Franklin González*
«Cuando todo se vuelve calculable, la felicidad desaparece. La felicidad es un acontecer que escapa a todo cálculo. Hay una íntima conexión entre la magia y la felicidad. La vida calculable y optimizada está ayuna de magia y, por tanto, de felicidad”. (Byung-Chul Han).
La sociedad actual está llena de incertidumbres y se caracteriza por la vertiginosa rapidez de los cambios que ha debilitado los vínculos humanos. Según Zigmunt Bauman, se caracteriza por su estado fluido y volátil (sociedad líquida) y para Byung Chul Han, la sociedad necesita una revolución en el uso del tiempo.
Podríamos afirmar que estamos en presencia de la ausencia de la ideología y del rechazo al largo plazo, se impone más bien la «filosofía» del «me gusta», de lo inmediato y de las “no cosas”. Por eso se vive, de un lado, el tiempo lineal, más enfocado a la productividad, al rendimiento, y a la ganancia y, por otro, la anulación o sometimiento del hombre a la máquina. El recién finalizado mundial de fútbol así lo puede atestiguar.
Todo se vuelve calculable.
Aquí haremos algunas reflexiones sobre el pragmatismo y su accionar político.
El pragmatismo
El término pragmatismo tiene su origen en la palabra griega prâgma (πρᾶγμα), que significa acción o hecho y desde el punto de vista del término alemán pragmatisch, que se relaciona con lo empírico..
Se podría decir que el pragmatismo es una corriente teórica centrada en la vinculación de la práctica y la teoría. Describe un proceso en el que la teoría se extrae de la práctica y se aplica de nuevo a la práctica.
Se sostiene que el pragmatismo nació en EEUU a finales del siglo XIX y sus máximos exponentes serían Charles Sanders Peirce, William James y John Dewey. No constituye una teoría acabada de la disciplina de Relaciones Internacionales, sino un marco analítico que puede ser utilizado para describir y explicar el proceso de toma de decisiones de la política exterior.
El término pragmatismo se emplea para indicar que una persona o una filosofía centran más su atención en la obtención de resultados, que en los detalles del procedimiento mismo. Esto significa que una persona enfoca sus esfuerzos en la resolución de problemas.
Pero existe una tipología del pragmatismo. Aquí tocaremos algunos.
El pragmatismo intervencionista
Este siempre lo ha practicado Estados Unidos, que ante determinados gobiernos que les son incondicionales o sus posturas se alinean con su proceder en el campo internacional, muestra indiferencia o les importa un bledo si se violan o no los derechos humanos, pero si hay un gobierno que ose levantar banderas de independencia, soberanía o autodeterminación, ipso facto se les arma un expediente con la acusación de violadores de los derechos humanos, de la democracia y la libertad, y si debe acudir al intervencionismo lo hace sin remordimiento de conciencia alguna.
El pragmatismo diplomático
Cuando se investiga sobre el pragmatismo diplomático, de inmediato debe hablarse de la República Popular de China, quien siempre ha aplicado, en lo internacional, la máxima de: “diplomacia más comercio”.
En 1978 dijeron: “No importa si el gato es negro o blanco, mientras pueda cazar ratones es un buen gato”. Frase con que Deng Xiaoping enfatizó su visión para el futuro de la República Popular China.
Ahora, los ideólogos del Partido Comunista de China (PCCh), sostienen que cada país debe encontrar su propio camino a partir de una premisa básica: cualquiera que sea el modelo, debe servir “para resolver los problemas de la gente”.
Y China puede decir que los resultados le han sido favorables. El 26/12/2022”, el ministro chino de Relaciones Exteriores, Wang Yi, en el Simposio sobre la Situación Internacional y las Relaciones Exteriores del país asiático, declaró: “No nos hemos dejado intimidar por ninguna potencia hegemónica ni por su acoso, y hemos actuado con determinación para salvaguardar los intereses esenciales y la dignidad nacional de China”.
