Parodia de mi sitio de trabajo

Subiendo las escaleras nos encontramos la cara alegre de dos o tres vigilantes. Un poco más allá una muchacha que simula tener 70 años por tanta amargura, pelea grita y no sabe qué hacer. A su lado, tres personas con cara de burla le asechan. Un joven en la misma situación acusado de todos los males manchado de tanto que lo han maltratado, tratando de vengarse de los fantasmas pasados que los ve por todos lados.
Subimos y vemos tres señoras hinchadas de la academia vieja sin casi poder caminar con tanto peso, pero saben golpear con las palabras, los gestos y las miradas. En ese espacio existe un fantasma que vibra entre la tierra y el cielo que orienta el movimiento de estas doñas que desde hace tiempo se ganaron mi afecto, no porque se esforzaran en hacerlo sino porque me da la gana. Atrás un señor bien vestido, también de la vieja academia, hinchado de orgullo por los libros que lleva debajo del brazo, haciendo criticas constructivas y destructivas que solo la comenta con los escritorios (allí solamente hay escritorios).
Del otra ala un jovencito que simula odiar a todos, no quiere ver, no quiere hablar, odia (dice el) pero es mentira, es un ser sensible y lastimado por las injusticias del trabajo, mal trabajo, pasando trabajo…
Sigo subiendo como los peldaños de la divina comedia y me encuentro con academia vieja y nueva, suenan y resuenan palabras complicadas como hermenéutica, epistemes, pensamiento tridimensio/nada y nada pasa y nada cambia.
Voy al cuarto piso, dos señoras gritan quizás porque ya por la edad casi no pueden oír ni siquiera su voz interna. Siento como me clavan por la espalda con ojos acusadores, me reclaman con sus pensamientos no tener edad suficiente para estar en el purgatorio, sitio donde purgan las penas las almas que están en pena. Ya en el cuarto me han cortado la cabeza pero la llevo en la mano izquierda fffffff soy también un fantasma.
En cada piso, en las paredes está el Cancerbero, con cabezas, serpientes, ojos por todas partes asegurando que los muertos no salgan y que los vivos no puedan entrar, los vivos no puedan entrar, los vivos no puedan entrar (resuenan ecos) Cerbero ya no permanece encadenado……
Fuente: La autora escribe para el Portal Otras Voces en Educación
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Lisbehet Dubravska Torcatty

Docente-Investigadora venezolana