Redacción: La Tercera
Fuentes de información sobre sexo, hay muchas. Pero las series hoy son un canal de conocimiento importante para adolescentes, principalmente por abordar temáticas que no suelen incluir los programas de educación sexual, y que a ellos les interesan.
Hace algunas semanas la comisión de Educación de la Cámara de Diputados revisó el proyecto que establece las bases para la educación afectiva y sexual de niños, niñas y adolescentes en los colegios. Fue un proceso de gran debate, en especial, cuando María Pía Adriasola, esposa de José Antonio Kast, como directora general de la Fundación Cuidando Derechos (Cuide Chile), señaló en una de las exposiciones que «el sexo es verdaderamente seguro cuando no se ejerce».
Fue una frase que causó polémica. Pero además, retomó el cuestionamiento que existe sobre la calidad de educación sexual que se imparte en los colegios del país.
Los contenidos sobre sexualidad en el currículum desde los años 2001 y 2012 se incorporan a 6º y 7º básico y a 2º y 3° medio. Y a partir del año 2010 se estableció como obligación que la población adolescente debe recibir educación sexual en los establecimientos educacionales.
¿Es el colegio el único lugar donde se educan sobre sexualidad? En tiempos en que el 86% de los niños de entre 9 y 13 años cuenta con un celular propio, y que el tiempo que se le dedica a la enseñanza de la sexualidad en los colegios es menor, al parecer hay indicios para considerar que sí existen otras vías de información.
Ejemplo de ello es la oferta de plataformas como Netflix, con series como Sex Education, Euphoria, o Big Mouth. En todas ellas los adolescentes son protagonistas, pero además se abordan temas como el del inicio de la pubertad, el auto-placer, la pérdida de la virginidad, las relaciones entre el mismo sexo, y el consentimiento. Aspectos que pocas veces son conversados, pero a los cuales acceden a respuestas.
Sex Education, estrenada en 2017, cuenta la historia de Otis Milburn, un tímido joven británico de 16 años que tiene problemas para satisfacerse sexualmente y tener un orgasmo. Pese a que su madre es terapeuta sexual, la serie transcurre en torno a las dificultades sexuales de Milburn, a la vez que comienza un negocio entregando consejos sobre sexualidad a sus compañeros de colegio. Es algo irónico, sin duda, pero así también la serie resulta atractiva al desentrañar los tabúes del sexo entre adolescentes, desde temas como las enfermedades de transmisión sexual, las relaciones entre personas del mismo sexo y el conocimiento del placer propio.
Esta serie no solo ha tenido éxito en Chile, sino en todo el mundo. Así lo señalaba Netflix –productor de la serie- asegurando que más de 40 millones de suscriptores habían sintonizado Sex Education en su primer mes de estreno.
La estrella multimedia Zendaya protagoniza Euphoria, la serie de HBO aborda a un grupo de estudiantes de secundaria mientras navegan por un complejo crecimiento entre drogas, sexo, identidad, trauma, redes sociales, amor y amistad. En el caso de Big Mouth, también en Netflix, son tres amigos en el proceso de transición a la pubertad, y con las inquietudes que todo ello conlleva.
La estrella multimedia Zendaya protagoniza Euphoria, la serie de HBO. Crédito: HBO
Andrea Huneeus, especialista del Centro de la Adolescencia de Clínica Alemana, señala que también habría que sumar a las fuentes de información sobre sexualidad a la pornografía, «lo que no está bien», recalca.
Sin embargo, dice, «hay unos recursos online que son buenos aportes, como es Sex Education y Big Mouth, que son bastante buenas porque tienen el enganche que los jóvenes necesitan».
Pero más allá de la creciente y variada oferta de información, la primera es la familia, sostiene la experta. Luego vienen el colegio y sus pares. Datos que se concluyeron en el estudio «De la enfermedad al deseo, del placer a la píldora: un estudio cualitativo del aprendizaje adolescente sobre la salud sexual y la sexualidad en Chile», publicado en 2015 por la revista BMC Public Health, trabajo que indica además, que otros canales de información, como la televisión, películas, y la publicidad, fueron pocas veces mencionadas por las y los adolescentes.
Esto fue hace cinco años. Pero Huneeus afirma que aún estas fuentes de información son las principales.
Big Mouth, otra de las series que aborda la sexualidad adolescente.
La educación sexual de niños, niñas y adolescentes es un derecho. El cual debe ser garantizado por el entorno más cercano, dice la experta, que son los padres y el colegio.
En esa misma línea, en 2010 se promulgó la ley N° 20.418, que obliga a los establecimientos educacionales reconocidos por el Estado a incorporar un programa de educación sexual para los alumnos de enseñanza media. Pese a la iniciativa, el estudio de BMC Public Health de 2015 señala que la principal crítica de los adolescentes entrevistados, es que la educación sexual en los colegios se basa en las relaciones heterosexuales y en la reproducción, siendo que ellos quieren saber de otras temáticas, como por ejemplo, el placer sexual.
El primer artículo de la ley destaca qué información debieran conocer todos los adolescentes de enseñanza media: «métodos de regulación de la fertilidad y, especialmente, para prevenir el embarazo adolescente, las infecciones de transmisión sexual, y la violencia sexual y sus consecuencias, incluyendo las secundarias o no buscadas que dichos métodos puedan provocar en la persona que los utiliza y en sus hijos futuros o en actual gestación», dice el documento.
Hunneus concuerda con lo anterior. Pero acota que también se deberían incluir temáticas como la masturbación, las distintas prácticas sexuales, la afectividad asociada al compromiso del acto, o el consentimiento sexual, deben estar incluidos en los currículums educacionales. Agrega que existen una serie de recomendaciones y técnicas recomendadas por Unesco, dirigida a los educadores, en donde se habla de violencia sexual, identidad de género, entre otras temáticas.
Para la experta en salud sexual adolescente, la educación que se entrega sobre el tema en Chile , es precaria. Algunos colegios han tomado buenas iniciativas, reconoce, «pero la ley que hace obligatoria la educación sexual en la educación media, llega muy tarde».
¿Cuándo se debe iniciar la educación sexual? Huneeus es clara en indicar que debe partir desde el periodo de la infancia temprana y entregar información de manera continua. Un aprendizaje acorde a cada etapa. «Partir por entregare el nombre correcto a las partes del cuerpo, enseñarle a los niños que tienen que avisar si alguien le toca sus partes, porque es un área íntima de ellos. Esto debería partir desde el kínder en adelante», sostiene.
Por otra parte, afirma la experta, uno de los problemas de la actual ley es que no se fiscaliza a los colegios. No se sabe si efectivamente los establecimientos han incorporado temas de salud sexual a sus pautas educativas.
Huneeus hace énfasis en que los adultos deben dejar de lado la idea de que al enseñar sobre sexo, se está promoviendo un temprano inicio sexual. «Tenemos el concepto de que si educamos, estamos dándoles permiso. Educar es proteger, y hay evidencia científica que indica que hablar de educación sexual no significa su promoción. Somos los adultos los que debemos salir de este tabú. Los jóvenes de ahora vienen bastante ‘reseteados’, y tenemos que atrevernos a responder las preguntas con honestidad», sostiene.
Fuente: https://www.latercera.com/que-pasa/noticia/adolescentes-y-educacion-sexual-en-la-era-de-netflix/1014703/