Mejora la calidad el uso de computadoras en los colegios?

Muchos estudios y los resultados de distintas pruebas de evaluación de calidad educativa (PISA, Terce) demuestran que las nuevas tecnologías en el aula no mejoran por sí mismas el aprendizaje. Muchas veces, su aplicación es inadecuada.

«Bien utilizadas sí, mal utilizadas no», asegura Sebastián Bortnik, experto en informática. «Las computadoras nos dan la oportunidad de mejorar la calidad educativa en algunos aspectos, pero la mera existencia de la computadora en el aula no solo no mejora nada per se, sino que, mal utilizadas, podrían ser incluso peores que la misma práctica sin computadoras».

Axel Rivas piensa en ese sentido: «Por sí solas, no. Pero bienvenida la tecnología en contextos con capacidades docentes para aprovecharla como recursos para el aprendizaje»

Claudia Romero matiza. «Las computadoras son una herramienta potente, pero una herramienta. No deberían ocupar el centro de la escena, eso es obsceno. Lo que mejora la calidad educativa es la calidad de los docentes capaces de usar computadoras para enseñar».

OCHO

¿Cómo se adapta la escuela a una era digital en permanente cambio?

Las herramientas tecnológicas y el espacio virtual han suscitado nuevas formas de comunicarnos, de trabajar, de informarnos, de divertirnos y, en general, de participar y vivir en una sociedad.

«La actualización que más me preocupa no es la de hardware (equipos) sino la de software (aplicaciones), ya que el desafío para el cuerpo directivo y docente es estar atentos al constante cambio respecto al uso de tecnologías para adaptar el aula y el colegio a esas nuevas aplicaciones o realidades», dice Sebastián Bortnik.

La escuela y, en consecuencia, el rol del docente no han podido resistirse a su influencia y deben estar pendientes de estas actualizaciones. Así lo entiende Axel Rivas: «La clave es potenciar las capacidades docentes para pensar la enseñanza, diseñar clases, investigar y ser críticos con sus propias prácticas. Esto lleva al uso de recursos digitales con sentido pedagógico y no por moda o por obligación».

NUEVE

¿Siguen siendo útiles los libros de texto y los manuales?

El libro de texto goza de salud y futuro, según muchos especialistas que aseguran que los manuales son utilizados por la mayoría de los docentes y, al mismo tiempo, son muy valorados por las familias porque les facilita saber qué estudian sus hijos.

«Los libros físicos van a seguir existiendo y es bueno disponer de ellos en la escuela, tanto libros de texto como obras literarias», dice Luciana Alonso. Sin embargo, aclara: «Hoy un libro digital puede ofrecer una gran variedad de interacción y esto enriquece la enseñanza y el aprendizaje».

Para Axel Rivas no hay dudas: «Los libros de texto son una gran ayuda para dar continuidad y homogeneidad al currículum. Desde ya hay mucha variedad de calidad y de enfoques en los libros, pero son una herramienta clave para potenciar el aprendizaje».

Sebastián Bortnik coincide. «La respuesta es bastante clara: los manuales siguen siendo útiles. Las reducciones binarias respecto a cómo la tecnología interpela y modifica el contexto educativo son a mi criterio muy peligrosas».

DIEZ

¿Los docentes de antes eran mejores que los del presente?

La mayoría de los especialistas no cree que este sea un debate justo o pertinente.

«No se puede comparar a los maestros de antes con los de ahora porque son tiempos distintos -dice Axel Rivas-. Los docentes de hoy están más exigidos porque enseñan en contextos más diversos culturalmente. Su trabajo es menos rutinario, más complejo y desafiante hoy que en el pasado».

El uso de la tecnología marca una gran diferencia entra aquellos docentes y los del presente. Así lo entiende Sebastián Bortnik: «No tengo elementos para pensar que los docentes de antes eran mejor que los de ahora. Pero los de ahora se encuentran en un contexto muy exigente, en el que la tecnología interpela constantemente. La escuela debe preparar a los chicos para la vida, y en un mundo que está en constante cambio, los desafíos para la educación se multiplican».

Fuente del artículo: https://www.lanacion.com.ar/opinion/10-preguntas-sobre-la-educacion-de-los-hijos-nid2335737

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Daniel Santa Cruz

Articulista