Asimismo, ha agregado que el tema de Taiwán es el núcleo de “los intereses fundamentales de China” y es “la piedra angular de los cimientos políticos de las relaciones entre China y EE. UU., y una línea roja que no debe cruzarse en dichas relaciones”.
Subrayó que Pekín ha tomado “medidas firmes y decididas” que han disuadido “enérgicamente a los elementos anti-chinos de Estados Unidos y a las fuerzas independentistas de Taiwán” y han demostrado “la voluntad de hierro (de China) para proteger la soberanía y la seguridad nacionales”.
Wang aseveró que las autoridades de China utilizaron con éxito la plataforma de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para contrarrestar a Estados Unidos y otros países occidentales y defender sus intereses nacionales, y pudieron recibir el apoyo de muchos países.
El canciller chino indicó que las relaciones entre Pekín y Washington se complican por el enfoque de confrontación de la Administración estadounidense. Y ha dicho que debido a que “Estados Unidos siguió considerando obstinadamente a China como su principal competidor y emprendió flagrantes acciones de bloqueo, represión y provocación contra China, las relaciones entre China y Estados Unidos se vieron sumidas en graves dificultades”.
De este modo, China busca fortalecer sus lazos con otros países, así como Rusia. Las relaciones entre Pekín y Moscú “se han profundizado” y, conforme al canciller, ahora “son fuertes como piedra”.
“China y Rusia se solidarizaron con otros países para impulsar firmemente la multipolaridad y una mayor democracia en las relaciones internacionales, se opusieron firmemente a la hegemonía y rechazaron una nueva Guerra Fría”.
El pragmatismo de resistencia y sobrevivencia,
Este lo ejemplificamos con Venezuela.
Se sostiene que la Revolución Bolivariana está transitando su cuarta etapa, la cual se inició con la celebración del Bicentenario de la Batalla de la Campaña y de la victoria de Carabobo y constituye el punto de no retorno. Su principal característica es la transición al socialismo denominado las 3R.Nets rumbo al 2030, que tiene que ser la unión de los venezolanos y las venezolanas, la unión en el objetivo grande de la patria por encima de cualquier pequeña diferencia, es un presente que nace signado por la innovación del espíritu nacional con que se han enfrentado las sanciones y el bloqueo criminal; que abre un camino nuevo hecho por la voluntad de superar la vieja cultura del petróleo y de construir la verdadera independencia económica, científica y tecnológica. A esta cuarta etapa se le llama del renacimiento nacional, donde la fuerza de su historia con sus momentos más difíciles se aclara en el aprendizaje y en las acciones cotidianas de cara al futuro rumbo al 2030, cuando se conmemorará el Bicentenario del paso a la inmortalidad de nuestro Libertador Simón Bolívar.
El presidente Nicolás Maduro Moros, en su alocución en fecha 06/12/2022, en el marco de la firma de contratos entre la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) y la empresa Chevron, dijo: “Todo el petróleo y productos refinados que necesitan para la estabilidad energética y el funcionamiento estable del mercado energético de Estados Unidos, Europa y del mundo está en Venezuela y nosotros estamos en posibilidad y disponibilidad de ser proveedores seguros de petróleo y productos refinados y lo que está creciendo es la riqueza no petrolera, la economía no petrolera y vamos a mantener esa línea . A Venezuela no la pueden sacar de la ecuación energética del mundo, Venezuela es una potencia energética, queremos construir una economía libre del rentismo petrolero y la estamos construyendo. Las relaciones comerciales y energéticas no se pueden ideologizar, hay que desideologizar las relaciones comerciales”. (Subrayado nuestro)
También dijo que «Venezuela está lista para exportar petróleo y gas a EE.UU. y Europa para auxiliar al mundo», subrayando que la nación está preparada para abastecer con sus productos a «todos los mercados que hagan falta», previendo que la crisis podría tornarse «trágica y espantosa» con la llegada del invierno al hemisferio norte.
