Entrevista: La formación docente un debate abierto

PBRO. Juan Carlos Palacios

Perfil docente para el siglo XXI

La formación de las nuevas generaciones de niños y jóvenes es uno de los principales desafíos e implica una visión equilibrada e integral de los objetivos de la sociedad del siglo XXI. La demanda de mejoras sitúa en la agenda común de los sistemas educativos una cuestión fundamental: dar cabida a procesos de formación que cumplan con estándares de calidad y entreguen a la sociedad ciudadanos profesionales competentes, de alto rendimiento, preparados para actuar en los nuevos contextos emergentes, donde el docente como intermediario entre el conocimiento y el aprendizaje del alumno, es un agente clave.

Debatir la formación docente hoy conlleva logros, experiencias, preocupaciones y urgencias. El rol profesional del docente se ha modificado bastante en los últimos tiempos por la demanda de nuevos requerimientos profesionales. Abordar la formación docente en las complicadas circunstancias actuales y con las complejas demandas que genera la sociedad necesariamente implica una revisión profunda del perfil y la competencia profesional del educador. Definir el adecuado perfil competencial de los docentes actuales es una prioridad para el sistema educativo nacional.

En el contexto de nuestro país no se puede separar la educación y la formación docente de las grandes luchas y demandas sociales insatisfechas que marcan la historia de la era democrática en el Paraguay. Todavía se sufre las consecuencias de una larga postergación de parte del estado que hace necesaria replantear la presencia efectiva de las instituciones del estado y una educación acorde a las necesidades múltiples de la sociedad.

El estudio y la revisión que recoge el “Proyecto: Diseño de la Estrategia de Transformación Educativa del Paraguay 2030” sobre el desarrollo profesional del educador coinciden con una investigación que he realizado sobre la formación docente en el Departamento de San Pedro y  ayudan a tener mayores elementos para comprender los avances y retrocesos que se dieron en la formación docente durante los últimos tiempos y, al mismo tiempo, permiten abordar nuevas inquietudes en virtud de las grandes transformaciones que reclaman revisar y reorientar las organizaciones, las metas educativas y una manera nueva y profesional de la tarea docente.

La investigación realizada constata que la formación docente se enfrenta a varias situaciones sociopolíticas, económicas y culturales que llevan a retomar problemas no resueltos por años en Paraguay, como: falta de adaptación al cambio que se da en la sociedad, implementación de modelos educativos caducos, falta de formación y actualización docente, oferta educativa que responda a las necesidades de los distintos niveles educativos.

El análisis determina la necesidad de identificar nuevos perfiles de los docentes para los niveles educativos ya que son actores fundamentales para alcanzar la calidad, eficiencia y eficacia del Sistema Educativo; de aquí la urgencia y prioridad de colocar el debate de la formación docente en las políticas educativas.

No vamos a negar que hay mejoras y ensayos significativos en la formación docente, orientados en varios aspectos hacia el éxito de la formación profesional y el desempeño del docente; pero el proceso es lento y, en muchos casos, no son suficientes las capacitaciones y profesionalizaciones docentes implementadas, por falta de continuidad, sistematización y evaluación. El impulso, el empeño y los recursos destinados a las capacitaciones y profesionalizaciones de los docentes exceden, en algunos casos, la limitada formación que tienen los docentes y no se han visto compensados con resultados satisfactorios en el aula. La enseñanza convencional o tradicional no se ha superado en la labor de muchos docentes, lo que lleva a bajos niveles de aprendizaje.

Cómo mejorar la carrera del docente

Las intenciones políticas a través de la creación de leyes educativas, elaboración de planes y propuestas pedagógicas procuran mejorar las condiciones laborales y profesionales de los docentes, sin embargo, la mayor parte de la formación que tienen los docentes no tienen incidencia significativa sobre la práctica educativa.

En esta perspectiva, los cambios de gobierno y de actores educativos juegan en contra de la instalación, continuidad y evaluación de planes y proyectos educativos propuestos para mejorar la formación docente; situación que se percibe en la desmotivación, desactualización, carencia de competencia y creatividad, falta de ideas e iniciativas estratégicas de los docentes.

La formación docente se ha embretado y acorralado por el tiempo, los cambios de escenarios políticos, los problemas sociales, la burocracia, el currículum y modelos educativos. En este aspecto, la formación que tienen los docentes, en el complejo escenario social y educativo de nuestro país, sigue siendo precario y frágil, en algunos casos.

Se valora el emprendimiento que hacen algunos docentes, desde hace unos años, en relación a su desarrollo profesional de manera individual en estudios de grado y postgrado, en ausencia de un proyecto colectivo permanente que esté al alcance de todos impulsado por el estado. Las instituciones pertinentes deben facilitan el patrocinio necesario en términos de tiempo y recursos para satisfacer y cubrir las carencias de los docentes durante todo el proceso de sus carreras.

