Por: Carlota Fominaya
Lucía Alonso, coordinadora de Kumon Lectura, ofrece unas pautas para cambiar una dinámica muy extendida entre los menores.
Conseguir que nuestros hijos sean grandes lectores es uno de los principales retos, sin duda, para este 23 de abril, fecha en el que celebramos, un año más, el Día Internacional del Libro. Todos sabemos que leer sigue reportando múltiples beneficios, porque incentiva el aprendizaje autodidacta, estimula la concentración, desarrolla la creatividad, mejora la expresión oral y escrita y ejercita la mente, entre otros muchos, pero también que es innegable que, hoy en día, los libros no son la única vía de acceso a la información. Existen muchas otras vías para aprender sobre algo, por ejemplo, los vídeos, que muchas veces atraen la atención de los menores como si de un embrujo se tratara. Pero por esto mismo, advierte Lucía Alonso, coordinadora de Kumon Lectura, «las familias tienen una necesidad imperiosa de cambiar esa dinámica y conseguir que los niños disfruten leyendo y que la lectura se convierta en una actividad de ocio más que añadir a su lista».
Pero, ¿cómo podemos luchar, en concreto, contra el enorme atractivo que suponen las tablets, los móviles, las pantallas en definitiva…?
Crear el hábito de la lectura, desde pequeños, puede jugar un papel fundamental reforzando y construyendo esa capacidad de concentración. Leer es una actividad que exige atención plena, por eso es muy importante que sea una actividad diaria. En este sentido, debemos transmitir a nuestros hijos la idea de que leer no son deberes: de la misma forma que escuchar música no son deberes de la asignatura de Música o jugar al fútbol no son deberes de Educación Física, leer no son deberes de la asignatura de Lengua y Literatura. Por eso es importante que en casa vean la lectura como una actividad de ocio más, como puede ser ver una película o salir a montar en bici.
¿Cómo podemos luchar contra los adictivos likes de las redes sociales?
Los likes y la búsqueda de seguidores en redes sociales están llevando a nuestros hijos a necesitar una aprobación externa constante. Debemos educarlos de tal forma que su autoestima no dependa de lo que otros piensan de ellos, sino de su propio autoconcepto. Y este se construye en gran medida en el entorno escolar por el tiempo que pasan en él y el gran impacto que tiene en sus vidas.
Si les ayudamos a desarrollar su capacidad lectora, esto va a repercutir en sus resultados académicos a nivel general. El hecho de que la lectura sea una materia instrumental presente en todas las demás hace que cobre especial importancia el desarrollo de esta capacidad.
Saber leer, comprender los textos en profundidad, no solo va a tener un efecto positivo en sus resultados académicos, también en su autoconcepto. Un niño seguro de sí mismo que no dependa de la aprobación externa será un niño feliz y un adulto dueño de su propia vida.
¿Cómo podemos fomentar el disfrute de la lectura desde niños?
El desarrollo de la motivación por leer, la concentración y la comprensión lectora deben ser graduales para que los niños aprendan a disfrutar del placer de leer y siempre comprendan todo lo que leen. Muchas veces lo que sucede no es que no quieran leer, sino que cuando lo hacen, no viven una experiencia positiva porque no comprenden en profundidad aquello que leen y por tanto, se aburren leyendo. Por eso es fundamental, en primer lugar, ofrecerles libros adecuados a su capacidad actual. Pero teniendo mucho cuidado de no imponer lecturas ni juzgar sus elecciones. Si les obligamos a leer un libro que no les gusta o que no comprenden completamente, estamos perdiendo una oportunidad perfecta de que conecten con esta actividad.
Y en segundo lugar, es importante que sigan desarrollando su comprensión lectora para que puedan disfrutar de libros cada vez más complejos que les ayuden a ampliar su conocimiento del mundo y de sí mismos. Todos llevamos un gran lector dentro: a todos, sin excepción, nos gusta disfrutar de una gran historia o aprender algo nuevo. Pero es fundamental que vivamos experiencias de lecturas positivas, que se ajusten a nuestra capacidad actual y que la eleven manteniendo nuestra motivación por leer.
¿Cuáles son los mayores errores que cometen los padres en este sentido?
Uno de los errores más habituales es ofrecerles libros en función de su edad y no en función de su capacidad lectora. Las indicaciones generales del tipo ‘libros a partir de 6 años’ o ‘libro recomendado para 3º de Primaria’ que aparecen en algunos libros son más una orientación general que una regla cerrada. Es fundamental tener en cuenta cuál es el nivel de comprensión lectora de cada niño y en base a eso y a sus intereses, recomendar el libro más adecuado para cada uno.
Otro de los errores habituales es dar por hecho que leer y comprender son sinónimos. La comprensión lectora es una capacidad que es necesario desarrollar y es importante hacerlo de forma gradual, paso a paso: primero una comprensión de oraciones básicas, con significados muy literales; luego una comprensión de párrafos más largos, con ideas principales y secundarias, relacionándolas y extrayendo significados más implícitos; y finalmente la capacidad de síntesis y la lectura crítica. Hay toda una serie de escalones en el desarrollo de la comprensión lectora que es importante desarrollar gradualmente.
Y por último, otro error común suele ser no reservar un espacio temporal para esta actividad: un momento en el que toda la familia pueda dejar de lado las pantallas, sentarse tranquilamente con sus libros y simplemente disfrutar de las lecturas, que serán las más adecuadas según el grado de comprensión que tenga cada uno en ese momento.
Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-como-conseguir-ninos-lean-frente-tirania-likes-y-seguidores-redes-202204230225_noticia.html