El presidente Nicolás Maduro, aseguró que Venezuela está dispuesta a exportar todos los productos que sean necesarios para sortear la actual crisis energética global y enfatizó: «Le digo a Europa y a la Unión Europea, y al presidente Joe Biden, de EE.UU.: ‘Venezuela está aquí. Venezuela siempre estará aquí y a la orden nuestro petróleo y nuestro gas para estabilizar al mundo y auxiliarlo'».
Estas declaraciones se producen mientras crecen las discrepancias entre los líderes en Europa y algunos altos cargos que alertan sobre las consecuencias de la crisis en el continente, especialmente en vista de la alta inflación en la eurozona y las dificultades energéticas ante el recorte de los suministros del gas ruso.
Según algunos analistas, esta postura aumenta la confianza en que estamos jugando inteligentemente como lo hacen los chinos y eso tiene que ver con que Maduro se forjó precisamente en la candela de la Cancillería no de cualquier gobierno, sino en el de Hugo Chávez, que tuvo un papel estelar en la geopolítica de los primeros doce años del siglo. Se agrega que, además, ha sido un presidente al que le ha tocado sortear todas las vicisitudes, ataques, bloqueos e injerencias externas.
El futuro es sabio y con seguridad indicará cómo terminará ese juego dialéctico entre los principios y el pragmatismo.
El pragmatismo fracasado.
Este lo ejemplificamos a través de la situación ocurrida en Perú
El presidente Pedro Castillo repitió en la Cumbre de Las Américas, realizada en EEU, en junio de este mismo año, la frase que se asocia con la doctrina Monroe: “América para los americanos”. Solicitó formalmente la aplicación de la Carta Democrática Interamericana de la OEA y, en su discurso de anuncio de la disolución del Congreso peruano, dijo: «Se respetará escrupulosamente el modelo económico basado en una economía social de mercado” y «se respeta y garantiza la propiedad privada». Nada de eso le valió para impedir que lo desalojaran del gobierno, irrespetándose la voluntad popular una vez más en ese país.
De la OEA recibió estas perlas. Luis Almagro, dijo: “La Secretaría General de la OEA se declara del lado de la democracia, del estado de derecho y la promoción y protección de los derechos humanos y las libertades”. También expresó que al disolver el Congreso de la República sin base constitucional, legal ni normativa, constituye una alteración del orden constitucional en el país, según “lo previsto en el capítulo cuarto de la Carta Democrática Interamericana“.
Almagro indicó que “la preservación de la democracia al amparo de la constitución y de sus garantías, debe ser valor central en estos trabajos“.
La OEA manifestó su apoyo a Dina Boluarte como nueva presidenta de la República y declaró que el Grupo de Alto Nivel enviado al país hizo un gran trabajo y que sus recomendaciones “debieron haber sido de recibo por los actores políticos peruanos, especialmente por Pedro Castillo“.
Sobre este pragmatismo, entreguista y fracasado, se erigió otro pragmatismo, el del presidente electo de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, quien, ante la vacancia de Pedro Castillo, comentaría: “Siempre hay que lamentar que un presidente elegido democráticamente tenga ese destino, pero entiendo que todo caminó dentro de los moldes constitucionales”.
Conclusión.
Ser pragmático es aceptar las ideas con su utilidad, practicidad y buen funcionamiento.
Ser pragmático es aceptar que el significado se debe buscar en sus consecuencias prácticas.
Ser pragmático es aceptar que la función del pensamiento es guiar la acción y que la verdad debe ser examinada por las consecuencias prácticas de la creencia.
Ser pragmático no es signo inequívoco de victoria, también la derrota está en el ambiente.
Finalmente, ante la pregunta que titula este artículo, debemos responder Sí se vive la época del pragmatismo y eso: ¿Es bueno o malo? La respuesta sería: depende con el cristal que se mire o, en todo caso, repetir, con Jean Paul Sartre, lo siguiente: “Todos los medios son buenos cuando son eficaces.”
*Sociólogo, Doctor en Ciencias Sociales, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV y analista nacional e internacional.