Alí Ramón Rojas Olaya
“La ciencia sin conciencia no es más que la ruina del alma”. Esta máxima de François Rabelais, tiene en el Proyecto Camelot uno de sus mejores ejemplos. En las elecciones de 1961 Salvador Allende gana en Chile sorpresivamente una curul en la circunscripción de Aconcagua y Valparaíso. Este hombre creaba preocupación en Estados Unidos. Su impecable hoja militante a favor de los desposeídos era un alud revolucionario que había iniciado su auge en agosto de 1939 cuando asume el Ministerio de Salubridad bajo la presidencia de Pedro Aguirre Cerda.
Desde esa trinchera, Allende, con un presupuesto de dos millones de pesos destinados al servicio médico público, enfatizó su gestión en cuatro aspectos: expansión del servicio odontológico en las escuelas, entrega de alimentos para los estudiantes, lucha contra el tifus y producción y distribución de medicamentos contra enfermedades venéreas. La realidad de la medicina social de la década de los años treinta del siglo pasado es plasmada por Allende en el libro “La realidad médico-social chilena” en el cual señala que el condicionante vital de la salud de la población estriba en su nivel socioeconómico.
Allende en su primera postulación a la presidencia obtuvo un magro 5,44% en 1952 y el 28,01% en 1958. Para mayo de 1964 Estados Unidos conocía estadísticas que daban a Salvador Allende un peligroso segundo lugar que aumentaba el porcentaje anterior. En efecto, el viernes 4 de septiembre de 1964, obtuvo el 38,92% contra el 55,6% de Eduardo Frei Montalva. Según sus cuentas, Allende lograría la victoria en 1970, cuestión que ponía en peligro el cobre y el litio que necesita Estados Unidos para su voraz producción bélica.
En mayo de 1964 el Ejército de Estados Unidos desarrolla el Proyecto Camelot concebido por la Oficina de Investigación de Operaciones Especiales (Soro) de la American University de Washington. 103 científicos en ciencias sociales dejaron de hacer investigación tipo documental para hacerla in situ. Según J. Patrice Mc. Sherry, Camelot fue “un proyecto encubierto de inteligencia con objetivos contrainsurgentes” ya que los esfuerzos del coloso del norte “fueron parte de una intervención encubierta más amplia en los asuntos políticos de Chile en el decenio de 1960, a un costo de millones de dólares, con el propósito de determinar la dirección política futura de dicho país”. El resto es conocido: “las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”, fueron cerradas el 11 de septiembre de 1973. ¡Allende Vive!