8M. Maestras, madres y alumnas juntas este 8 de marzo

Por: Valeria Martínez

 

La violencia y la explotación nos azotan cada día, para enfrentarla es necesario forjar la unidad. Maestra, madre, alumna, ¡marchemos juntas este 8 de marzo!

La violencia continúa aumentando y volviéndose más cruda para las mujeres del país. Agresiones sexuales, desapariciones y el feminicidio son la constante para nosotras. Cifras oficiales dan cuenta de que actualmente entre 10 y 11 mujeres mueren al día.

Toda esta violencia ocurre bajo la mirada cómplice del gobierno, pues son ellos quienes preservan las condiciones de pobreza y miseria que permiten que la violencia se reproduzca. Además, AMLO y la 4T mantienen la estrategia de “seguridad” del PRI y el PAN, apostando a la militarización del país con la Guardia Nacional y el Ejército en las calles, que lejos de ser un avance, es un retroceso para el conjunto de la población y sobre todo para las mujeres.

En este crudo contexto, las maestras sabemos que no basta con luchar únicamente por la educación digna y mejores condiciones laborales. Sino que debemos articular nuestras demandas con las de otros sectores, además de tomar en nuestras manos la organización permanente en contra de la violencia feminicida pues somos nosotras, nuestras alumnas y sus familias quienes vivimos día a día los estragos de un sistema de muerte que se configura para arrebatarnos la vida.

También, muchas de nosotras somos madres de familia. Sabemos a lo que se enfrentan las madres de nuestras alumnas con dobles o triples jornadas de trabajo para mantener sus hogares, a la par de mantener las tareas del hogar que no son remuneradas.

La estrategia del gobierno, de las autoridades y los patrones siempre ha sido apostar a la división, a echarnos a pelear entre nosotros con el fin de que no miremos quién es el verdadero enemigo. Por ejemplo, en el tema educativo, la culpa de cualquier falla oscila entre la familia o las maestras, pero no contra quienes mantienen el sistema educativo en condiciones deplorables que impiden enseñar de manera adecuada, o contra quienes garantizan la precarización laboral y de vida que lleva a nuestrxs alumnxs a vivir en condiciones que no les permiten aprender.

Pero como vimos en 2013 y en 2016, durante los procesos de lucha magisterial contra las reformas educativas, las madres de familia pueden jugar un fuerte rol de apoyo y unidad con las y los maestros. En aquel entonces las familias salieron a las calles, tomaron las escuelas y apoyaron los plantones magisteriales haciendo guardias, llevando víveres y protestando codo a codo.

Para enfrentar la violencia, no puede ser distinto. Maestras, madres y alumnas debemos forjar unidad ante la violencia feminicida que nos ataca a todas y ante la explotación laboral que vivimos cada día. Es necesario sacar las mejores lecciones de procesos pasados, apuntar al enemigo que es el sistema capitalista y patriarcal, y organizar toda nuestra rabia y descontento para que nunca más nos falte una de nosotras. Articulemos las demandas educativas, las del conjunto de trabajadores, las de las mujeres y la diversidad sexual para luchar por una vida que merezca ser vivida.

¡Tomemos las calles juntas este 8 de marzo! El contingente de Pan y Rosas te espera, ven con tu familia. La cita es a las 3:30 pm en la Glorieta de las Mujeres que Luchan.

¡Si tocan a una, nos organizamos miles!

Fuente de la información e imagen: https://www.laizquierdadiario.mx

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