La formación del docente es un factor clave que debe estar en constante proceso de evaluación y de mejora en beneficio de la calidad del sistema educativo nacional, así como de la formación y capacitación de las nuevas generaciones.

Sobre el punto, se reclama una carrera docente reglamentada, planificada, contextualizada, evaluada y certificada, que tenga como clave y meta el crecimiento personal y profesional del docente para que su desempeño sea creativo, cooperativo, investigativo y transformador, capaz de identificar las necesidades reales de la sociedad. Es limitada una carrera docente que suscite el progreso, el avance, la autonomía profesional y la valoración de la sociedad.

Se señala la existencia de áreas que precisan ser revisadas, mejoradas y evaluadas como: el desempeño docente con cierta periodicidad basados en estándares profesionales e indicadores asociados a la práctica; evaluación del aprendizaje de los estudiantes; la contribución del docente para mejorar su profesión profesional en un ambiente de colaboración y la capacidad de adaptar la tarea educativa a los cambios acelerados de la sociedad.

Es imperativo tratar el tema de la formación docente junto a los demás componentes que hacen a la política educativa. Lo principal y más importante es el interés que existe sobre la formación profesional de los mismos; sobre la capacitación de los maestros en los distintos niveles para crecer, madurar, trabajar y aportar  en la educación de los niños y jóvenes teniendo en cuenta las exigencias de la realidad histórica y social en la que se encuentran.

Se precisa un sistema educativo que proyecte el futuro, sin olvidar el pasado y dispuesto a responder a las circunstancias actuales. Preguntar: ¿hacia dónde va la educación en el Paraguay?, ¿qué tipo de docente necesita el Sistema Nacional de Educación?, ¿qué país se quiere forjar desde la educación?

En este aspecto, se requiere planteamientos integradores, holísticos que impone transformaciones sustanciales que permiten delinear itinerarios reales de cambios más allá de un simpe análisis externo sobre la formación competencial que requieren los docentes; es necesario clarificar su nuevo rol y sentar con claridad las capacidades y competencias que definen su perfil de educador profesional para enfrentar a realidades social y culturalmente diversa. Esto impone, no solamente, analizar y prospectar la profesión y formación docente, sino redefinir la misma, no como una realidad separada de los demás componentes de la problemática educativa, sino interrelacionada a todos ellos.

Es la manera para reducir o superar la pobreza educativa, la ignorancia, la desigualdad social, las profundas inequidades, el resquebrajamiento del medio ambiente; romper con los planes tradicionales de enseñar, alejada de la realidad, del mundo del trabajo, de la tecnología y de la ciencia; retomar los grandes valores como transversal en todos los niveles de la educación teniendo en cuenta el nuevo escenario de descubrimientos y avances de conocimiento que vive el país y el mundo.

Además, se debe asumir que la educación no es responsabilidad sola y exclusiva de las instituciones escolares y de los docentes. Es una gestión y obligación que se debe acordar como parte integral de la política pública del estado paraguayo para garantizar una educación de calidad a través del desarrollo profesional de los docentes. Debe ser un gran pacto a nivel nacional y desde las necesidades reales y específicas de los distintos contextos educativos.

El desafío de mejorar la calidad de la docencia

La formación docente debe ser una cuestión analizada y discutida de manera continua con el fin de mejorarla y proyectarla para el futuro.  La calidad de la educación del país pasa por la calidad de los docentes. Se precisa investigaciones puntuales y profundas sobre la condición y la calidad de la formación docente porque todo intento de mejorar o transformar el sistema educativo corre el riesgo de no lograrse si no se sitúa de manera decidida la formación profesional del maestro.

Apostar por el debate de la formación profesional del docente nunca será un escenario perdido porque es un colectivo fundamental, numeroso, complejo y necesario. Debe ser una exigencia permanente, no sólo del sistema educativo, sino de toda la sociedad paraguaya.

Se requiere un profesorado comprometido con el cambio que el Paraguay necesita; docentes capaces de soñar y trabajar por un país nuevo posible, no sólo con el afán de conseguir el éxito educativo, el desarrollo personal y profesional, sino también el cambio social, económico y político. Las buenas y comprometidas tareas educativas generalmente están asociadas a grandes líderes educativos.

Debatir la formación docente posibilita apostar y consolidar una educación de calidad desde la formación profesional y competencial de los docentes.

BIBLIOGRAFIA

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Palacios, J.C. (2022). Política Publica para educación Superior. El caso del Ministerio de Educación y Ciencias para Formación Docente, en el marco de la Reforma de la Educación Media en 10 instituciones del nivel Medio en el Departamento de San Pedro (2002-2018).Tesis Doctoral. Universidad Iberoamericana, Asunción.

https://www.elnacional.com.py/opinion/2022/05/31/la-formacion-docente-un-debate-abierto/

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