La mujer en el núcleo de un conflicto

Por: Alejandra Varela

La pensadora italiana Silvia Federici confronta en su ensayo Ir más allá de la piel con la interpretación performática de lo corporal que hace la filósofa norteamericana Judith Butler.

Para hablar de feminismo Silvia Federici necesita ir a los orígenes del capitalismo. Su tarea consiste en discutir con Karl Marx su teoría de la acumulación originaria y, de ese modo, ubicar a la mujer (desde un realismo crítico que amplía la sola conceptualización simbólica) en el núcleo de un conflicto político y económico.

En la obra del autor alemán la acumulación capitalista estaba exclusivamente ligada a la apropiación de las tierras, al dominio de los medios de producción y al uso de la fuerza de trabajo. Pero la autora italiana señala un dato sobre el que Marx no puso demasiada atención. Para el capitalismo de comienzos de la revolución industrial era fundamental la reproducción de la fuerza de trabajo.

Entonces Federici entiende que la acumulación originaria se hizo gracias a los vientres de las mujeres. Convertir a las mujeres en máquinas reproductoras, no solo para parir proletarios sino para conservar una fuerza de trabajo dispuesta y cuidada para enfrentar las largas jornadas en la fábrica, fue una estrategia que había sido desestimada hasta que Federici publicó su famoso libro Calibán y la bruja en el año 2004.

El feminismo será político

En la escritura de la intelectual y activista italiana, el feminismo siempre será político y tendrá que pensarse dentro de los mecanismos del poder económico. Por eso esta autora que vive en Nueva York desde 1967 empieza su libro Ir más allá de la piel (Tinta Limón) con la decisión de confrontar con la interpretación performática que hace del cuerpo y del género la filósofa norteamericana Judith Butler.

Para Federici entender el género como una construcción cultural, propia de la performatividad del discurso (Butler es especialista en retórica) le quita incidencia real a las capacidades de resistencia de los cuerpos, a la posibilidad de convertirse en límites del poder.

Según Fedrici, en Butler desaparecen los efectos del poder porque los sujetos son diseñados por la norma y toda liberación ocurre gracias a una falla en la repetición de esas reglas asignadas Lo que identifica Federici en Calibán y la bruja es que existía un conocimiento sobre la sexualidad y la medicina (que incluía técnicas abortivas) en la Edad Media y la caza de brujas se estableció para descalificar ese saber y para apropiarse de la reproducción como un recurso económico.

En Ir más allá de la piel llama a recuperar el protagonismo del cuerpo como materialidad social y a identificar la particularidad en que ese cuerpo se expresa hoy. En la moda de los tatuajes, Federici descubre una perspectiva crítica sobre los usos racionales del cuerpo y una resignificación de prácticas que en otras épocas eran marginalizadas.

Allí, en las conquistas actuales de los cuerpos jóvenes que son menos formales y que crean una estética ambigua desde el género, se podría encontrar el armado de otra forma de rebeldía .

Bajo las características desafiantes de estos textos reunidos (muchos de ellos son conferencias dictadas en los últimos años donde Federici polemiza con las expresiones actuales del feminismo y que en la traducción de Aránzuzu Catalán Altuna adquieren una voz dinámica y efectiva) está claro que la dimensión política del aborto no se expresa solo en la capacidad de decisión de las mujeres sobre sus cuerpos.

Lo esencial aquí es identificar que el capitalismo articuló su expansión económica con la facultad reproductiva femenina y estableció una ideología sobre las maternidades, la moral sexual de las mujeres, siempre ligada a los requerimientos del mundo del trabajo y la organización social.

Por esta razón, para la profesora emérita de la Universidad de Nueva York, la liberación sexual también está entrampada en una dimensión disciplinaria, en su escritura sigue existiendo un diseño de una conducta femenina que hace de las transformaciones, los logros, los cambios en la vida personal y profesional, nuevas etapas de un mismo sistema.

De la subrogación y la fecundación in vitro

Federici incorpora en su análisis las técnicas de subrogación de vientres y la fecundación in vitro donde el dispositivo de poder económico que se despliega inventa una figura legal para justificar que dar a luz no implica ser la madre de ese recién nacido y que no hay ninguna secuela genética en la conformación de ese niño . La vida llega a un nivel de mercantilización donde la propiedad de ese hijo se define en términos de clase.

Este libro puede leerse como una versión realista de muchas consignas que en la dinámica del feminismo parecen idealizadas. Federici llama a observar las contradicciones: elegir nuestro género, transformar nuestro cuerpo puede ser liberador pero también es un modo de darle más autoridad al dispositivo médico.

La autora italiana apela a crear formas autónomas, en ella se respira cierta nostalgia por un mundo precapitalista. Hay algo en su escritura que sugiere una leve desilusión con algunas manifestaciones del feminismo de estos días que le resultan demasiado adaptativas y que derivan de la inspiración , o son la consecuencia de la producción intelectual de Butler.

Federici es una feminista radical y, tal vez, se siente un poco incómoda con cierto feminismo que busca capitalizar algunos recursos como la belleza o la sexualidad como armas de poder, más que identificarlas únicamente como una obediencia a los deseos masculinos.

Si este libro podría funcionar como una puesta a prueba de la teoría de Federici, de su vigencia o del diálogo que sus escritos pueden establecer con la coyuntura más cercana y con los cambios del capitalismo, hay algo que las sociedades actuales no han logrado resolver: el reconocimiento del trabajo reproductivo, especialmente de aquel que se realiza en el interior de los hogares, como una instancia de creación de valor, donde las personas que lo realizan ( en su mayoría mujeres) no reciben retribución alguna.

Es en este dato donde la autora que en los años 60 fue una de las impulsoras de la Campaña Internacional por el Salario para el Trabajo Doméstico, considera que los sujetos siguen siendo la variable económica insoslayable del sistema capitalista, más allá de la robotización y digitalización de las formas productivas.

Federici nos permite pensar que la masividad del feminismo, su euforia, está dejando de lado el análisis situado. En sus palabras se percibe el anhelo de un feminismo que se piense como una alternativa al capitalismo. Encontrarse hoy con sus textos nos ayuda a comprender que si no se modifican las condiciones materiales lo que se puede terminar construyendo es un feminismo ilusorio donde los resultados no lleguen a los sectores sociales más desfavorecidos.Ir más allá de la piel , de Silvia Federici (Tinta Limón).

 

Ir más allá de la piel , de Silvia Federici (Tinta Limón).

Ir más allá de la piel
Silvia Federici
Tinta Limón
Trad.: Aranzazu Catalán Antuna
​160 págs.

Fuente de la información e imagen:  https://www.clarin.com

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