A nivel regional ni siquiera una tercera parte de los jóvenes pueden dedicarse tiempo completo al estudio, y más de la mitad no está estudiando del todo.
Honduras/12 de Abril de 2016/E&N
El Programa Estado de la Nación elaboró un detallado estudio sobre la exclusión educativa y laboral de la población de 15 a 24 años en Centroamérica; donde se revela que 2,1 millones de jóvenes (22,6%) enfrentan la situación más extrema: se encuentran excluidos tanto del sistema educativo como del mercado laboral.
La investigación concluye que en el 2014 Centroamérica contaba con unos 9,2 millones de jóvenes de 15 a 24 años, de los cuales la mayor proporción –un 36,3% que representa unos 3,4 millones– se ubica en el grupo de los que solo trabajan, una condición que, si bien implica la obtención de un ingreso, dadas las condiciones de falta de experiencia y bajo nivel educativo, también significa en la mayoría de los casos una inserción laboral precaria y de baja calidad y remuneración.
Asimismo, está el grupo de jóvenes que solo estudian; un 29,1% del total a nivel regional, que representa 2,7 millones de jóvenes, situación que sería la ideal, sobre todo para aquellos en edad de asistir a la educación. Finalmente, está el grupo de jóvenes que estudian y trabajan que representan el 11,9% del total, para poco más de un millón de personas.
El presente estudio fue realizado por parte del Proyecto Estado de la Región, en el marco de la elaboración del Quinto Informe Estado de la Región, con el apoyo financiero de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Se destaca que para comprender adecuadamente el fenómeno de la población joven que no estudia ni trabaja, es importante tomar en cuenta que se trata de un grupo heterogéneo. De acuerdo con los resultados del procesamiento de las encuestas realizadas en los distintos países durante el periodo 2001-2014, esta es una población en la que es posible reconocer distintos grupos. El primero, y proporcionalmente más importante, es el de jóvenes que realizan labores domésticas, que son mayoritariamente mujeres (más del 90%) y que residen en zonas rurales (sobre todo en Honduras y Guatemala). Este grupo representa entre el 51,7% (Costa Rica) y el 84,6% (Guatemala) del total de jóvenes «ninis».
La investigación señala que en Centroamérica existen tres grupos de países de acuerdo con la situación de exclusión o inclusión social de sus jóvenes. El primer grupo está conformado por Costa Rica y Panamá, países en los cuales más de la mitad asisten a la educación: el 61% y el 52% respectivamente. No obstante, ambos países todavía tienen el desafío de lograr la inclusión educativa de cerca de una quinta parte de los jóvenes que no estudian ni trabajan y brindarle opciones de formación a quienes solo trabajan, que en el caso de Costa Rica son el 21,7% del total y en Panamá el 30,0%, en ambos casos representando a más de 200.000 jóvenes.
En el segundo grupo están El Salvador y Nicaragua, países con una situación de inclusión y exclusión social intermedia pero con desafíos mucho mayores que el primer grupo, pues más de la mitad de las y los jóvenes está fuera del sistema educativo (56,0% y 56,6%, respectivamente), es decir, no estudian ni trabajan o solo trabajan. La situación de Nicaragua es particularmente preocupante, pues a pesar de que tiene, junto con Costa Rica, la menor proporción de jóvenes «ninis» (14,8%), a nivel regional es, junto con Guatemala, el país con menor nivel de inclusión educativa plena (los jóvenes que solo estudian son apenas el 18,9% del total). Nicaragua presenta una dinámica particular con respecto a la inclusión-exclusión educativa: la reducción de los llamados «ninis» no implicó una mayor inserción educativa sino la incorporación laboral de los jóvenes, lo que hizo que la proporción de quienes sólo trabajan aumentara de 23,9% en el 2001 a 41, 8% en el 2012.
Mientras que el tercer grupo lo integran Guatemala y Honduras. Estos son los países con mayores niveles de exclusión social de la región, con un 65% y 66% de jóvenes excluidos del sistema educativo – ya sea que ni estudian ni trabajan, o que solo trabajan. Dado que estos dos países concentran el 56% del total de la población regional de 15 a 24 años, es decir 5,2 millones de jóvenes, mejorar este panorama es estratégico para el desarrollo de la región.
En estos dos países, solo cerca de la tercera parte de la población joven tiene algún nivel de inserción educativa: los que solo estudian representan 24,5% en Guatemala y 25,4% en Honduras, y los que estudian y trabajan 10,7% y 8,7%. La situación más grave es la de Honduras, que es el país de la región con mayor proporción de jóvenes que ni estudian ni trabajan (26,7%), es decir unas 487.000 personas excluidas tanto del sistema educativo como del mercado laboral.
La situación de exclusión educativa y laboral de la población joven, o su inserción laboral en puestos de baja calidad y remuneración, es uno de los factores que impiden a la región mejorar sus niveles de productividad y crecimiento económico. Dado que la región está en un proceso de transición demográfica y tiene flujos crecientes de población joven, en edad laboral, esa problemática tenderá a agudizarse si no se implementan políticas para lograr una mayor inserción y permanencia de los jóvenes en el sistema educativo y transformar sus estructuras productivas para aumentar la creación de empleo de buena calidad y remuneración.
Fuente: http://www.estrategiaynegocios.net/lasclavesdeldia/949287-330/ninis-ya-son-m%C3%A1s-de-2-millones-en-centroam%C3%A9rica